30 de enero de 2014

¿Funciona la dieta de la manzana?


¿Funciona la dieta de la manzana?

Es época de empezar a pensar en la operación bikini si se quiere llegar a tiempo sin hacer locuras. Lo normal sería mantener un peso saludable estable y cuidar la alimentación durante todo el año, pero la elección de dietas para adelgazar poco recomendables lleva a esta situación: estar a dieta continuamente, sometiéndose a duras restricciones de alimentos para perder peso y al final, todo el sufrimiento vivido sólo sirve para volver a recuperarlo al abandonar la dieta. Evitemos este sufrimiento, ya que la nutrición es salud, y no vale la pena jugársela por bajar de peso rápido, cuando se puede hacer con una alimentación saludable. 

¿Qué es la dieta de la manzana?
La dieta de la manzana no es otra cosa que otra dieta milagro más. Se basa en las supuestas propiedades mágicas de la manzana, y por ello, si decides seguir esta dieta básicamente te alimentarás de manzanas. Además de manzanas, esta dieta incluye un plan muy restrictivo, de forma que si te cansas de comer manzanas, adelgazarás seguro porque apenas comerás. 

¿Por qué la manzana?
Proporcionan bastantes argumentos para convencer de las propiedades beneficiosas de la manzana. Vamos uno a uno:
  • Presenta a la manzana como un alimento que sirve para limpiar el sistema digestivo y eliminar impurezas, grasas, etc. 
La manzana es un alimento muy sano y que, bien lavada y bien combinada en la dieta, no aporta ningún tipo de sustancia perjudicial para la salud. Sin embargo, comer manzanas no elimina las grasas que comiste el día anterior. Lo que hace eliminar las grasas es comer de forma adecuada, una dieta equilibrada con aporte controlado de grasas, con mayor gasto que consumo energético y preferiblemente, con ayuda de deporte. Ya ves, nada que no sepáis, porque los milagros no existen, y verdad sólo hay una, esta. 
  • La manzana tiene propiedades saciantes, es decir, ayuda a inhibir el apetito. 
Es posible, pero no creo que tenga propiedades tan potentes como saciante como para eliminar el hambre si sólo coméis lo que la dieta indica. Además de hambre, os creará ansiedad, ya que es una dieta muy restrictiva. 
  • Las manzanas son ricas en vitaminas y minerales, pero con un aporte calórico bajo, por lo que es esencial comerla para aportar al cuerpo muchos de los nutrientes que necesita a diario. 
Si, las manzanas son un alimento muy completo, con vitaminas y minerales, pero no son una dieta por si mismas. Hay muchos nutrientes que también necesita el organismo que no los contienen las manzanas, y tampoco el menú recomendado en la dieta de la manzana. 

Menú de 5 días para perder peso con la dieta de la manzana
Este es el menú de la dieta de la manzana:
  • Día 1: Pasar el día comiendo sólo manzanas y dos litros de agua. Todas las que queráis, ¡qué bien!
  • Día 2: Desayunar y cenar manzanas, y para comer una ensalada verde aliñada con poca sal y vinagre o limón. 
  • Día 3: Desayunar una tosta de pan integral y manzanas. Para comer, una ensalada verde con apio y zanahoria. Para cenar, sorpresa, ¡manzanas!
  • Día 4: El mismo desayuno que el día 3, para comer una ensalada de verduras al vapor sin patata, aliñada con poca sal y limón y para cenar un vaso de leche desnatada y cereales de arroz. 
  • Día 5: Un desayuno compuesto por un huevo duro, una tostada de pan integral y una manzana. Para comer una ensalada de verduras crudas y carne asada y para cenar, manzanas. 

8 razones para no seguir la dieta de la manzana
  1. Es una dieta muy aburrida, muy repetitiva y muy poco variada. Una dieta para perder peso no tiene porque tener estas características. Se puede comer variado y adelgazar, restringiendo únicamente alimentos clave y con un menú apetecible. ¿De verdad preferís pasar un día entero comiendo sólo manzanas a llevar una dieta variada y equilibrada?
  2. Si, probablemente ayude a perder 7 kilos en una semana de dieta, pero no me extraña, porque con esta dieta bien seguida se debe pasar bastante hambre. Además, ¿cuántas manzanas podéis comer al día sin aborrecerlas? Es una dieta muy hipocalórica. 
  3. Las manzanas son sanísimas y un alimento muy recomendado para llevar una dieta saludable y equilibrada. Incluso hay un proverbio que dice: «Una manzana al día mantiene lejos al doctor». Pero ojo, las manzanas no contienen todos los nutrientes que el cuerpo humano necesita. Se deben comer manzanas, o mejor dicho, se debe comer fruta todos los días (los dietistas-nutricionistas solemos recomendar 5 raciones de frutas y verduras al día), pero no únicamente fruta. La fruta es un buen complemento para la dieta, pero no se puede basar una dieta en fruta, y menos aún sólo en manzanas. 
  4. Se trata de una dieta con muy bajo contenido de proteínas. No es una dieta equilibrada, y no está justificado utilizar este tipo de dieta para perder peso. Además, con este tipo de dietas se pierde peso, pero en realidad a costa de perder agua y masa muscular. Lo que interesa es perder grasa.
  5. Cuando en una dieta restringen muchos alimentos suele sufrirse mucha ansiedad. Si unes a la ansiedad el hambre que se debe pasar comiendo manzanas, esto posiblemente termine en que acabes atracando la nevera. Así que, todo el esfuerzo realizado… para nada. 
  6. Tras acabar la dieta de 5 días recomiendan una dieta de mantenimiento sana y equilibrada para no recuperar el peso perdido. Sin embargo, no dicen que esto no servirá de nada, porque tras someter al cuerpo a ese déficit de nutrientes y energía, tras la dieta de la manzana vuestro cuerpo almacenará todo aquello que comáis, para tener reservas. Es el llamado efecto rebote. 
  7. Como toda dieta no equilibrada, puede generar déficits nutricionales y problemas de salud como desajustes estomacales o dolor de cabeza, entre otros. 
  8. No es una dieta que os enseñe nuevos hábitos alimentarios saludables. Una dieta de adelgazamiento debe ayudarte a perder peso, pero también debe enseñarte a comer, para que no tengas que volver a recurrir a ella. Se trata de conseguir un peso saludable y mantenerlo estable. 
Deben elegirse dietas sanas, equilibradas y variadas para perder peso, o simplemente, para mantener un buen estado de salud. Si necesitas asesoramiento, no dudes en pinchar aquí

¿Habéis probado la dieta de la manzana? ¿Qué resultados habéis obtenido? ¿Cómo os habéis sentido durante el período de dieta?


