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La dieta de análisis facial

18 de marzo de 2009

La dieta de análisis facial es la nueva dieta de moda. Su autora, Elizabeth Gibuad, dice que antes de empezar la dieta es necesario determinar el tipo de cara que tengamos. En su libro, “The Facial Analysis Diet”, Gibaud habla de seis arquetipos de cara en los que encaja la mayoría de la gente. Según ella, para cada tipo de cara hay una lista de alimentos que hay que evitar y otra con los que hay que comer frecuentemente. Es decir, la clave de la dieta de análisis de facial consiste en modificar la dieta en función del tipo de cara; los efectos se deberían ver enseguida.

A continuación se indican los seis tipos de cara y los alimentos que se deben tomar y evitar en cada uno de ellos según la dieta de análisis facial:

1) TIPO A: regido por la glándula tiroidea. Piel seca, nariz brillante, piel pálida, pelo suave y sedoso, ojos saltones y manos y pies fríos.
Alimentos que personas con este tipo de cara deben evitar: los productos con levadura, el chocolate, el vino tinto, la harina blanca y el mango.
Alimentos que personas con este tipo de cara deben tomar: manzanas, espárragos, avena, patatas y pepinos.

2) TIPO B: regido por el hígado. Tono amarillento de la piel, especialmente alrededor de la boca, nariz azulada o rojiza, lengua gruesa y peluda y orejas coloradas. Los de este tipo experimentan falta de motivación y de concentración, y náuseas.
Evitar: el alcohol, el café, los plátanos, el curry y las naranjas.
Comer: albaricoques, ajo, patatas, lima y cerezas.

3) TIPO C: padecen retención de líquidos. Cara hinchada, hinchazón bajo los ojos, línea vertical o surco bajo la punta de la nariz, tobillos o dedos hinchados, y falta de concentración.
Evitar: la fruta en lata, el queso, los cacahuetes, la carne roja y la salsa de soja.
Comer: brécol, pescado fresco, cebollas, piña y espinacas.

4) TIPO D: propenso a la inflamación. Frente, nariz y mentón grasos; poros grandes y abiertos o muy tirantes, mejillas marchitas, líneas horizontales en la frente y olor de pies.
Evitar: el alcohol, la mayonesa, la bollería, el marisco y el arroz.
Comer: espárragos, nabos, bayas, zanahorias y mijo.

5) TIPO E: Propenso a problemas de piel.
Evitar: la cerveza, los huevos, las uvas pasas, las fresas y el melón.
Comer: mantequilla, repollo, perejil, manzanas y avena.

6) TIPO F: este tipo solo se aplica los hombres y está regido por la próstata. Frente y parte superior de las orejas coloradas, ojeras, pliegue horizontal sobre el labio superior y lengua peluda.
Evitar: la berenjena, el queso azul, el vino tinto, el vinagre y la patata dulce.
Comer: calabacín, lentejas, melocotones, berros y uvas.

Otros consejos y advertencias de la dieta de análisis facial:

  • Elegir siempre pasta integral en lugar de la normal
  • Ceñirse a los alimentos básicos, como la avena y la patata si se es propenso a los gases
  • Elegir mantequilla sin sal en lugar de margarina
  • Beber mucha agua a lo largo del día
  • Evitar la cafeína y el alcohol dentro de lo posible.

Fuente: ehow

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Cómo perder peso

20 de febrero de 2009

Esta es una traducción de algunas preguntas frecuentes relacionadas sobre las mejores dietas y cóm perder peso publicadas en la revista O Magazine de Oprah Winfrey y contestadas por expertos.

¿Son todas las calorías iguales? ¿Engordan lo mismo 50 calorías de chocolate que 50 calorías de zumo de uva?
Respuesta: Sí, aunque las calorías procedentes de la fruta pueden saciar más.

¿Se puede desarrollar una adicción a los hidratos de carbono?
No hay pruebas científicas que lo demuestren.

¿Es mejor hacer cuatro, cinco o seis comidas pequeñas que tres copiosas?

