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El desayuno, ¿la comida más importante del día?

31 de julio de 2013
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¿Qué es el desayuno?
El desayuno, como su nombre indica, es la primera comida del día tras el ayuno de la noche (des-ayuno). Es decir, se trata de la rotura del ayuno nocturno. De ahí su importancia, ya que para empezar bien el día necesitamos consumir alimentos que nos carguen de energía hasta la próxima comida. Por ello, también es importante su composición, elegir bien los alimentos que comemos en el desayuno nos ayudará a afrontar el día con más energía y de una forma más saludable

Aunque en los últimos tiempos, sobre todo debido a la moda de estar excesivamente delgados, se ha tendido a saltar el desayuno para conseguir la figura deseada, lo cierto es que esto es un error, pues al final, las calorías que nos saltamos evitando el desayuno las compensaremos en el resto de comidas porque tendremos más hambre. Y además de este beneficio, desayunar parece tener mucho otros aspectos positivos para la salud

¿Cuáles son los beneficios del desayuno?
Al desayuno se le han asignado múltiples beneficios para la salud, uno ciertos y otros no tanto. De momento, los más significativos y que se han podido comprobar científicamente son su efecto protector contra la obesidad, la hipertensión arterial, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2. Los beneficios más destacados de un desayuno saludable son:

  • Efecto protector contra la obesidad: desayunar ayuda a realizar las cinco comidas diarias recomendadas sin picar entre horas. Si se salta el desayuno, se tienden a compensar a la alta las calorías en el resto de comida, porque se tendrá más hambre. Es mejor no saltarse ninguna comida y hacerlas menos copiosas, y así evitar picar entre horas y no llegar a pasar hambre entre comidas. 
  • Disminución del riesgo de enfermedad coronaria: recientemente, se ha publicado un artículo que demuestra la asociación entre saltarse el desayuno y el aumento del riesgo de padecer enfermedad cardíaca coronaria, como consecuencia de la obesidad, la presión arterial alta, el colesterol alto o la diabetes, sobre los que también afecta el desayuno. 
  • Aumento del rendimiento académico o laboral: es por esto que todas las madres se enfadan cuando sus hijos no han querido desayunar. Un desayuno saludable nos aporta energía tras el largo ayuno nocturno, y por tanto, permite estar más atento y activo durante la mañana. 
  • El desayuno como indicador de la calidad de la dieta: Las personas que en general siguen un estilo de vida saludable suelen desayunar. No les importa madrugar un poco más o salir un poco más tarde de casa a cambio de prestar atención al desayuno. Sin embargo, las personas con un estilo de vida menos saludable suelen saltarse a menudo el desayuno, porque eligen dormir más o llegar antes al trabajo, y si no se lo saltan, por lo general será menos saludable en cuanto a composición, eligiendo zumos con azúcar, un café, dulces, o cualquier cosa rápida que puedan ingerir por el camino. Recordar siempre que los alimentos que consumimos son el combustible de nuestro cuerpo. 
  • El desayuno ayudar a completar la dieta diaria: En el desayuno se pueden incluir alimentos saludables, como lácteos, cereales, huevos, etc. Los huevos, por ejemplo, son una dosis concentrada de proteínas que producen saciedad. La avena también genera sensación de saciedad y nos aporta fibra, mientras que si nos declinamos por los cereales integrales podremos incluir todavía más fibra en la dieta. Es más, normalmente si no se toma fibra en el desayuno no se consigue compensar este déficit durante el resto del día. 

¿Cómo es un desayuno saludable?
El desayuno debe aportarnos la energía necesaria para empezar el día. Por ello, debe suponer aproximadamente un 20-25% de las calorías consumidas durante el día. 

Un desayuno saludable debe podría basarse en:

  • Una ración de lácteos: bien un vaso de leche o un café con leche si se desea. Si hay problemas de tolerancia o no gusta la leche, se puede optar por el yogur, al que también se le pueden añadir cereales o trocitos de fruta y queda muy apetecible. 
  • Una ración de cereales, y mejor aún si son integrales: Pueden tomarse tostadas, ideales si se acompañan con un poco de aceite de oliva, o cereales de desayuno. 
  • Fruta: nos aportan múltiples vitaminas y minerales, e incluyendo fruta en el desayuno, es mucho más fácil cumplir las recomendaciones actuales de «5 al día». Se puede consumir en forma de zumo si así nos resulta más apetitoso, aunque es mejor si consumimos la fruta entera. Si por falta de tiempo se consume zumo embotellado, mejor hacerlo sin azúcar añadido, pues la fruta ya tiene suficiente azúcar de manera natural. 
Dependiendo de cada persona y de sus necesidades energéticas, puede consumirse también una ración de proteínas, como un poco de jamón york o queso fresco en las tostadas o un huevo duro. 