Vídeo Dieta de la manzana

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29 de enero de 2014

Mi niño no come bien, ¿qué puedo hacer para que mis hijos coman?


Muchos niños comen muy poco o les cuesta mucho comer. Esto suele ser un problema para los padres, que tienen que insistir cada comida, y también suele ser una preocupación. 

























Muchos niños son inapetentes, es decir, tienen poco apetito, no muestran interés por comer o se cansan enseguida de comer, por lo que consumen cantidades muy pequeñas de alimentos. 

Entre los 2 y los 6 años son muchos los niños que pasan por períodos de tiempo en los que son inapetentes y que suelen desesperar a los padres. En ocasiones los niños pierden el apetito por procesos gripales, por problemas digestivos o porque no les gustan los alimentos que se les prepara. Pero otras veces, sin darse estos casos e incluso cuidando mucho la elección de los alimentos que les gusta y su preparación, sabor, olor y presencia, los niños no comen. Esta inapetencia suele ir asociada al deseo del niño de llamar la atención, y debemos actuar para que no adquiera esta costumbre. 
10 consejos para que tu hijo coma
  1. No pierdas los nervios, o conseguirás reforzar su conducta. Debes actuar con tranquilidad e intentar explicarle que debe comer. 
  2. El niño debe realizar cinco comidas al día, y debes evitar que coma entre esas cinco comidas. Si pica entre horas, y más si pica dulces como chucherías o chocolates, es normal que esté saciado para la siguiente comida. Evita también el consumo de refrescos y zumos entre horas. 
  3. Prepara raciones pequeñas y combina varios alimentos, para evitar que se aburra.
  4. Si preparas primer y segundo plato, que el primer plato sea el de mayor calidad nutricional. 
  5. Juega con los alimentos. Haz formas atractivas con la comida, mezcla muchos colores de distintos alimentos, usa platos atractivos para el niño… cualquier detalle puede impulsar al niño a comer y disfrutar de la comida. 
  6. Come en familia, compartiendo mesa y dedicando el tiempo necesario a la comida, como mínimo media hora. Así le das más tiempo para comer. Si no come, recuerda no enfadarte. Retira el plato con las sobras. Ya le entrará hambre. 
  7. Crea un ambiente en la mesa agradable, para que el niño esté tranquilo. No enciendas la televisión durante las comidas, o el niño se distraerá. Evita los castigos y las discusiones durante la comida. 
  8. Si a tu hijo no le gustan las acelgas, no te preocupes, sustitúyelas por otra verdura que le guste más. Lo importante es que tu hijo siga una dieta variada y equilibrada, pero para ello no es necesario que coma de todos los alimentos que existen. Se pueden sustituir unas verduras por otras, o un pescado que no le gusta por otro. 
  9. No hagas que la comida sea un premio o una compensación, y mucho menos, como un castigo. Que la comida sea un premio puede acabar en obesidad infantil, y que sea un castigo en la inapetencia. 
  10. Puede ser muy buena idea crear los menús semanales con todos los miembros de la familia, incluido el niño al que le cuesta comer. También puede ayudar hacerle participar en la compra y en la elaboración de los alimentos. 
Si el problema dura mucho tiempo, puedes acudir a tu médico, para que evalúe el caso. Pero en la mayor parte de los casos suele tratarse de un problema puntual que si se lleva bien por parte de los padres, al final desaparecerá de la conducta del niño. 
Come en familia 
Siempre es recomendable comer en familia y que el niño aprenda que comer es, además de necesario, un momento para disfrutar en familia. Además, de esta forma el niño puede aprender por observación a comer de forma saludable y a comportarse de manera adecuada en la mesa. Por supuesto, para ello debes comer saludable y esforzarte por hacer un menú variado, para que el niño aprenda a comer igual. Recuerda siempre esto, aunque parezca que tu hijo no te escucha cuando le dices que la verdura es buena, si tú la comes y él lo ve, probablemente las aprenderá a comer. Por tanto, comiendo en familia además de mantener unida a la familia y crear un lazo fuerte, enseñarás a tu hijo sin mucho esfuerzo buenos hábitos alimentarios. Todo son consecuencias positivas, siempre que puedas hazlo. 
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28 de enero de 2014

¿Son útiles los test de compatibilidad alimentaria?


Últimamente están de moda los test de intolerancia alimentaria para tratar la obesidad, la retención de líquidos… entre otros problemas. Pero, ¿sirven de algo?
Los test de compatibilidad alimentaria suelen ofrecerse para conseguir perder peso, evitar la retención de líquidos, tratar las alergias o intolerancias alimentarias, entre otros. Su fundamento es que cada persona debe consumir unos alimentos y debe evitar otros, debido a que cada persona digiere mejor o peor unos grupos de alimentos. Con los resultados del test, aconsejan eliminar algunos alimentos, o dietas basadas en la rotación de alimentos. 

La posición de los expertos en nutrición respecto a estos test de intolerancias alimentarias es que no son útiles. Las razones son:
  • Estos test de compatibilidad alimentaria no están basados en evidencia científica, es decir, no se ha comprobado científicamente su validez y utilidad. No cuentan con el aval de dietistas-nutricionistas, alergólogos ni inmunólogos. Los resultados del test no son fiables. 
  • Suponen un gasto de dinero innecesario, ya que sus resultados no son útiles. Por supuesto, también son una pérdida de tiempo. 
  • La restricción de alimentos puede suponer un peligro para la salud, sobre todo si restringe grupos de alimentos enteros. 
  • Puede retrasar el diagnóstico de patologías como la obesidad o las alergias alimentarias, así como fomentar la instauración de tratamientos ineficaces e incluso, perjudiciales. 
  • Una gran restricción de alimentos puede suponer un gran estrés y ansiedad para la persona. 

Por tanto, si está pensando en realizarse uno de estos test, no malgaste su dinero y su tiempo. Se desaconseja el uso de estos test como herramienta de diagnóstico de enfermedades, así como para decidir el tratamiento requerido. Si necesita ayuda para perder peso, para evitar la retención de líquidos o para alimentarse teniendo en cuenta una intolerancia o alergia alimentaria, mejor consulte a un dietista-nutricionista. Si necesita saber porque le sienta mal un alimento o se siente mal al comer, acuda a su médico. 

M Garcia, MT Comas, J Basulto, E Baladia, M Manera. 
Grupo de Revisión y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas.
¿Ha oído hablar de estos test? ¿Los ha probado o sabe de alguien que lo haya hecho?