Picar entre horas puede tener cierta ventaja adelgazante para algunas personas. Calmar el hambre también ayuda evitar atracones imprevistos.

¿Importa a qué hora se come?
No. Si se toman 2000 calorías en 24 horas no importa la hora que marque el reloj cuando se ingieran, pero hay que tener en cuenta que al atardecer muchas personas se ven tentadas a comer en exceso.

¿Ayuda realmente a la dieta el hecho de desayunar?
Sí, según un estudio realizado por el National Weight Control Registry de casi 3.000 personas que lograron adelgazar con éxito; pero no porque ayude a comer menos durante el día, sino porque tiende a hacer que la persona sea más activa.

¿Cuánto ejercicio hay que hacer para adelgazar y no recuperar los kilos?
Media hora al día de actividad moderada, como correr cuatro o cinco millas.

¿Es verdad que el ejercicio aeróbico más suave y prolongado quema más grasa que un ejercicio más corto e intenso?
Es una cuestión matemática. El ejercicio que queme más calorías será también en el que queme más grasas. Si se pasea a un ritmo pausado y sin prisas hay que pasear mucho más para aproximarse a las calorías quemadas con un sprint rápido; no obstante, es más fácil seguir caminando.

¿Qué dieta proporciona mejores resultados: una rica en grasas y baja en carbohidratos o una rica en carbohidratos y baja en grasas?
Los últimos análisis de más de 100 estudios sobre dietas bajas en hidratos de carbono no mostraron ninguna diferencia al compararlos con los de las dietas ricas en carbohidratos. Algunas personas no sienten tanta hambre con un tipo u otro, pero al final todo se reduce a las calorías: menos es más, es decir, menos calorías igual a mayor pérdida de peso.

Pregunta: ¿Por qué es tan difícil perder los últimos kilos?

Respuesta: A medida que se adelgaza, el metabolismo se ralentiza. Y quizá haya un buen motivo para que esos último kilos se queden donde están: a lo mejor no necesitamos deshacernos de ellos.

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Como seguir una dieta

27 de enero de 2009

Las dietas pueden fallar por el motivo más simple. A continuación se indica algunos obstáculos comunes para perder peso y se aconseja sobre cómo eludurlos.

Pesarse demasiado amenudo: Las fluctuaciones de peso de un día a otro resultan desmoralizantes, cuando en realidad pueden reflejar simplemente que estamos con el período o incluso si hemos ido o no al váter. Hay que pesarse solo una vez a la semana (siempre a la misma hora) y realizar un seguimiento de los cambios que se van produciendo en nuestro cuerpo con una cinta métrica.

Solo reducir calorías, sin hacer ejercicio: Para perder 9,5kg en una semana sin hacer ejercicio es necesario reducir las calorías a 1.000 diarias, con lo que nos sentiremos hambrientos. Casi todas las personas que tienen éxito en sus dietas, es decir, consiguen perder peso y mantenerlo, se ejercitan cerca de una hora diaria, pudiendo comer más y sentirse satisfechos.

Basarse en alimentos “light” o bajos en grasa: Solemos pensar que los alimentos bajos en grasa son la respuesta a nuestras plegarias, pero a menudo éstos son solo ligeramente más bajos en calorías debido a que tienen unos niveles más elevados de azúcar o contienen sustitutos de las grasas como la polidextrosa. Es mejor tomar alimentos bajos en grasa por naturaleza, con porciones más pequeñas de alimentos enteros.

“Olvidarse” de contar las calorías del alcohol:
Es sorprendente cómo muchos de nosotros agonizamos por cada caloría de una comida y, sin embargo, luego, nos tomamos alegremente varias copas en una noche. El alcohol tiene más calorías que los hidratos de carbono y las proteínas y solo un poco menos que la grasa, por lo que no se deben tomar más de dos copas por noche y siempre asegurándose de que están dentro de nuestro límite de ingesta calórica diaria.