Por tanto, cuiden su desayuno, los alimentos que los componen y sus cantidades. Si no tienen hambre nada más levantarse, ¡no es problema! Desayunen al rato de despertar, y luego tomen un almuerzo más ligero si es necesario. 

Como siempre, les agradecemos sus comentarios y preguntas en la sección Comentarios. 


Vídeo El desayuno ideal 


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Nutrición y caries: Alimentos que la provocan y alimentos protectores

11 de julio de 2013
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La salud bucodental es una parte importante de la salud del individuo, y además, condiciona su alimentación. Una dieta inadecuada y los problemas nutricionales aumentan tanto el riesgo de caries como el deterioro periodontal.

    ¿Qué es la caries? Causas de la caries dental

    La caries es una enfermedad infecciosa de los dientes que se caracteriza por la destrucción gradual del esmalte, la dentina, y en algunos casos, de la pulpa, pudiendo dar lugar a la pérdida del diente. Esta destrucción de los tejidos del diente aparece como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos generados por la placa bacteriana. La presencia de azúcares en la boca permite a las bacterias producir estos ácidos, que causan daños en el esmalte que cubre el diente y crean orificios (caries). Sin embargo, debe destacarse que la cantidad de azúcares de los alimentos no es proporcional a la cantidad de ácido que se forma por la placa bacteriana. 


    La caries dental es muy común, sobre todo el niños y en adultos jóvenes, aunque puede afectar a cualquier persona de cualquier edad. 

    La aparición de caries dental suele asociarse a la ingesta de azúcares y ácidos, a la falta de higiene bucal o la una mala técnica, así como a pastas dentales inadecuadas o ausencia del uso de hilo dental. También puede influir la genética. 

    Alimentos implicados en la formación de la caries dental

    Se considera que hay alimentos que deben evitarse, debido a que descienden el pH y aumentan el riesgo de padecer caries si no se realiza una limpieza bucal en los 20 minutos posteriores a su consumo. A este tipo de alimento que aumenta el riesgo de caries se le denomina cariogénicoEn general, los alimentos cariogénicos que más aumentan el riesgo de padecer caries dental son los más acidógenos y viscosos. 

    Otro tipo de alimento es el denominado cariostático. Estos alimentos no contribuyen en la formación de caries, ya que no son metabolizados por las bacterias de la placa bacteriana. Estos alimentos son la carne, pescado, huevo, dulces sin azúcar, etc. 

    Alimentos contra la caries

    Por último, hay alimentos que impiden la formación de caries, debido a que impiden que la placa bacteriana reconozca a un alimento acidógeno consumido en la misma comida.

    Estos alimentos se denominan anticariogénicos, y son, por ejemplo, algunos quesos como el cheddar. También tiene acción anticariogénica los alimentos que estimulan la secreción de saliva. Por ejemplo, mascar chicle sin azúcar después de las comidas durante un tiempo estimula el flujo de saliva, de esta forma se consigue neutralizar ácidos y así, proteger frente a la caries. 

    Otros alimentos que estimulan el flujo de saliva son la sal, las frutas y los vegetales, así como alimentos con alto contenido en fósforo y calcio, o con pH mayor de 6. Por tanto, acabar la comida consumiendo un poco de queso o alguno de estos alimentos o mascando chicle reduce el riesgo de padecer caries. 

    En cuanto a los azúcares, más que la cantidad tomada, influye la frecuencia de consumo y el tiempo de contacto entre los azúcares y el diente. Así, los niños que se duermen tomando el biberón o algún zumo dulce, tienen mayor riesgo de padecer caries. Además, durante el sueño el flujo salival está reducido. 

    Es recomendable sustituir azúcares como la sacarosa, la fructosa o la miel por edulcorantes  como xilitol, sorbitol, aspartamo o sacarina, que no son fermentables y por ello reducen el riesgo de caries, pudiendo incluso ser beneficiosos para personas con caries activa. 