Si necesitas ayuda de un dietista-nutricionista, pincha aquí
23 de enero de 2014

Las diez mejores citas sobre alimentación saludable


Las diez mejores citas sobre alimentación saludable



La nutrición es muy importante para todos, o al menos debería, ya que lo que comemos determina nuestra salud. Desde épocas remotas, existen frases y citas que remarcan la importancia de la nutrición. Aquí tenéis una recopilación:

  1. «Deje que los alimentos sean su medicina y que la medicina sea su alimento» – Hipócrates 
  2. «Hay que comer para vivir, y no vivir para comer» – Molière
  3. «Aquellos que creen que no tienen tiempo para hacer ejercicios, tarde o temprano tienen que buscar tiempo para estar enfermos» – Edward Stanley
  4. «La salud es como el dinero, nunca tenemos una verdadera noción de su valor hasta que lo perdemos» – Josh Billings
  5. «Cuide su cuerpo. Es el único sitio que usted tiene para vivir» – Jim Rohn
  6. «Nuestros cuerpos son nuestros jardines, nuestras decisiones nuestros jardineros» – William Shakespeare
  7. «El médico del futuro no tratará el cuerpo humano con medicamentos, más bien curará y prevendrá las enfermedades con la nutrición» – Thomas Edison 
  8. «Una manzana al día mantiene lejos al doctor» – Proverbio
  9. «La verdadera reforma del sistema de salud comienza en su cocina, no en Washington» – Anónimo
  10. «Somos lo que comemos» –  Ludwig Feuerbach

¿Cuál es tu frase célebre favorita? ¿Conoces más? ¡Compártela!
21 de enero de 2014

La alimentación del bebé a partir de los 6 meses


A partir de los 6 meses, aproximadamente, es normal que el bebé empiece a quedarse con hambre si sólo se le alimenta mediante leche materna. Cuando notes esto, es momento de introducir la alimentación complementaria, la leche de fórmula, para que tu bebé se desarrolle de forma adecuada.

La alimentación del bebé a partir de los 6 meses
La leche materna es el alimento ideal para el bebé, y se recomienda dar lactancia de forma exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del bebé si es posible. Si no se ha dado leche materna, se deberá alimentar al bebé durante los 6 primeros meses de vida únicamente mediante leche de fórmula. Sin embargo, llegará un momento en el que será insuficiente alimentarlo únicamente mediante lactancia materna. Se nota porque el niño se queda con hambre, notarás que quiere comer más o que después de comer sigue inquieto. Es momento de introducir la alimentación complementaria a la dieta de tu bebé, sin que esto signifique que debes dejar de darle el pecho. Este período suele ser, dependiendo del niño y de la cantidad y la calidad de la leche de la madre, de los 6 a los 24 meses de edad. Es muy importante detectarlo para evitar la malnutrición del bebé.

Para evitar problemas de malnutrición en el bebé, lo normal es empezar a complementar la leche materna a partir de los 6 meses de vida del bebé. Sin dejar de dar leche materna, se van introduciendo alimentos no lácteos poco a poco, dependiendo de las necesidades del bebé y adaptándose a su desarrollo y capacidad de digerir los alimentos. De esta forma, tu hijo o hija crecerá de la forma adecuada y sin ningún problema nutricional. 

La alimentación complementaria debe ser suficiente, pero no excesiva. Se debe dar en las cantidades adecuadas y con la frecuencia correcta. La OMS recomienda que los lactantes empiecen a tomar alimentación complementaria a la leche materna a partir de los seis meses. Primero, durante los 6 y los 8 meses de dos a tres veces al día. Después, unas tres o cuatro veces al día, añadiendo a continuación aperitivos nutritivos entre las tomas. 

Período de transición, destete o Beikost
A partir de los seis meses de vida, el sistema digestivo de tu bebé va madurando poco a poco, y va adquiriendo la capacidad de empezar a comer y digerir los alimentos. Por ello, y para detectar posibles alergias alimentarias, es muy importante introducir los alimentos en un orden adaptado al desarrollo del bebé y en pequeñas cantidades. En esta etapa se debe favorecer el desarrollo del sentido del gusto con la alimentación, y se deberá realizar poco a poco el paso de la succión a la cuchara, introduciendo a su debido tiempo los alimentos triturados como complemento a los alimentos líquidos. 

El procedimiento consiste en ir sustituyendo las tomas de leche del bebé por alimentación complementaria. Se van sustituyendo una a una por papillas, purés, fruta… siguiendo los pasos que se indican a continuación. Es importante comprobar la correcta tolerancia del bebé al nuevo alimento, por lo que se deben introducir los alimentos poco a poco, en pequeñas cantidades y de uno en uno, comprobando su adaptación a ese nuevo alimento y que no presenta alergias. 

Se debe tener en cuenta que desde el momento que se empiezan a introducir alimentos distintos a la leche habrá que dar agua al bebé, para que esté correctamente hidratado.  