No disfrutar lo suficiente de la comida: Una de las formas más comunes de consumir calorías innecesarias es engullir alimentos tan rápido y con tanto sentimiento de culpa que ni los saboreamos. Para recuperar el placer de comer, hay que observar qué alimentos nos gustan y satisfacen realmente y cuales nos producen malestar. El resultado es que finalmente aprenderemos a parar de comer cuando deje de sabernos bien o no nos siente bien al estómago (como cuando estemos llenos).

No comer una amplia variedad de alimentos:
El aburrimiento es uno de los principales obstáculos a la hora de perder peso y si caemos en la rutina al elegir los alimentos pronto acabaremos perdiendo interés en la dieta. Para evitarlo podemos intentar añadir un alimento nuevo a nuestra cesta de la compra cada semana (algunas ideas saludables son las lentejas, la calabaza, la papaya, frutas del bosque, nueces, la piña, brécol…..)

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Dietas sensatas

2 de enero de 2009

El nuevo libro de Esther Blum, dietista de Nueva York, promete un camino a la belleza que ha revolucionado los EEUU debido a que promueve la ingesta de grasas (incluso las saturadas) y la diversión.

Según Blum nada está fuera de los límites si se toma con moderación. Las dietas sin grasas han alterado las hormonas de las mujeres y son esas grasas saturadas las que nos hacen sentirnos llenos durante más tiempo, añade. El mejor modo de empezar el día al estilo Blum es con una tortilla de vegetales (utilizando la yema) con fresas de acompañamiento.

Su libro “Secrets of Gorgeous: Hundreds of Ways to Live Well While Living It Up” se publicó en Nochebuena en los EEUU y llegará a Europa en enero para sumarse a los otros 35.000 libros de dietas que hay en Amazon, lo que refleja nuestras ansias por perder peso. Solo del libro del Dr. Atkins, “New Diet Revolution” se han vendido más de 10 millones de copias en todo el mundo.

Las encuestas muestran que dos de cada cinco mujeres hacen dieta la mayor parte de sus vidas (la cifra en elc aso de los hombres es ligeramente inferior: un 18%) lo que se puede deber a que la mayoría de los estudios indican que la mitad del peso perdido se recupera en un año.

Nuestra fé en los regimenes dietéticos no es algo nuevo. Se cree que en 1087 Guillermo el Conquistador siguió una dieta líquida para perder peso y Lord Byron perdió más de 18kg con la dieta del vinagre. La mayoría de las dietas, incluidas las más excéntricas, funcionan a corto plazo (es decir, se pierde peso los primeros meses) si se siguen de forma extricta.

La dieta del repollo, por ejemplo, funciona porque nadie quiere comer repollo. Un estudio publicado en la revista British Medical Journal (aleatorizado y con un grupo de control que no hacía dieta) observó que las cuatro dietas estudiadas (Atkins, Slim-Fast, Weight Watchers y Rosemary Conley) funcionaban en las personas que las seguían estrictamente, con una media de adelgazamiento de 5,9kg en seis meses.
Hacer dieta no es un misterio; basta con comer menos de lo que se gasta en energía. Una dieta debería estar bien equilibrada y tener entre 500 y 600 calorías menos de la ingesta recomendada, lo que debería hacer que la persona adelgazase 0,5kg a la semana. El ejercicio también ayuda.

Sin embargo, mantener el nuevo peso es más difícil. Un trabajo publicado en American Psychologist, en el que se examinaron 31 estudios, concluyó que las dietas no funcionaban, ya que dos tercios de las personas recuperaban más peso del que habían perdido en dos años.

Adelgazar requiere cambios en el estilo de vida y eso se logra mejor a través de cambios pequeños y alcanzables, como dar paseos rápidos y enérgicos, mantener un horario de comidas regular, practicar la moderación (no abusar del alcohol, ni el azúcar o la grasa) y comer sano, recordando tomar cinco porciones de fruta y vegetales al día. La British Dietetic Association también recomienda planificar las compras para tener a mano alimentos sanos, y no comer mientras vemos la televisión o leemos. Ver también: Adelgazar

Fuente: The Guardian Health

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Dietas que no funcionan

25 de noviembre de 2008

Mucha gente ha pensado en seguir una dieta de adelgazamiento más de una vez a lo largo de su vida, pero han dudado por considerarlo algo demasiado duro o complicado. Y es que hay mucha información disponible al respecto, pero también muchos mitos. A continuación, se indican algunos de los mitos sobre cómo perder peso que hay que evitar.