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    Ácidos grasos omega 3 protegen contra el cáncer de mama

    9 de julio de 2013
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    El consumo de ácidos grasos esenciales omega 3 puede reducir significativamente el riesgo de sufrir cáncer de mama. 

    El consumo de ácidos grasos omega 3, presentes en pescados azules como el salmón, las sardinas o el atún, se asoció con una reducción del 14% del riesgo de sufrir cáncer de mama. Además, por cada aumento de 0,1 gramos al día en el consumo de ácidos grasos omega 3 a través del pescado, el riesgo de cáncer de mama se reduce un 5%. 

    El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más comunes, y causa gran número de muertes. El estilo de vida y dieta saludable juegan un papel muy importante en la prevención del cáncer de mama. 

    En el estudio, publicado en British Medical Journal, se revisaron 21 artículos sobre la relación entre el cáncer de mama y los ácidos grasos omega 3, que incluían un total de 883.585 participantes y 20.905 casos de cáncer de mama. 

    Se aconseja el consumo de 1 ó 2 raciones de pescado graso a la semana, como las sardinas, el salmón o el atún para obtener estos beneficios del omega 3 en la reducción del riesgo del cáncer de mama

    1. Zheng JS,
    2. Hu XJ, 
    3. Zhao YM,
    4.  Yang J,
    5.  Li D. British Medical Journal (2013). 
    6. Más información.


    Vídeo Alimentos anticancerígenos







    Vídeo 10 consejos para prevenir el cáncer






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    Dormir poco aumenta el riesgo de engordar

    4 de julio de 2013
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    • Acostarse tarde y no dormir las horas necesarias aumenta significativamente el riesgo de aumentar de peso en personas sanas. 
    • Cenar tarde aumenta el riego de ganar peso. 

    Acostarse tarde y dormir pocas horas aumenta el riesgo de aumentar de peso

    Las personas que duermen poco, además, suelen consumir más alimentos y más calorías en comparación con los que duermen más horas. Las comidas consumidas durante las horas nocturnas tienen mayor contenido en grasa total que las otras comidas del día. 

    Esta es una de las conclusiones de un estudio, publicado en la revista Sleep, en el que se examinaron a 225 personas divididas en dos grupos: uno que dormía de 4 a.m. a 8 a.m. y el otro que dormía de 10 p.m. a 8 a.m. 

    En base a los resultados de este estudio, para bajar de peso, además de seguir una dieta adecuada, puede ser muy recomendable dormir las horas adecuadas. 

    Andrea M, Spaeth AM, Dinges DF y Goel N. Sleep (2013). Más información.
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    Nutrición para prevenir y tratar la anemia ferropénica

    3 de julio de 2013
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    ¿Qué es la anemia ferropénica?
    La anemia ferropénica es la deficiencia nutricional más común y, afortunadamente, puede ser prevenida en gran medida. Su importancia radica en la gran cantidad de población de todos los países, estados sociales y edades que padece anemia ferropénica. Los más afectados son las mujeres en edad fértil, especialmente las embarazadas, y los niños. En países poco desarrollados la prevalencia de la anemia ferropénica es aún mayor.

    La anemia ferropénica es un descenso de la cantidad de hemoglobina producida por la falta de hierro o por disminución de su biodisponibilidad. Por tanto, se produce cuando las pérdidas de hierro o los requerimientos del mismo superan el aporte que proporciona la dieta

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se acepta, de forma general, que existe anemia cuando un hombre adulto posee menos de 130 g/L de hemoglobina, menos de 120 g/L en mujeres y valores inferiores a 110 g/L en niños y mujeres gestantes, aunque habría que considerar la cifra habitual de hemoglobina de cada persona.

