La prensa ha difundido estos días la nueva cruzada de Bill Clinton contra la obesidad. Durante sus ocho años en la Casa Blanca, fueron conocidas sus «batallas» contra el peso. De consumidor de la «comida basura o chatarra», ha pasado a defender las posturas contrarias. El propio Clinton ha sufrido serios problemas coronarios y ha elegido la senda de los buenos hábitos alimenticios.
Rápida sí, basura no
La obesidad en España empieza a ser tan preocupante como en otros países, especialmente la obesidad infantil y nos encontramos con la mayor parte de la población obsesionada por adelgazar y, sin embargo, de forma creciente expandiéndose los malos hábitos de alimentación y los problemas derivados.
Quizás confundimos frecuentemente los conceptos de cocina basura y rápida. La primera puede que sea rápida, pero su alto componente de grasa, combinado con exceso de hidratos, le hace perjudicial para nuestra salud.
Una cocina rápida, sujeta a buenos hábitos alimenticios puede formar parte de lo que se concibe como una buena alimentación. Unas verduras al vapor o a la plancha son rápidas de hacer. Un pescado a la plancha tarda el mismo tiempo que un filete a la plancha. Para el postre podemos tomar fruta de temporada o ingerir más hidratos y azúcares con pastelitos y similares. Las frutas de temporada son muy rápidas, son «coger y tomar».
Sin embargo la publicidad en los medios de comunicación tiene un gran impacto en los niños, hoy absolutamente entregados a los dulces, chucherías y otras golosinas. Por no hablar de verdadera pasión por las hamburguesas y similares. El binomio mala alimentación y su contradicción «la obsesión por adelgazar» caminan paralelos. De aquí que surjan otros problemas derivados de gravedad para la salud de jóvenes y adolescentes, más obsesionados en adelgazar que en corregir sus malos hábitos de alimentación.
Temas relacionados con Cocina rápida sí, comida basura no
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.