1. El mejor modo de adelgazar es reducir tantos alimentos y calorías como puedas. Este es un modo extremadamente insano de hacer dieta. Además, el cuerpo pensará que está hambriento y se aferrará tenazmente a sus reservas de grasa.

2. Comer solo un tipo específico de alimentos.
Dietas de moda como la de agua y pimienta, la del pomelo o la del perrito caliente han conducido a numerosos atracones a lo largo de los años. Una dieta desequilibrada dará lugar a una carencia de nutrientes esenciales para una buena salud y un sistema inmunológico fuerte.

3. Un desliz durante una dieta es un fallo irreversible y que hay que pagar el precio de duplicar los esfuerzos para compensarlo. Esto es totalmente mentira. No hay nada malo en tomarse un helado de forma ocasional. Basta con reajustar la ingesta calórica diaria.

4. No comer nada antes de acostarse porque el cuerpo almacenará todas las calorías en forma de grasa. Una dieta solo significa que estás comiendo de forma saludable y controlando la ingesta diaria de calorías, por lo que un aperitivo frugal antes de acostarse no tendrá ningún efecto; sí evita tomar un menú completo o una tarrina grande de helado de galletas.

5. No comer nada entre comidas. Los aperitivos forman parte de una dieta saludable. Se trata de tomar comidas más pequeñas y con más frecuencia a los largo del día para satisfacer la sensación de hambre. Al eliminar los aperitivos entre las comidas lo único que se consigue es llegar más hambriento a la siguiente comida y acabar comiendo mucha más cantidad de lo que el cuerpo en realidad necesita.

6. No consumir productos lácteos, porque son ricos en grasas.
Estos productos contienen muchos nutrientes esenciales, por lo que desaconsejable eliminarlos totalmente de la dieta. De hecho, hay investigaciones que indican que el consumo regular de productos lácteos puede conducir incluso a perder unos kilos. No obstante, hay que controlar la cantidad que se consume y optar por productos bajos en grasa.

Es importante no dejarse engañar por los numerosos mitos relacionados con las dietas que abundan en Internet. Una alimentación organizada y nutritiva, junto con una práctica regular de ejercicio, es la combinación ideal para un adelgazamiento saludable.

Fuente: Top Ten Diets

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Consejos para empezar a perder peso

5 de noviembre de 2008

Perder peso siempre es un reto, pero pegar estos consejos básicos en la puerta de la nevera u otro sitio en la cocina nos pueden ayudar a tener algunas reglas básicas para seguir una dieta con éxito y perder los kilos que nos pesan.