    Causas de la anemia ferropénica
    La cantidad de hierro en el organismo depende del balance entre las demandas fisiológicas y la cantidad ingerida de hierro. Hay determinados períodos de la vida en los que este balance es negativo y el organismo debe recurrir al hierro de depósito. Por lo tanto, durante dichas etapas una dieta con insuficiente cantidad o baja biodisponibilidad de hierro agrava el riesgo de desarrollar una anemia ferropénica.
    La anemia ferropénica puede deberse a:
    • Disminución del hierro disponible, no pudiendo satisfacer los requerimientos normales. En los países pobres, la menor ingesta de hierro se debe a una dieta insuficiente. En los países socioeconómicamente desarrollados, el aporte insuficiente se produce por dietas inadecuadas, bien por ser desequilibradas o por ser insuficientes, como son algunas dietas de adelgazamiento o de vegetarianos estrictos. 
    • Elevados requerimientos de hierro, como ocurre durante los primeros años de vida, adolescencia, embarazo y lactancia. 
    • Pérdidas sanguíneas, bien por pérdidas menstruales excesivas o por hemorragias diversas, o como ocurre en el caso de tumores intestinales o uterinos, entre otros. 

    Consecuencias de la anemia ferropénica
    De entre todas las consecuencias que conlleva la anemia, destacan:
    • Falta de energía: sensación de cansancio, apatía, debilidad, mareos, irritabilidad, anorexia, mialgias e incluso parestesias de pies y manos, que en conjunto son manifestaciones neuromusculares.
    • Puede llegar a producirse lengua lisa y brillante, uñas quebradizas y deformes, pelo quebradizo, etc.
    • Palidez de mucosas y piel. 
    • Manifestaciones circulatorias: taquicardia, palpitaciones, etc.
    • Disnea: dificultad respiratoria, falta de aire.
    • Afectación cerebral, pudiendo llegar a afectarse la atención, la memoria y el aprendizaje. 
    • Disminución de la respuesta inmunitaria.
    • Alteraciones metabólicas hepáticas, por disminución de la síntesis en el hígado de diversas enzimas dependientes de hierro. 
    • Alteraciones hemáticas, utilizadas tanto para el diagnóstico como para evaluar la respuesta al tratamiento. Son alteraciones en los hematíes, hemoglobina, hierro sérico, etc.
    Tratamiento dietético en la anemia ferropénica
    El mejor tratamiento de la anemia es la prevención. Para ello, es necesaria una dieta equilibrada que aporte los requerimientos adecuados de hierro. Esto en muchas ocasiones no es posible ya sea por limitaciones económicas o por hábitos dietéticos erróneos muy frecuentes hoy día, especialmente entre adolescentes y niños, grupos de población con un alto riesgo de anemia ferropénica nutricional. Por ello, en muchos casos es necesaria no sólo la modificación de dichos hábitos dietéticos, sino también recurrir a alimentos fortificados e incluso a suplementación con hierro medicinal. 

    El objetivo del tratamiento dietético para tratar la anemia ferropénica es normalizar el nivel de hemoglobina y rellenar los depósitos de hierro. 

    El hierro aparece en dos formas en la dieta: hierro hemo y hierro no hemo. El hierro hemo está presente sólo en alimentos de origen animal (carne, pescado y marisco, entre los que destacan las almejas, chirlas, berberechos y similares), mientras que el hierro no hemo se encuentra en alimentos de origen animal (junto al hierro hemo) y en los de origen vegetal (legumbres, frutos secos, verduras y hortalizas, destacando las habas secas y los pistachos), en donde es la única forma existente. El hierro hemo es más fácilmente absorbible. Se estima que el hierro hemo se absorbe en un 25% aproximadamente, y entre el 1 al 5% la forma no hemo. 

    Las modificaciones de la dieta incluyen:
    • Aumentar el consumo de hierro hemo. La absorción de hierro hemo no está afectada por otros componentes de la dieta, con la posible excepción del calcio. 
    • Aumentar el consumo de sustancias que favorecen la absorción del hierro no hemo: ácido ascórbico, proteínas de origen animal y ácidos orgánicos, como el succínico, cítrico, málico, láctico y tartárico. El ácido ascórbico o vitamina C lo encontramos en las naranjas, limones, pimientos, kiwis, fresones…
    • Disminuir el consumo de inhibidores de la absorción del hierro no hemo: polifenoles (té, café, chocolate, vino tinto), fitatos (presentes en los cereales integrales), oxalatos, proteínas vegetales (proteínas de la soja) y diversos minerales como el cinc, manganeso, magnesio, cobre y calcio. 
    Resulta muy interesante la combinación de alimentos que faciliten la absorción de hierro con alimentos ricos en hierro. Por ejemplo, es ideal después de comer legumbres tomar como postre un zumo de naranja, o combinar las legumbres y el arroz con proteínas (carne, huevo o pescado). 