Orden de introducción de los alimentos en la alimentación del bebé:
  1. Los cereales. Se introducen a partir de los 5 ó 6 meses y nunca debe hacerse antes de los cuatro, ya que el bebé no tiene preparado el sistema digestivo para su digestión. Primero deben introducirse cereales sin gluten, para evitar alergias e intolerancias al gluten. El arroz y el maíz no tienen gluten. A partir de los 7-8 meses se pueden empezar a mezclar alimentos sin gluten y alimentos con gluten. Son cereales con gluten el trigo, el centeno, la avena y la cebada. Los cereales se deben dar en cantidades adecuadas, ya que son bastante calóricos. Si se preparan en forma de papilla se deben realizar con la cantidad de leche habitual y añadiendo los cereales necesarios para su preparación. 
  2. Las frutas. Son necesarias debido a que aportan gran cantidad de vitaminas. Se deben empezar a dar a partir de los 5 meses, y nunca sustituyendo las tomas de leche, sino complementándolas. En primer lugar se debe dar la fruta en forma de zumo o papilla, pero sin añadir galletas hasta los 7 meses porque contienen gluten ni azúcar. Se debe acostumbrar al bebé a los nuevos sabores, y dar fruta variada, evitando las más alergénicas que son las fresas, el fresón, el kiwi y el melocotón. 
  3. Las verduras y las patatas. Se empiezan a introducir a partir de los 6 meses, ya que son necesarias por la gran cantidad de minerales que aportan. Primero puede probarse con los caldos de las verduras, dados al bebé en el biberón. El caldo ideal es el agua de cocción de las verduras, sin más. Para obtener un buen caldo, evitar añadir mucha agua de cocción a las verduras para que el caldo esté concentrado en nutrientes. Después se puede ir probando con los purés, realizados con leche, y a los que se puede añadir una cucharada de aceite de oliva, pero nunca sal. Se deben evitar verduras como las acelgas, los nabos, las espinacas y la remolacha por su elevado contenido en nitritos, por lo que no se recomienda utilizar tampoco su agua de cocción. También se deben evitar al principio las más flatulentas como la col, la coliflor, etc. Por último, evitar también las verduras muy aromáticas como el ajo o los espárragos. Lo mejor es empezar con verduras como la patata, el calabacín o las judías verdes, y poco a poco introducir el resto. 
  4. La carne. Se deben empezar a dar a partir de los 6 meses. Es preferible elegir las carnes menos grasas como la de pollo, que es la mejor para empezar. Se debe introducir muy poco a poco, mezclada en papilla con las verduras. A continuación se aconseja introducir en la dieta del bebé la ternera y el cordero, interesantes por su alto valor biológico. Las vísceras como los sesos, hígados, etc. es mejor evitarlas, por su elevado contenido en grasa y colesterol. 
  5. Los yogures. Se pueden introducir en la dieta a partir de los 8 meses. Debe empezarse con los yogures naturales y sin azucarar. Se puede mezclar con la papilla de frutas. 
  6. El pescado. Es más alergénico, por lo que no se debe empezar a introducir en la dieta hasta los 9 meses, y si algún familiar cercano tiene alergia a algún pescado se puede esperar todavía más para introducirlos en la dieta. Es recomendable empezar con pescados blancos como la merluza o el lenguado, y poco a poco sustituir algunas tomas de carne por pescado. Se debe tener muchísimo cuidado con las espinas. 
  7. Las legumbres. Se pueden añadir al puré de verduras a partir de los 18 meses. Las legumbres mezcladas con arroz o patatas tienen un alto valor biológico, por lo que pueden sustituir a la carne. Lo recomendable es consumirlas bien combinadas dos veces a la semana.
  8. Los huevos. A partir de los 9 meses se puede introducir en el puré la yema cocida, y a partir de los 12 meses se puede dar el huevo entero cocido, tanto la yema como la clara. Se debe introducir muy poco a poco en la dieta, dando primero un cuarto de yema triturada en el puré, a la semana siguiente media yema, y así hasta triturar el huevo entero a los 12 meses de edad. Nunca se deben dar huevos crudos. Los huevos más adelante pueden sustituir alguna toma de carne. 
  9. No es necesario introducir en la dieta el azúcar, y no se debe dar al bebé menor de un año miel. 
  10. La leche de vaca entera y los quesos pueden introducirse en la dieta a partir del año. Es mejor la leche, a no ser que el bebé tenga sobrepeso y se opte por una leche semi o desnatada. 

¿Es el orden que os han indicado? ¿Habéis tenido algún problema? ¿Tenéis alguna duda al respecto? No dudes en dejar tu comentario o duda. 

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21 de enero de 2014

Lactancia artificial o leche de fórmula durante los primeros meses


Lactancia artificial o con leche de fórmula durante los primeros meses de vida del bebé

En determinadas ocasiones, aunque la madre lo desee, no es posible alimentar al bebé mediante leche materna, o directamente, es posible que la madre no quiera o no pueda. En estos casos, el bebé se alimentará desde el nacimiento mediante leche de fórmula, que trata de imitar la composición de la leche materna. 

En estas ocasiones en las que no se puede dar lactancia materna, se empieza alimentando al bebé con leche para lactantesfórmulas de inicio. Son leches elaboradas a partir de leche de vaca, pero modificada para que se parezca lo máximo posible a la leche materna. Este tipo de leche se debe utilizar de forma exclusiva hasta los seis meses, y a esta edad, se debe complementar la alimentación del bebé según está establecido. 

Leche para lactantes o fórmulas de inicio
Están fabricadas a partir de leche de vaca, que se modifica para hacerla semejante a la leche materna y que cubra correctamente las necesidades nutricionales del bebé. En este tipo de leche se ha modificado el contenido proteico, debido a que los bebés al nacer no tienen desarrollado el organismo y no tolerarían bien la leche de vaca tal cual. Además, se añaden aminoácidos presentes en la leche de vaca como la taurina y la carnitina, que se sabe que son beneficiosos, aunque no se han establecido todavía las cantidades necesarias para obtener dicho beneficio. 

Las grasas de la leche para lactantes o fórmulas de inicio debe constituir el 40-55% del aporte calórico total. Esta limitada por la Directiva europea la cantidad de ácidos láurico y mirístico, así como el uso de ácidos grasos trans saturados. También se tiene en cuenta en la modificación de la leche de vaca que no pueden sintetizar todavía ni el ácido araquidónico (ARA) ni el ácido docosoexanoico (DHA) a partir de los precursores linoleico y alfa-linolénico, por lo que se pueden incluir en la leche de fórmula.   

La lactosa debe ser el hidrato de carbono mayoritario. El contenido en sales minerales debe ser reducido, aunque no debe ser inferior al de la leche materna. La relación calcio/fósforo debe estar entre 1 y 2, y deben contener las vitaminas y minerales necesarios. 

Preparados de continuación
Este tipo de leche se debe usar a partir de los 6 meses. Son fórmulas semejantes a las de inicio, pero se adaptan mejor a esta edad del lactante. Se diferencia de la leche anterior  en que puede contener más proteínas y que se les puede añadir sacarosa, fructosa y miel. Además tienen mayor contenido de hierro y pueden contener probióticos aceptados, que sean adecuados y seguros. 

En general se trata de fórmulas que hay que preparar. Es muy importante seguir las indicaciones del fabricante, para obtener leche en concentraciones adecuadas de nutrientes. Los materiales utilizados tanto para su preparación como para su consumo deben lavarse cuidadosamente y esterilizarse para el lactante menor de 4 meses. 

A partir de los seis meses de edad, además de cambiar a la leche de continuación, se debe empezar a introducir alimentación complementaria en el orden adecuado. 

¿Utilizas leche de fórmula para tu bebé? Cuéntanos tu experiencia. 


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20 de enero de 2014

Dieta para evitar la retención de líquidos


¿Tienes retención de líquidos? Síntomas de la retención de líquidos y dieta para evitarla. 