  • Acordarse de la regla 25-25-50: llenar el 25% de tu plato con hidratos de carbono complejos (cereales integrales, alubias o tubérculos, como las patatas), otro 25% con proteína magra y el 50% restante, con vegetales y/o fruta
  • No saltar las comidas. Eso ralentiza el metabolismo de un 20% a un 30% y podría llevarte a comer en exceso posteriormente. Es mucho mejor comer raciones reducidas de alimentos sanos unas 5 o incluso 6 veces al día, que no tomar nada durante todo el día excepto una gran comida o cena
  • Desayunar en cantidad y calidad. Las investigaciones indican que las personas que desayunan bien tienden a consumir menos calorías totales a lo largo del día. La combinación de hidratos de carbono y proteínas ricas en fibra es la mejor opción para sentirte lleno durante más tiempo Por ejemplo un bol de muesli con fruta y un huevo pasado por agua sería un desayuno ejemplar
  • Dormirlo suficiente. Los estudios indican que dormir menos de 8 horas al día está relacionado con un mayor índice de masa corporal (IMC); el motivo es que la falta de sueño influye en las hormonas que regulan el apetito
  • Reducir o, mejor todavía, eliminar de su dieta los hidratos de carbono de absorción rápida como el pan blanco y los dulces, que pueden causar picos de azúcar en sangre y conducir a la retención de líquidos y la hinchazón (por no mencionar un bajón en los niveles de energía)
  • Tener cuidado cuando come ternera: elige solomillo y carne picada que sea al menos un 93% magra. Evita las que tienen más grasa o “elige” las tajadas (por ejemplo, una ración de 85g de entrecot tiene unos 15g de grasa, mientras que 85g solomillo magro tan solo tiene 5g)
  • Visualizar el tamaño de las porciones para no pasarse. Una porción de unos 110g de carne, ave o pescado es más o menos del tamaño de la palma de tu mano. Un porción de unos 30g de queso tiene el tamaño de 4 dados. Para más información sobre porciones, consulta: mealsmatter.org
  • Servir toda su almerzo, comida, merienda o cena en un plato a la vez para que puedas ver exactamente qué cantidad estás tomando. Evitar tomar pan con las comidas y cenas y buscar otras fuentes más sanas de hidratos (arroz o pasta integral por ejemplo)
  • Variar los alimentos y incluso el orden. Si comemos lo mismo a la misma hora todos los días. el cuerpo se acostumbra a los mismos alimentos y se ralentiza. Si logramos diversificar los alimentos y la hora en la que los tomamos, lograremos avivar nuestro metabolismo
  • Puntualizar la sensación de hambre en una escala de 1 (no tengo hambre pero podría picar algo) a 5 (hambriento); procura comer solo cuando estás entre el 3 y el 4 y no llegar nunca a 5
  • Antes de empezar su dieta, fija un objetivo realista porque no hay nada peor que pasarlo mal siguiendo un régimen de adelgazimiento solo para comprobar que no logre su gol. No se debe pesar todos los días – como mucho una vez a la semana. Y hay que fijarse retos alcanzables
  • Empezar a hacer una lista de compra: será mucho más fácil seguir una dieta si haces un plan de comidas saludables para una semana, anotas los ingredientes y llevas la lista al supermercado el día de la compra. Existen muchos sitios web tipo Mis Recetas con muchas recetas que pueden formar parte de una dieta para adelgazar y que permitan hacer un planning de menus diarios atractivo
  • Llenar la puerta del frigorífico con listas de alimentos sustitutos más ligeros, por ejemplo, patatas asadas al horno con salsa de yogur en lugar de nachos con queso, o una tostada con aceite y jamón en lugar de tostada con mermelada y mantequilla. También listas de alimentos de los que puedes comer grandes cantitades sin sentirte culpable
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Cómo ayudar a los niños perder peso

29 de octubre de 2008

Consejos para familias con hijos obesos. Ante una situación de obesidad es importante tomar medidas, porque ser obesos en la infancia puede tener consecuencias muy negativas en la salud física y mental de nuestros hijos en el futuro. Cualquier medida debe tener en cuenta que los niños necesitan una alimentación equilibrada, no dietas drásticas, basada en los principios de la famosa pirámide de los alimentos. Aquí ofrecemos otros consejos para ayudar a los niños a perder peso.

