Según un artículo publicado el 16 de febrero de 2007 en NewScientist.com, un nuevo estudio sugiere que las mujeres que siguen las indicaciones del gobierno estadounidense y no comen más de tres raciones de alimentos marinos a la semana durante el embarazo están contribuyendo a aumentar el riesgo de que sus hijos sufran un pobre desarrollo de las capacidades verbales y sociales. Según los expertos, los resultados de este estudio implican que las agencias de salud estadounidenses, como la FDA (Food and Drug Administration), deberían reconsiderar sus actuales recomendaciones sobre este tema.
Joseph Hibbeln, del National Institute of Health de Bethesda, Maryland (EEUU), y sus colegas encuestaron a unas 12.000 mujeres acerca de su consumo de pescado y marisco en los últimos meses de embarazo. Tras el nacimiento del niño, las madres completaron regularmente unos cuestionarios acerca de los progresos en el desarrollo de sus hijos. Finalmente, los investigadores evaluaron el coeficiente intelectual (CI) de los niños a los 8 años de edad.
Tras valorar los factores que podrían dar lugar a confusiones, como el estatus socioeconómico, los científicos observaron que los niños cuyas madres comieron menores cantidades de pescado y marisco durante el embarazo obtuvieron las peores puntuaciones en las pruebas de desarrollo social y de CI verbal.
Los hijos de las mujeres que no comieron marisco ni pescado durante el embarazo tenían un 50% más de probabilidades de estar en la parte inferior de la tabla de puntuación de rendimiento verbal, en comparación con los niños cuyas madres consumieron más alimentos marinos que el límite recomendado de 344 g. semanales. En los niños cuyas madres consumieron algún marisco o pescado, pero sin superar el límite recomendado, se observó un incremento del 10%.
En el 2004, la US Environmental Protection Agency y la FDA recomendaron a las mujeres embarazadas no comer más de 340 g. de alimentos marinos a la semana, debido a los niveles de mercurio presentes en dichos alimentos. Los investigadores encontraron evidencias de que el mercurio podía aumentar el riesgo de parto prematuro. Sin embargo, basándose en los nuevos resultados de este estudio, Hibbeln concluye que sólo los hijos de las mujeres que comen una cantidad de alimentos marinos superior a la recomendada durante el embarazo desarrollan sus capacidades al máximo. Según Hibbeln, los ácidos grasos omega-3 presentes en estos alimentos parecen impulsar el crecimiento del cerebro durante el desarrollo del feto.
Algunos expertos ya se han pronunciado señalando que las agencias deberían revisar la cantidad recomendada. Las agencias gubernamentales “deberían volver a estudiar su recomendación en base a los nuevos resultados”, señala el neurólogo Gary Myers, del University of Rochester Medical Center, de Nueva York. Según él, se debería animar a las mujeres a comer más alimentos marinos durante el embarazo.
Fuente: New Scientist
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