Dieta para evitar la retención de líquidos
La retención de líquidos se produce cuando falla el funcionamiento normal del cuerpo, que permite mantener en equilibrio el agua y los solutos del cuerpo. Si este equilibrio se rompe aparecen los molestos edemas, que se forman por un aumento del volumen de agua entre las células (es decir, en el líquido intersticial). Eso sí, se debe tener cuidado, ya que muchas personas confunden la retención de líquidos con los depósitos de grasa, y muchas veces piensan que sufren retención de líquidos y no es así. 
Síntomas de la retención de líquidos
La retención de líquidos es muy común en las mujeres, sobre todo en verano debido al calor. Los síntomas más comunes son los párpados o los tobillos hinchados, como consecuencia del agua acumulada, acompañados de sensación de pesadez. Por ello, la piel se ve estirada y más brillante de lo normal. Si presionas ligeramente sobre la zona hinchada, se observa que queda la marca y la huella desaparece poco a poco. 
¿Por qué tengo retención de líquidos?
Las causas pueden ser varias:
  • Una mala hidratación, normalmente como consecuencia de beber pocos líquidos a lo largo del día. 
  • Consumo elevado de alimentos ricos en sal o abuso de la sal de mesa para cocinar o aliñar. 
  • Llevar un estilo de vida sedentario, no hacer ejercicio físico de forma habitual. 
  • Mala circulación de la sangre. 
  • Estar muchas horas de pie o sentado, por ejemplo en el trabajo o estudiando. 
  • Durante el embarazo o la ovulación suele ser todavía más habitual. También en otros estados fisiológicos como la menopausia o incluso la pre-menopausia. 
  • Muchos fármacos provocan la retención de líquidos, como por ejemplo los corticoesteroides o los fármacos regular la tensión arterial. 
  • Algunas enfermedades también provocan la aparición de edemas, como algunas enfermedades del corazón, hígado, riñón o tiroides. 

Remedios para combatir la retención de líquidos
  • No abuses de la sal de mesa ni de los alimentos salados. Evita utilizar mucha sal cocinando y aliñando los alimentos. Ten cuidado también con los alimentos salados como los cubitos de caldo, las conservas, algunos congelados, alimentos precocinados, embutidos, quesos, ahumados y patatas fritas. 
  • Mantén un peso saludable. Para ello, lleva una dieta sana y equilibrada. Si tienes obesidad o sobrepeso, lo mejor es que acudas a un dietista-nutricionista para solucionarlo. Si lo deseas, contamos con este servicio
  • Mantente activo. Realiza ejercicio físico, muévete. Intenta caminar a diario, baila, nada. Cualquier actividad física que hagas te ayudará a reducir el hinchazón, sobre todo de las piernas, y te hará sentir mejor. A algunas personas también les ayuda el uso de medias elásticas, ya que favorecen el retorno venoso, así como los masajes y no usar ropa muy ajustada. 
  • Consume alimentos ricos en potasio. Sobre todo en vegetales y legumbres. En concreto, contienen potasio alimentos como la soja en grano, la leche de vaca, el tomate, las almendras, los garbanzos, las lentejas, el aguacate, el plátano, las nueces, los piñones, las espinacas, los champiñones y las setas, entre otros. El potasio ayuda a mantener en equilibrio el agua corporal. 
  • Bebe mucha agua. El cuerpo humano está formado fundamentalmente por agua, y es importante mantenerlo hidratado para su correcto funcionamiento. El agua ayuda a depurar el organismo, y por ello, aunque un edema sea un cúmulo de agua la solución no es dejar de beber, sino todo lo contrario. El consumo de líquido te ayudará a reducir la hinchazón. Bebe mucha agua, infusiones, zumos, etc. Las infusiones que más pueden ayudarte en estos casos son la cola de caballo y el saúco. Alimentos como las frutas y las verduras también contienen mucha agua. Comer caldos, purés, batidos también puede ayudarte. 

¿Sufres retención de líquidos? ¿Has conseguido superar la retención de líquidos mediante la dieta? No dudes en contárnoslo. 
13 de enero de 2014

Consejos para adelgazar y perder peso de forma saludable


Consejos para adelgazar y perder peso de forma saludable


Tras las navidades, en las que lo fácil es pasarse y comer demasiado, es común ganar unos kilos de más. Por eso entre los propósitos de Año Nuevo está el de perder peso y conseguir sentirnos bien. Aquí tenéis unos trucos para perder esos kilos de más sin perder salud y hacer realidad vuestro deseo. 
Consejos sencillos para perder peso de forma saludable
  • No te tomes la dieta como un período de sufrimiento. Debes entender la dieta como un período de cambios que te llevará a conseguir lo que tanto deseas. Una dieta no sirve de nada a largo plazo si no aprendes los nuevos hábitos alimentarios, ya que cuando la acabes recuperarás el peso perdido. Puede ayudarte a cambiar de hábitos pensar que con lo que estás aprendiendo con la dieta estás aprendiendo a cuidarte. 
  • Haz cinco comidas al día. Reparte las ingestas de comida a lo largo del día, y mantén los horarios estables. Te permitirá realizar comidas poco copiosas pero más a menudo y así evitarás el hambre, los picoteos y la ansiedad. No te saltes el almuerzo a media mañana ni la merienda, pero elije alimentos ligeros y sanos, como una fruta o un yogur. 
  • Elije un buen plato principal y una buena técnica de cocción. Si elijes carne, que sea magra y no tenga grasa visible. Elijas lo que elijas, escoge una técnica de cocción sencilla como al horno, vapor, plancha, papillote, hervido… y no te pases con el aceite. 
  • Controla la cantidad de aceite cuando cocinas y aliñas. El aceite tiene muchos beneficios para la salud, pero también es muy calórico, por lo que se debe contar casi con cuentagotas su consumo en las dietas de adelgazamiento. No es efectivo seguir una dieta de adelgazamiento a la perfección pero no hacer caso a la recomendación de controlar el aceite, ya que aumentará mucho las calorías diarias de tu dieta, y por tanto, no perderás grasa como está previsto. Lo ideal es que elijas formas de cocción que no necesiten aceite, como la plancha, el vapor, el horno o la papillote, y que luego añadas un poco en crudo para aliñar. 
  • Acompaña el plato principal con ensalada o verduras. De esta forma no te quedarás con hambre y no habrás consumido muchas calorías. Si comes un filete de pechuga de pollo o un pescado a la plancha y los acompañas de patatas fritas las calorías consumidas serán mucho más elevadas que si los acompañas de una ensalada o unas verduras a la plancha, al horno o al vapor. 
  • Si te quedas con hambre, repite de las verduras o frutas. Si te quedas con hambre tras comer tu menú, no repitas de cualquiera de los platos o peor aún, tomes dos postres dulces. Lo ideal es que elijas comer más ensalada, más verduras o más fruta. Calmarán tu sensación de hambre y te saciarán sin aportarte muchas calorías más. 
  • Cuidado con las cantidades de cada alimento. No se trata sólo de elegir alimentos bajos en calorías y sanos, sino también en cuidar las cantidades. No sirve de mucho merendar fruta si lo que en realidad meriendas es un melón entero. 
  • Consume todos los grupos de alimentos. Si sigues una dieta que no los incluya todos puede que no estés perdiendo grasa, sino solamente agua corporal. Para perder grasa corporal debes consumir proteínas e hidratos de carbono, pero reducir un poco el consumo de grasas. Las dietas que recomiendan no consumir hidratos de carbono lo que te harán perder es agua corporal, por lo que el peso perdido lo recuperarás rápidamente. Además, consumir todos los grupos de alimentos te garantiza tener la fuerza suficiente para afrontar tu día a día sin sentirte decaída como consecuencia de la dieta. 
  • Acostumbra tu paladar a comer sano. Si consigues comer sano y elegir cocciones sanas durante un tiempo, seguramente acabes disfrutando de ellas, ya que notarás como le hacen bien a tu cuerpo. Es muy importante para conseguir esto no comer siempre lo mismo, probar nuevas recetas y nuevos alimentos, para sorprender cada vez al paladar con nuevos sabores. Verás como encuentras platos saludables que te encantan. 
  • Realiza ejercicio físico. Si realizas ejercicios como caminar, nadar, correr, ir en bici… favorecerás la pérdida de peso. Si eliges ejercicios de fuerza como hacer abdominales o pesas mejorarás la firmeza de tu cuerpo mientras pierdes peso. 
Si con todos estos trucos consigues perder de medio kilo a un kilo a la semana, ¡estás en el buen camino! ¡Sigue así!