  • Ante todo lograr que tu hijo se sienta querido y apreciado independientemente de cuál sea su peso. Es muy importante que su estado físico no influya en su auto estima
  • Tomar un desayuno saludable es un buen modo de empezar el día. Además, si incluye proteína en el desayuno, no pasará tanto hambre a lo largo de la mañana. Un desayuno ideal sería por ejemplo, un yogur con fruta y unas tostadas de pan integral con aceite de oliva, tomate rallado y jamón york o pechuga de pavo
  • Seguir las recomendaciones alimenticias de su pediatra para una alimentación saludable. La ayuda de una persona profesional y experta en nutrición es básica para cambiar los hábitos alimenticios
  • Llenar la nevera de yogures y leche desnatada o semidesnatada, fruta fresca y vegetales y eliminar refrescos o aperitivos ricos en grasa, calorías o azúcares añadidos y bajos en nutrientes. Vaciar también los armarios de galletas, golosinas, dulces, patatas fritas…. Los niños no tienen la madurez para abstenerse ante la tentación y es por ello que debemos ayudarle, eliminando de la cocina aquellos alimentos que no le benefician nada por su alto contenido en azúcares o grasas y su bajo contenido en vitaminas y nutrientes
  • Animarles a hacer ejercicio. Se recomienda que los adultos practiquen al menos 30 minutos y los niños 60 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana. Apuntarles en un club deportivo si le apatece o, si no quiere, simplemente ayudarle a hacer alguna actividad deportiva y ofrecerse para hacerla con el.
  • Reducir la cantidad de tiempo que toda la familia dedica a actividades sedentarias, como ver la tele o jugar a la consola. Limitar el tiempo de televisión a menos de 2 horas al día, comprar algunos juegos de mesa y ayudarles a emplear su tiempo de relax haciendo otras actividades, fuera de pantallas.
  • No darles alimentos o aperitivos a los niños mientras ven la televisión. Es la mejor forma de desarrollar un habito que ayuda a contribuir a la obesidad: comer de forma impulsiva.
  • Desayunar, comer o cenar todos juntos en familia siempre que sea posible. Servir los hidratos de carbono en la cocina y no ofrecer segundas raciones. Poner fuentes de verdura y ensalada en la mesa y permitir segundas – y terceras – raciones de éstos alimentos
  • Planear actividades familiares en las que todos hagan ejercicio y se diviertan.
  • Centrarse en la salud y las cualidades positivas de tus hijos, no en su peso. Es importante que los niños no se obsesionen con su peso para evitar futuros trastornos relacionados con la alimentación, como bulimia o anorexia
  • Dar ejemplo a sus hijos. Si los niños ven que sus padres disfrutan comiendo alimentos saludables y haciendo ejercicio, estarán más dispuestos a hacer lo mismo ahora y el resto de su vida.
  • Proporcionar a sus hijos y sus amigos un entorno seguro para jugar activamente. En vez de verlos jugar a la video consola, cuando están acompañados animarles a jugar fuera al aire libre, a practicar deportes de pelota, hacer un paseo en bici o en patinete etc.
  • No es aconsejable imponer una dieta restrictiva a los niños. Es mucho mejor introducir cambios en su dieta diaria y acostumbrarles a disfrutar con platos y tentempiés sanos
  • No utilizar nunca los alimentos como recompensa o castigo
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Efectos de una dieta bajo en hidratos de carbono sobre el higado

22 de octubre de 2008

Según un artículo publicado este mes en ScienceDaily, un nuevo estudio indica que una dieta baja carbohidratos cambia el metabolismo energético hepático. Cuando se restringen los hidratos de carbono, el hígado depende más de sustancia como los aminoácidos y el lactato para formar glucosa, en lugar de glicerol.

A lo largo de los últimos 30 años, la población estadounidense ha reducido su consumo de grasa e incrementado el de carbohidratos. Durante el mismo período de tiempo, la obesidad se ha ido incrementando junto con la prevalencia de la enfermedad hepática metabólica en la que los depósitos de grasa en el hígado pueden conducir a inflamación, fibrosis y cirrosis. Algunos indicios sugieren que una dieta rica en hidratos de carbono conduce a la formación de grasa en el hígado, pero ha sido difícil confirmar la asociación.

Para entender mejor la producción de energía hepática y la formación de glucosa entre varios tipos de dietas, los investigadores dirigidos por Jeffery Browning, del Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas midieron las fuentes de glucosa hepática y del flujo del ciclo del ácido tricarboxílico (TCA), también denominado ciclo de Krebs, en sujetos con un peso equilibrado y en sujetos que seguían una baja en carbohidratos o de restricción calórica.

Los investigadores reclutaron a 14 sujetos con unos índices de masa corporal entre 25 y 35, y los dividieron en dos grupos de siete, combinándolos por edad, IMC, género y etnia. También incluyeron siete sujetos delgados (IMC < 25) para utilizarlos como grupo de comparación de peso equilibrado.