    Es la composición general de una comida y las necesidades de una persona las que determinan en gran medida el grado de absorción y la cantidad de hierro liberada finalmente en el organismo. Las necesidades de la persona influyen en la absorción del hierro de forma que si estas no están cubiertas y hay carencia de hierro, la absorción aumenta con respecto a la absorción de una persona sana. El grado de absorción de hierro depende, por tanto, de la cantidad de las reservas de hierro en el organismo, de forma que individuos con anemia ferropénica son capaces de absorber entre un 20 y un 30% del hierro presente en la dieta, mientras que un individuo sin anemia sólo absorbe un 5-10% del total de hierro ingerido. Este control de la absorción es importante porque el cuerpo no elimina con facilidad el exceso de hierro una vez absorbido, por lo que absorbe sólo a medida que se necesite. 

    La fortificación de los alimentos con hierro es la forma más práctica de prevenir o paliar la carencia de hierro. Su principal ventaja es que el consumo de estos productos no requiere de una conducta activa del sujeto. La harina, la sal y el azúcar son algunos alimentos que pueden estar fortificados con hierro.

    También existe la posibilidad de tomar suplementos orales de hierro (sulfato ferroso). El hierro se absorbe mejor con el estómago vacío, pero muchas personas no lo toleran así y pueden necesitar tomarlo con alimentos. La leche y los antiácidos pueden interferir en la absorción del hierro y no deben tomarse simultáneamente con los suplementos del mismo. La vitamina C, en cambio, puede aumentar la absorción y es esencial en la producción de hemoglobina. El hierro intravenoso o intramuscular está disponible para pacientes que no pueden tolerar las formas orales. El hierro suplementario es necesario durante el embarazo y la lactancia, ya que el consumo normal en la dieta rara vez es suficiente para suministrar la cantidad requerida. 

    Los suplementos de hierro suelen ser necesarios en el tratamiento de la anemia ferropénica. Después de 2 meses de terapia con suplementos de hierro el hematocrito debe normalizarse, pero debe continuarse la terapia por otros 6 a 12 meses para reponer las reservas corporales, almacenadas en su mayoría en la médula ósea. 

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    No aconsejes a tus hijos que pierdan peso, sino que coman sano

    2 de julio de 2013
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    A los adolescentes es preferible aconsejarles que coman sano a que pierdan peso, para evitar que recurran a métodos poco saludables. 


    Durante la adolescencia son comunes los problemas de peso, y a menudo, los padres se preguntan si es perjudicial o beneficioso hablar con sus hijos sobre los hábitos alimentarios y el peso corporal

    Cuando los padres tienen que aconsejar a sus hijos que pierdan peso, es preferible enfocar la conversación hacia la necesidad de seguir una dieta sana y equilibrada, más que hacia la necesidad de perder peso. Si se aconseja al adolescentes perder peso, con mucha frecuencia utilizan métodos poco saludables para ello, como saltarse comidas o dietas inadecuadas. 
    El estudio, publicado en JAMA Pediatrics, se basa en entrevistas realizadas a adolescentes con una edad media de 14,4 años y a sus padres. 

    Durante las entrevistas se detectó que los adolescentes que habían conversado con sus padres sobre la necesidad de perder peso solían recurrir a métodos poco saludables. En el caso de los adolescentes que hablaron con sus padres sobre la necesidad de perder peso el 64% recurrió a conductas peligrosas y métodos poco saludables, mientras que cuando los padres enfocaron la conversación hacia la necesidad de comer sano sólo el 41% de los adolescentes recurrió a estos métodos poco recomendables. Cuando los padres directamente no conversan con sus hijos sobre los hábitos alimentarios o necesidad de perder peso, el 53% recurre a métodos poco saludables. 

    Es recomendable promocionar y conversar sobre los hábitos alimentarios saludables en lugar de discutir sobre el exceso de peso y la necesidad de perderlo, para evitar que los adolescentes recurran a hábitos poco saludables. 
    Berge JM, MacLehose R, Loth KA, Eisenberg M, Bucchianeri MM, Neumark-Sztainer D. JAMA Pediatrics (2013). Más información
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    Dulces y alimentos con alto índice glucémico enganchan

    1 de julio de 2013
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    Los alimentos de alto índice glucémico pueden provocar en el cerebro el mismo mecanismo que provocan las sustancias adictivas. Limitar la ingesta de hidratos de carbono de alto índice glucémico puede ayudar a personas obesas a reducir los antojos y a controlar el impulso de comer en exceso. 