Consejos para adelgazar rápidamente sin riesgos I: antes de empezar
Consejos para adelgazar rápidamente sin riesgos II: consejos generales
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12 de enero de 2014

Importancia de la alimentación de la madre durante la lactancia materna


La alimentación de la mujer durante la lactancia puede variar las características nutricionales de la leche materna, lo que afectará a la nutrición del bebé. Mientras das el pecho a tu bebe, ¿qué debes comer?
Importancia de la alimentación de la madre durante la lactancia materna. En la foto se ve a una madre jugando con su hija, en edad de darle de mamar todavía.


La lactancia materna es el único alimento ideal para nuestro bebé, pero la alimentación de la madre puede influir en la calidad de la leche, tanto en su perfil lipídico como en las vitaminas que contiene. Por tanto, es importante saber los requerimientos nutricionales de la mujer mientras da de mamar a su bebé. 


La alimentación de la mujer durante la lactancia materna
Un dato que demuestra la importancia de la alimentación de la mujer durante la lactancia es la afirmación de que las mujeres durante este período tienen necesidades energéticas incluso mayores que durante el embarazo, ya que la producción de leche supone un elevado gasto energético. Así, aunque durante los primeros meses de lactancia el cuerpo gasta los depósitos acumulados durante el embarazo, la madre necesitará consumir unas 500 kcal más de lo habitual, siempre dependiendo de las características específicas de la madre. 

En cuanto al consumo de nutrientes, las necesidades también aumentan mucho durante la lactancia materna, siendo aproximadamente un 10-20% superiores a las recomendaciones durante la gestación. 

Durante la lactancia materna se pierden proteínas en la producción de la leche, por lo que las necesidades de proteínas de la madre están aumentadas, siendo de 10 a 14 gramos al día durante los primeros seis meses, de 15 a 19 gramos al día durante los segundos seis meses y de 12 gramos al día a partir de entonces. La mujer deberá comer más alimentos proteicos para no tener un déficit y que disminuya la cantidad de leche producida. En cuanto a las grasas, es importante consumirlas de buena calidad, para asegurar todos los ácidos grasos esenciales así como el ácido docosahexaenoico (DHA), importante en el desarrollo cerebral y de la retina. Pero la cantidad de grasa consumida no aumenta, como ocurre también con los hidratos de carbono. 

En cuanto a las vitaminas, es importante cuidar el aporte de las vitaminas A y C, pues sus requerimientos aumentan mucho durante la lactancia. La vitamina A está presente en los lácteos, el pescado azul, algunas frutas y verduras. La vitamina C también está presente en la fruta. 

Debido a que la leche materna contiene mucho calcio, las necesidades de este mineral también aumentan. También es importante el correcto consumo de zinc

Mientras se da el pecho es muy importante que la mujer beba mucha agua y líquido, ya que supone aproximadamente el 85% de la leche materna. La madre no debería beber menos de dos litros de agua, además de comer frutas, verduras y hortalizas que también aportan mucha agua. 

Consejos para seguir una dieta adecuada durante la lactancia

  1. Realiza como mínimo cinco comidas al día, lo que permitirá consumir las calorías diarias necesarias. Es importante comer bien para asegurar la correcta producción de leche, tanto en cantidad como en calidad. 
  2. Consume mucha agua y también bebidas como la leche, bebida de soja, de almendra o de avena, que aportan calcio y proteínas así como agua. También es interesante para asegurar el aporte hídrico necesario el consumo de caldos y zumos. 
  3. Consume pescado azul, que además de aportar proteínas contiene ácido docosahexaenoico (DHA), necesario para el desarrollo cerebral y de la retina del bebé. 
  4. Toma grasas insaturadas, presentes en el pescado azul, el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos. 

Alimentos que debes evitar durante la lactancia materna
Algunos alimentos pueden variar las características organolépticas de la leche, como el sabor o el olor, y esto puede ser perjudicial si al niño no le gusta el cambio. Otras sustancias pueden incluso pasar a la leche, y tener un efecto nocivo sobre la salud del bebé. 

Para que el sabor de la leche no cambie es recomendable evitar los alimentos picantes, así como alimentos con sabor fuerte (que pueden cambiar el sabor de la leche) como las coles, el ajo, la cebolla, la carne de caza, el embutido o los espárragos. 

Para evitar el paso de sustancias tóxicas a la leche y por tanto, al bebé, se debe evitar el consumo de alcohol y tabaco. El alcohol pasa por igual al cuerpo de la madre que a la leche materna, por lo que se debe evitar su consumo. Además, el alcohol y el tabaco parecen reducir el volumen de leche producido por la madre, lo que puede afectar al correcto crecimiento del bebé. También es recomendable moderar el consumo de bebidas estimulantes como el café, el té o los refrescos con cafeína, ya que también pasan a la leche materna y suelen causar irritabilidad en el bebé. 
¿Puedo perder peso durante la lactancia materna?
Si, puedes. Es más, en general la lactancia materna ayuda a perder peso, ya que dando el pecho se gastan los depósitos de grasa acumulados durante el embarazo para asegurar la lactancia. Gran parte de estos depósitos de grasa acumulados se gastan en la producción de la leche materna. Pero si quieres adelgazar aún más deprisa, quizás no sea el momento. Lo más aconsejable es esperarse a terminar de dar la lactancia materna para empezar una dieta de adelgazamiento. De todas formas, con una dieta sana y equilibrada y dando la lactancia materna, poco a poco irás recuperando tu peso. Si al final decides hacer una dieta de adelgazamiento durante la lactancia, lo mejor es que pidas ayuda a un dietista-nutricionista, para que no afecte ni a tu salud ni a la calidad de la leche y por tanto, a la alimentación de tu bebé. Por supuesto, nada de dieta de la manzana, dieta de la piña, dieta del agua de avena, del café verde… 

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3 de enero de 2014

Qué comer durante el embarazo


Importancia de la nutrición y la dieta durante el embarazo

Qué comer durante el embarazo

Durante el embarazo y la lactancia las necesidades de la mujer aumentan, pero no se debe «comer por dos» ni comer el doble como muchas personas creen. Es más, durante la gestación se producen ajustes digestivos y metabólicos que permiten un mayor aprovechamiento de los nutrientes, aún así, las necesidades aumentan (aunque no se duplican) para el correcto crecimiento del feto, para cubrir las necesidades de la mujer embarazada y prepararla para el parto, así como para promover la futura lactancia materna. 