Los grupos con un IMC elevado siguieron o bien una dieta baja en carbohidratos o una de restricción calórica durante 14 días, mientras que el grupo de peso equilibrado continuó con su dieta habitual. Todos los sujetos fueron sometidos posteriormente a un estudio metabólico durante la noche en el que los investigadores valoraron simultáneamente las rutas metabólicas de la producción de glucosa hepática y del ciclo del TCA.

En el grupo del peso equilibrado, que consumía carbohidratos como una proporción importante de su dieta, el ciclo del TCA por sí solo proporcionó suficiente energía como para activar la formación de glucosa. «Esto no sucedió en los individuos que seguían la dieta baja en carbohidratos», señalaron los autores.

Las restricción de carbohidratos incrementó el índice de glucosa formado utilizando lactato o aminoácidos (GNGpep). «Esto sugiere que en sujetos humanos en ayuno que están sufriendo una pérdida de peso, la elevada gluconeogénesis asociada con la restricción de carbohidratos es activada por sustratos como el lactato o los aminoácidos», señalaron los autores. A pesar de ello, el ciclo del TCA en el grupo que seguía la dieta baja en hidratos de carbono fue similar al del grupo con la dieta baja en calorías, lo que indica tasas similares de generación de energía.

En contraste con informes previos, el presente estudio mostró una producción de glucosa hepática similar entre los distintos grupos alimentarios.
«Esta observación recuerda la ‘ autorregulación hepática’ por la cual la producción de glucosa endógena permanece inalterada en un entorno de glicogenólisis o gluconeogénesis alterada debido a que ambas vías tienden a compensarse entre sí», señalaron los autores.

«Hemos mostrado que las fuentes a partir de las cuales se produce la glucosa endógena dependen de la composición de macronutrientes alimentarios», escribieron los autores, quienes sugieren que el cambio en el metabolismo de la glucosa asociado con una dieta baja en carbohidratos podría ser beneficioso en individuos con enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD) debido a una mejor eliminación de la grasa hepática.
En conclusión, estos resultados pueden explicar en parte la correlación existente entre el consumo de carbohidratos y la gravedad de la enfermedad hepática en individuos con NAFLD.

Fuente: Science Daily

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Comer menos sin pasar hambre

16 de octubre de 2008

Algunos trucos para comer menos sin pasar hambre.

1. Vacíar la casa de aperitivos poco nutritivos: es decir, helados, caramelos, patatillas, galletas, donuts, tartas y cualquier otro aperitivo salado o dulce que tomes entre comidas. Aprende a vivir sin ellos. Estas son las cosas que comemos de forma compulsiva y nos engordan. a partir de ahora tómalos solo en eventos sociales y ocasiones especiales.

2. Llena la casa de fruta fresca, fruta seca, zanahorias, apios, tomates. También jamón york, pavo que son altos en proteínas y bajos en grasa. Esos serán tus nuevos aperitivos.

3. Evita comprar aperitivos en gasolineras, kioscos, tiendas, etc.: los ponen justo al lado de la caja precisamente para tentarte.

4. Prepárate esta sencilla ensalada cuando te apetezca un banquete saludable: pon en un bol media lechuga iceberg cortada; un puñado de bocados de zanahoria; medio tomate y medio pepino en rodajas. Alíñalo con aceite de oliva, un poco de vinagre balsámico y una pizca de orégano, sal y pimienta y remueve. Obtendrás un bol de comida sabrosa y relativamente bajo en calorías.

5. Otros excesos que te puedes permitir: una buena porción de sandía. la sandía es un 90% agua y el 10% restante contiene gran cantidad de nutrientes, con un nivel razonable de calorías.

6. Otro exceso permitible: la sopa de vegetales. Calienta un gran bol de sopa hecha con montones de vegetales y judías. Es sabrosa, abundante y, por lo general, muy nutritiva y baja en grasas.