    El índice glucémico mide la cantidad y la rapidez con la que un alimento aumenta la cantidad de glucosa en la sangre (glucemia). Los alimentos con un índice glucémico alto aumentan más rápido los niveles de azúcar en sangre que los alimentos con un índice glucémico bajo. Algunos alimentos con índice glucémico alto son el pan blanco, el arroz, las galletas, copos de maíz o la glucosa. 

    Los alimentos de alto índice glucémico, como los hidratos de carbono procesados, pueden desencadenar la sensación de hambre y estimular regiones del cerebro relacionadas con la recompensa y los antojos.

    La reducción de los alimentos de alto índice glucémico o hidratos de carbono altamente procesados puede ayudar a evitar comer en exceso a personas obesas. Al ser alimentos que desencadenan y aumentan la sensación de hambre, reducir su consumo puede ayudar en el control de la cantidad de comida consumida. 

    El estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition ha determinado la relación entre el consumo de alimentos y su regulación por los centros del placer del cerebro. Para ello midieron los niveles de glucosa en sangre y observaron la actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional durante las cuatro horas siguientes a la ingesta de batidos de leche con diferentes índices glucémicos. 

    Los participantes que consumieron el batido de alto índice glucémico presentaron gran sensación de hambre a las cuatro horas siguientes a la ingesta y elevada actividad en la región cerebral implicada en las conductas adictivas

  • Zheng JS
  • Hu XJ,
  • Zhao YM, 
  • Yang J,
  • Li D
  • The American Journal of Clinical Nutrition (2013). Más información


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    Las grasas saturadas aumentan riesgo de Alzheimer

    25 de junio de 2013
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    Una dieta con elevado contenido de grasas saturadas aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. 

    La enfermedad de Alzheimer puede ser causada en parte por la acumulación de péptidos beta amiloides en el cerebro. Estos péptidos se pueden unir a lípidos o a proteínas transportadoras de lípidos, como la apolipoproteína E, o estar libres en el cerebro. 

    El consumo elevado de grasas saturadas disminuye los niveles de apolipoproteína E, que ayuda en la protección del cerebro contra la enfermedad de Alzheimer. La apolipoproteína E ayuda a eliminar las proteínas beta amiloides del cerebro, que favorecen la formación de placas amiloides que interfieren en la función normal neuronal. Este tipo de placas son comunes en el cerebro de personas con la enfermedad de Alzheimer. 


    Un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Neurology determinó que la dieta con elevado contenido de grasas saturadas provoca cambios en la cantidad de beta amiloide y apolipoproteína E en el cerebro. 

    En el estudio participaron 20 personas mayores con la cognición normal y 27 con deterioro cognitivo leve, que es un precursor de la enfermedad de Alzheimer. Los pacientes fueron divididos al azar en dos grupos, ambos con dietas con igual cantidad de calorías, pero alta o baja en grasas saturadas. Las dietas con elevado contenido en grasas saturadas tenían un 45% del total de energía procedente de la grasa y más de la cuarta parte eran grasas saturadas. Las dietas con bajo contenido de grasas saturadas tenían un 25% de la energía procedente de la grasa, y menos del 7% eran grasas saturadas. Los resultados obtenidos se observaron tan sólo un mes después de seguir la dieta asignada. 

    Una dieta equilibrada, con un consumo adecuado de grasas saturadas, puede reducir el riesgo de padecer Alzheimer. Una buena nutrición, una vez más, modifica factores importantes en la evolución de las enfermedades, en este caso de la enfermedad de Alzheimer, además, en un corto período de tiempo. 

    Hanson AJ, Bayer-Carter JL, Green PS, Montine TJ, Wilkinson CW, Baker LD y col. JAMA Neurology (2013). Más información
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    La dieta mediterránea es beneficiosa para la memoria

    19 de junio de 2013
    Las personas con hábitos saludables tienen menor riesgo de pérdidas de memoria. La dieta mediterránea se relaciona con una mejor memoria y función cognitiva. 