Antes de quedarse embarazada
Lo ideal es que la mujer planifique el embarazo, y acuda a su médico para que valore su salud. Es importante que cuando la mujer se quede embarazada tenga un peso corporal adecuado, ya que facilitará mucho el correcto avance del embarazo. Además, debe tomar ácido fólico para evitar problemas en el feto. Sin embargo, esto no suele hacerse, y la mujer se queda embarazada sin planificarlo o sin consultar antes a su médico. Esto da todavía más importancia a la nutrición de la mujer durante el embarazo. 

Ingesta energética durante el embarazo
Una mujer embarazada debe comer más debido a que aumenta su gasto energético para asegurar el correcto desarrollo del feto, además de las necesidades de la mujer. Eso sí, se debe tener en cuenta que durante el embarazo se suelen reducir las actividades cotidianas, por lo que esta disminución de la actividad diaria ayuda a compensar el aumento de las necesidades. Parte de la energía extra consumida servirá para proteger al feto, ya que se almacenará en forma de depósitos de grasa para prevenir un posible déficit durante los últimos meses de gestación o incluso durante la lactancia materna. Este aumento de energía debe valorarse teniendo en cuenta el peso de la mujer, sus características (edad, otro embarazo reciente, alguna enfermedad, etc.) y su nivel de actividad durante el embarazo. Si la mujer practica ejercicio físico durante el embarazo es muy importante que se ayude de un profesional, para evitar a toda costa un balance de energía negativo.

Durante el primer trimestre la alimentación debe ser normal, cuidando, eso sí, el aporte de ácido fólico. A partir del segundo trimestre se deben ir aumentando progresivamente las calorías de la dieta, de unas 100 a 300 calorías extra, dependiendo del caso. Por tanto, ni mucho menos se debe comer el doble. Si una mujer antes del embarazo llevaba una dieta de 2000 calorías, al final del embarazo debe llevar una dieta de aproximadamente 2300 calorías.  

Engordar durante el embarazo
Durante la gestación se forma dentro del cuerpo de la mamá un nuevo ser, por lo que es normal que la mujer gane peso. Lo ideal es que no se ganen más de 12 kilos durante los 9 meses de embarazo, pero por supuesto, se debe consultar con el médico cada caso en particular. El aumento de peso debe ser controlado y adecuado, ya que puede ser peligroso para el bebé que la madre engorde más de lo necesario. La mitad del peso ganado se debe al peso del feto, la placenta y el líquido amniótico. El resto se debe al aumento del volumen sanguíneo, de los órganos de reproducción y a la acumulación de grasa para la futura lactancia materna. Por ello, cuando las madres dan lactancia a sus hijos pierden peso más fácil, porque gastan esos depósitos almacenados para asegurar la lactancia. 

Nutrición durante el embarazo
  • Nutrición durante los primeros meses de embarazo: El primer trimestre
Durante el primer trimestre la dieta de la mujer embarazada no debe variar mucho de una dieta sana y equilibrada. Todavía no requiere más energía durante los primeros meses, ni requiere necesidades concretas de esta situación fisiológica exceptuando los niveles de ácido fólico. Por tanto, una dieta con aporte normal de proteínas, que por lo general la mayoría cumplimos con la alimentación habitual. Las proteínas en la dieta se obtienen a partir de la carne, pescado, huevos, legumbres, queso, etc. El contenido de hidratos de carbono también debe ser normal, como el de una dieta equilibrada, por lo que habrá que incluirlos a diario en la alimentación, eligiendo preferiblemente hidratos de carbono complejos como pan, arroz, pasta o patatas. Por otra parte, y como también es habitual, es recomendable vigilar el consumo de grasas, eligiendo la procedente del aceite de oliva virgen extra, los frutos secos o el pescado azul. La fibra también debe tomarse en cantidades normales, sin superar los 30 gramos para evitar que interfiera en la correcta absorción de los alimentos. La fibra está presente en las frutas, verduras, cereales integrales y legumbres. En cuanto a las vitaminas, se debe aumentar el consumo de vitaminas A, C, D, E y vitaminas del grupo B, consumo que se puede cubrir comiendo frutas y hortalizas crudas, aceite de oliva virgen extra crudo, productos lácteos y cereales integrales. En cuanto a los minerales, se debe asegurar el consumo adecuado de hierro, calcio y yodo aunque sus necesidades son las normales, no varían de las de cualquier persona sana.  
    • Fuentes de vitamina A: espinacas, zanahorias, atún, bonito, huevos y quesos. 

    • Fuentes de vitamina C: cítricos, fresas, sandía, kiwis, coliflor, coles de bruselas, brócoli. 
    • Fuentes de vitamina D: la fuente principal es la luz solar. 
    • Fuentes de vitamina E: espárragos, espinacas, tomate, aceite de girasol, lechuga. 
    • Fuentes de vitaminas del grupo B: huevos, carnes, frutos secos, quesos y algunas legumbres como las lentejas o los garbanzos. 
    • Fuentes de ácido fólico: espárragos, guisantes, verduras de hoja verde oscura como las espinacas,  levadura de cerveza, cereales integrales, leche entera. 
    • Fuentes de hierro: Carnes rojas, sardinas, huevos, verduras de hoja verde. 
    • Fuentes de calcio: lácteos, el salmón, las sardinas, la soja, las almendras. 
    • Fuentes de yodo: pescados, mariscos, acelgas, rábanos, judías verdes, cebolla, champiñón, piña. 
  • Nutrición durante el segundo y el tercer trimestre
    Qué comer durante el embarazo

A partir del cuarto mes empiezan a aumentar los requerimientos tanto de muchos nutrientes como de calorías. Por un lado, aumentan las necesidades de proteínas, siendo un poco más elevadas que las de una dieta normal. Bastará con añadir una ración más de carne o algún equivalente al día para conseguir estos requerimientos. Las grasas, igual que en la etapa anterior, deben cuidarse eligiendo las más saludables: aceite de oliva, pescado azul y frutos secos. Aumentan las necesidades de calcio, que se pueden conseguir fácilmente consumiendo más leche. Es muy importante aumentar la ingesta de hierro, para evitar sufrir anemia, muy común durante el embarazo. Para evitarla, se deben consumir alimentos ricos en hierro y resulta conveniente tomarlos junto a alimentos ricos en vitamina C, que aumentan la absorción de hierro. Por último, aumentar el consumo de yodo, consumiendo alimentos procedentes del mar. 