7. Otra opción genial de aperitivo: los frutos secos con cáscara. A menudo comemos de forma compulsiva por aburrimiento, estrés, etc. Lo bueno de los frutos secos es que el esfuerzo de abrir la cáscara y extraer el fruto es altamente terapéutico y entretiene. Además, los frutos secos son muy sanos (en moderación), sobre todo en su estado natural.

8. Si necesitas reentrenar tu apetito, empieza comiendo fuera. Si llevas tiempo comiendo sin control en casa puedes ir a un restaurante y pedir media ración. Allí no hay sobras de otros que aprovechar. Después de unos cuantos días, cuando te hayas acostumbrado a esa ración podrás volver a comer en casa sin pasarte.

9. Procura que pase una media hora entre el último plato y el postre. De ese modo, tu cerebro tendrá tiempo de recibir la señal de saciedad y, probablemente, te resulte más fácil saltarte el dulce.

10. Pon todo lo que comas en un plato o bol. Nunca comas directamente de la bolsa o caja.

11. Toma un aperitivo saludable antes de salir a comer fuera. Te ayudará a evitar la tentación de comerte todo el pan en la cesta antes de empezar el primero plato.

12. Evita comer con la televisión encendida. La comida es para disfrutarla y saborearla. Serás más consciente de lo que tomas, comerás más despacio y recibirás antes la señal de saciedad, por lo que comerás menos.

13. Evita las dietas restrictivas. Tan solo te crearán ansia por ciertos alimentos y harán que te acabes dando un atracón.

14. Limita la cantidad de edulcorantes artificiales y alimentos edulcorados. Un estudio de la Universidad de Purdue, publicado en julio de 2004, descubrió que el consumo de bebidas y alimentos edulcorados estropea nuestra capacidad natural para monitorizar las calorías e incrementa nuestras probabilidades de comer en exceso.

15. Toma un aperitivo nutritivo (como un puñado de cacahuetes, una pieza de fruta o queso, o un yogur) aproximadamente una hora antes de comer. Mantener el apetito controlado es una de las mejores formas de evitar atracones. Algunos expertos aconsejan también tomar un vaso de agua 20 minutos antes de comer.

Fuente: RD Healthy Living

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Dietas bajas en hidratos pueden causar melancolía

15 de octubre de 2008

Las dietas bajas en carbohidratos han obtenido unos buenos resultados en comparación con otras dietas, pero hay algunas investigaciones que sugieren que las dietas como la Atkins (baja en carbohidratos y rica en grasas y proteína) podrían cambiar el humor de una persona y hacerla más huraña, a pesar de conseguir adelgazar un poco.

Los hidratos de carbono promueven la síntesis de la serotonina, un neurotransmisor que parece desempeñar un papel importante en el control del humor. Algunos indicios sugieren que evitar los carbohidratos –y atiborrarse grasa y proteínas en su lugar- podría reducir las concentraciones de serotonina, haciendo que la persona se vuelva triste y melancólica. Y cuando se probaron las dietas durante un período corto de tiempo (tres semanas) en personas activas físicamente y sin problemas de sobrepeso, la dieta baja en carbohidratos dio lugar a más fatiga y mal humor que la rica en carbohidratos.

Por supuesto, esos no son la clase de persona que habitualmente intenta perder peso, por lo que los investigadores australianos estudiaron también qué tipo de influencia tenían las dietas sobre el humor de las personas más propensas a hacer dieta. En el estudio participaron 93 personas con sobrepeso u obesas (con un índice medio de masa corporal de 33,6) a las que se les asignó, de forma aleatoria, una dieta baja o rica en carbohidratos.

Al final del estudio de dos meses, los que seguían la dieta baja en hidratos de carbono habían perdido un poco más de peso (7,7kg vs. 6,3kg) y una serie de pruebas estandarizadas no detectó ninguna influencia negativa sobre su humor. De hecho, loa actitud de ambos grupos mejoró por igual.

No obstante, hay un inconveniente: los que siguieron la dieta baja en carbohidratos obtuvieron peores resultados que los de la dieta rica en carbohidratos en una prueba diseñada para medir la velocidad de procesamiento mental.

Fuente: Newsday Health