    Llevar un estilo de vida saludable es beneficioso también para la memoria. Uno de los factores relevantes a tener en cuenta para prevenir el deterioro cognitivo y mantener una buena memoria es la dieta

    La dieta mediterránea, además de todos los beneficios que ya se le han atribuido, parece ser beneficiosa también para el mantenimiento de la memoria y la función cognitiva, según un reciente estudio. 

    Los autores del estudio, publicado en la revista International Psychogeriatrics, analizaron la relación entre un estilo de vida saludable y la memoria durante la vida adulta de un total de 18.552 personas.

    Tras el análisis de los resultados, se vio que una alimentación saludable, no fumar y el ejercicio regular se relacionaron con una mejor capacidad de memoria de la percepción subjetiva. Las personas con estos hábitos de vida saludables eran menos propensos a presentar problemas de memoria. 

    Las personas que sólo seguían uno de los comportamientos saludables medidos eran un 21% menos propensos a tener problemas de memoria. Los que seguían dos de los factores saludables medidos eran un 45% menos propensos, y los que seguían más de tres de estos comportamientos saludables eran mucho menos propensos a presentar problemas de memoria.

    Declararon tener problemas de memoria el 14% de los adultos jóvenes, el 22% de los adultos de mediana edad y el 26% de los adultos mayores. Estos resultados coincidían con los resultados sobre el estilo de vida, ya que los jóvenes entre 18 y 39 años tenían comportamientos menos saludables que las personas mayores: fuman más y comen peor. El 58% de los adultos jóvenes seguían al menos un comportamiento saludable frente al 70% de los adultos mayores y el 61% de los adultos de mediana edad. Esto se asoció a que los mayores prestan más atención a los consejos médicos, ya que con la edad aumenta la probabilidad de padecer alguna enfermedad, y a que las personas con malos hábitos no viven tanto tiempo.

    Los resultados de este estudio podrían ser un gran impulso para siguientes investigaciones sobre los problemas de memoria. Además, refuerzan la importancia de llevar una vida saludable, incluso para la memoria.

    Small GW, Siddarth P, Ercoli LM, Chen ST, Merrill DA, Torres-Gil F. International Psychogeriatrics (2013). Más información



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    Beneficios de los aceites vegetales en el cáncer de próstata

    17 de junio de 2013
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    La sustitución de la grasa animal y algunos carbohidratos por grasa vegetal, como el aceite de oliva o semillas, puede estar relacionado con un menor riesgo de muerte en hombres con cáncer de próstata metastásico

    Según un estudio de la Universidad de California publicado en la revista JAMA Internal Medicine, los hombres con cáncer de próstata pueden mejorar significativamente sus posibilidades de supervivencia con simples cambios en la dieta. Los hombres que reemplazaron el 10% de las calorías diarias totales procedente de los carbohidratos por grasas vegetales saludables, como el aceite de oliva o semillas, tenían un riesgo un 29% menor de morir por cáncer de próstata y un riesgo un 26% menor de morir por otras causas.

    Se trata de un estudio prospectivo de 4.577 hombres con cáncer de próstata no metastásico, de los que se examinó la ingesta de grasa en la dieta después del diagnóstico de cáncer de próstata, y que realizaron cuestionarios sobre la frecuencia de consumo cada cuatro años para evaluar la ingesta de grasaDurante un período de seguimiento de 8,4 años, 315 hombres murieron a causa del cáncer de próstata y 1.064 murieron por causas distintas. 

    Los resultados de este estudio resultaron contrarios a las recomendaciones de muchos médicos respecto al cáncer de próstata. Es común que los médicos aconsejen a hombres recién diagnosticados con cáncer de próstata que reduzcan las grasas de la dieta. En cambio, los resultados del estudio indican que el consumo de grasas vegetales es beneficioso, pudiendo ayudar a proteger contra la mortalidad a causa de cáncer

    A pesar de que el cáncer de próstata afecta a millones de hombres en todo el mundo, poco se sabe sobre la relación entre la dieta de los pacientes después de su diagnóstico y la progresión del cáncer de próstata. Aunque ya se había sugerido que el consumo de grasa podía ser relevante en el progreso de la enfermedad, este es el primer estudio que examina el consumo de grasa después del diagnóstico de cáncer de próstata. 


    Richman EL, Kenfield SA,  Chavarro JE, Stampfer MJ, Giovannucci EL,  Willett WC,  Chan JM. JAMA Internal Medicine (2013). Más información. 


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