Complicaciones típicas del embarazo
Hay algunas complicaciones típicas del embarazo que pueden solucionarse o mejorarse cuidando la alimentación:
  • Náuseas y vómitos. Son el síntoma más habitual durante los primeros meses de gestación. Si se tienen vómitos repetidos e intensos pueden causar hipopotasemia, deshidratación o pérdida de peso  entre otros trastornos, por lo que se deben evitar o intentar controlar al máximo. Para evitar las náuseas y vómitos es recomendable consumir una dieta con baja ingesta de grasa, y sobre todo, muy fraccionada, comiendo cada dos horas pequeñas cantidades de alimentos. Se deberán elegir formas de cocción sencillas, que faciliten la digestión, como por ejemplo hervido, al horno, en papillote, etc. También puede ayudar evitar alimentos con olores fuertes o desagradables, que pueden causar náuseas. Por supuesto, deberá evitarse la deshidratación asegurando la correcta reposición hidroelectrolítica, aumentando la ingesta de líquidos, preferiblemente fuera de las comidas. Algunas veces las mujeres embarazadas sufren mareos al despertarse. En este caso lo recomendable es tener en la mesilla de noche unas galletas o unos cereales, para comerlos antes de levantarse de la cama.
  • Estreñimiento o hemorroides. Es común que surjan o se agraven durante el embarazo. Para prevenirlos o curarlos se debe aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, elegir cereales integrales, etc.) y beber mucho líquido, tanto frío como caliente (caldos, sopas, etc.). Puede ayudar aliñar los alimentos con aceite de oliva virgen extra en crudo, siempre controlando la cantidad ya que es muy calórico. También ayuda mucho realizar algún tipo de actividad física, como caminar, ya que activa los movimientos intestinales. Corrigiendo el estreñimiento mejorarán también las hemorroides, pero además se deberá evitar el alcohol, el picante, las grasas y las especias
  • Acidez, ardor o pirosis. Es muy común, sobre todo al final del embarazo. La sensación de ardor suele empeorar en posición decúbito supino. Para reducir la acidez se recomienda fraccionar las comidas en pequeñas tomas y restringir los alimentos que enlentezcan el vaciado gástrico. Por tanto, evitar las grasas, bebidas gaseosas, alimentos ácidos o picantes (vinagre, pimentón, limón, etc.), el chocolate, el café y el alcohol. Es útil evitar comer tres horas antes de acostarse a dormir. 
  • Diabetes gestacional. La diabetes es más difícil de controlar durante el embarazo en mujeres previamente diabéticas. Además, algunas mujeres previamente no diabéticas durante el embarazo desarrollan diabetes debido a una alteración del metabolismo de los hidratos de carbono. Para evitarla o tratarla se debe mantener un peso adecuado y cuidar la alimentación. 
  • Calambres musculares. Son comunes sobre todo en el segundo trimestre de gestación. Para combatirlo, se debe aumentar el consumo de vitaminas del grupo B (legumbres, cereales, carne, pescado, huevos o lácteos y derivados) y alimentos ricos en magnesio, como los frutos secos, legumbres, plátanos y verduras de hoja verde como las espinacas. 
  • Preeclampsia. Es un problema grave que suele aparecer en los últimos meses de embarazo. Se produce un aumento de la tensión arterial y una alteración de la función renal, que se caracteriza por un aumento de la retención de productos nitrogenados (urea), líquido y sodio, además de proteinuria (pérdida de albúmina).Si evoluciona a eclampsia se puede producir incluso muerte fetal y/o materna, por lo que es muy importante evitarla y controlarla bien. El tratamiento nutricional se basa en seguir una dieta con normal contenido de sodio, hiperproteica y abundante en líquidos
¿Qué no se debe comer durante el embarazo?

  • Carne, pescado y mariscos crudos. Son ejemplos el carpacio, algunos mariscos o el sushi. Estos alimentos deben cocinarse bien, no debe verse sangre en ellos. 
  • Embutidos crudos o poco curados. 
  • Pescado o marisco ahumado. 
  • Lácteos no pasteurizados, como por ejemplo algunos quesos blandos como el brie o el camambert. 
  • Alcohol. 
  • Café con cafeína. 
  • Huevos crudos o alimentos que los contengan como las mayonesas.
  • Frutas y verduras mal lavadas. 

Nutrición en mujeres embarazas vegetarianas
Por supuesto, se puede ser vegetariana y tener un embarazo sin riesgos debido a la mala alimentación. Eso sí, se deberán cuidar algunos aspectos:

  • Es muy importante ingerir las proteínas necesarias. Esto se puede conseguir mediante las proteínas de origen vegetal (legumbres y frutos secos) o si no se lleva una dieta vegetariana estricta, también con ayuda de los lácteos y huevos. El veganismo (vegetarianismo estricto) debe controlarse todavía más, para evitar deficiencia de vitamina B12, aminoácidos esenciales, calcio y hierro. Normalmente, en madres veganas es suficiente con aumentar el consumo de frutos secos, levadura de cerveza, germen de trigo, soja y lácteos (de soja, de almendras, etc, y preferiblemente enriquecidos en calcio). Es muy recomendable complementar los platos de legumbres con cereales integrales, ya que es una combinación que da lugar a proteínas de alta calidad. Por ejemplo, se pueden consumir legumbres con arroz o pasta. Es muy importante en estos casos la variedad, no consumir siempre las mismas legumbres o cereales. Así se combinan proteínas de más de una fuente vegetal en la misma comida, asegurando el aporte necesario. 
  • Para asegurar la máxima absorción del hierro consumido es muy beneficiosa la vitamina C. Por tanto, tras el plato de legumbres o frutos secos, un zumo de naranja natural o un kiwi o naranja entera pueden ser muy beneficiosos. 
  • Para asegurar el consumo de hierro de pueden comer algunos frutos secos como las almendras, pero con cuidado debido a su alto aporte calórico. 
  • Consumir amplia variedad de frutas y verduras frescas, para asegurar todas las vitaminas y minerales necesarios. 

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