7 de mayo de 2013

Influencia de la nutrición en enfermedad de Parkinson


Influencia de la nutrición en enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a la coordinación, al tono muscular y a los movimientos. Los efectos secundarios del tratamiento farmacológico, el estreñimiento y las dificultades para comer son complicaciones asociadas al Parkinson. 

La detección de estas complicaciones permite solucionar y evitar la malnutrición y pérdida de peso asociados con la enfermedad de Parkinson. 

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso, concretamente al área del cerebro responsable de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimiento. Se caracteriza por dificultad en el movimiento, temblor de reposo, rigidez muscular y alteración de los reflejos posturales. Además de afectar al movimiento también desencadena alteraciones en la función cognitiva, de la expresión de las emociones y de la función autónoma. 

La enfermedad de Parkinson también dificulta la alimentación del paciente, pues puede producir salivación anormal, dificultad para tragar, nauseas o estreñimiento. Por ello, es importante que desde el inicio de la enfermedad se adopten pautas de alimentación que eviten la pérdida de peso del paciente, faciliten el manejo de los alimentos, mejoren la función gastrointestinal y no interfieran con el tratamiento farmacológico.  

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad frecuente y que suele iniciarse entre los 40 y 70 años de edad. No obstante, también puede aparecer antes de los 40 años. 

Aunque no existe cura para la enfermedad de Parkinson, el tratamiento farmacológico ayuda a mejorar los síntomas.
Influencia de la dieta en la prevención de la enfermedad de Parkinson
Son muchos los estudios en los que se ha demostrado que la dieta mediterránea, es decir  una alimentación con abundantes frutas y verduras, rica en legumbres, cereales y frutos secos y pescado como fuente principal de proteínas y grasas, reduce el riesgo de sufrir la enfermedad de Parkinson. 

Importancia de la nutrición en la enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson, en general, produce alteraciones negativas en el estado nutricional del paciente, y por suerte, las podemos modificar y tratar. Estas complicaciones suelen deberse a la incapacidad de manejar los cubiertos correctamente, a dificultades en la salivación y masticación, al estreñimiento, o incluso a la pérdida de apetito o náuseas, que son algunos de los posibles efectos adversos que puede causar la medicación de la enfermedad de Parkinson.

La manera de proceder será identificar el problema e intentar solucionarlo. De esta forma, se conseguirá evitar la malnutrición y la pérdida de peso que sufren muchos afectados por esta enfermedad. 

Es importante mantener un buen estado nutricional y tomar una dieta equilibrada, rica en fibra, y una adecuada hidratación, y no es necesario restringir las proteínas salvo en casos excepcionales en que el médico lo aconseje por posibles interacciones con la medicación.

Por tanto, las medidas nutricionales a tener en cuenta, en general, son:
  • Asegurar la ingesta de proteínas, tanto de origen animal como vegetal. Se encuentran en carnes, pescados, huevos, leche y legumbres. No obstante, se debe tener precaución, y separar la ingesta de proteínas de la toma de la medicación, ya que éstas pueden interaccionar con la levodopa y reducir su absorción. La levodopa es el fármaco más común en la enfermedad de Parkinson. 
  • Aumentar la ingesta de vitamina D y calcio, importantes en la prevención de fracturas óseas. Además, las personas con enfermedad de Parkinson son propensas a desarrollar osteoporosis, en cuya prevención tienen un papel importante la vitamina D y el calcio. 
  • Consumir alimentos ricos en fibra, para favorecer la actividad intestinal y evitar el estreñimiento, típico en la enfermedad de Parkinson. La fibra se encuentra en verduras, frutas, legumbres y cereales integrales. La ingesta elevada de fibra se debe acompañar de un mayor aporte de líquidos. Además, evitar el consumo de alimentos astringentes. 

Algunos consejos útiles para una alimentación adecuada en la enfermedad de Parkinson

  • Si existe dificultad para deglutir alimentos sólidos, es recomendable el uso de papillas o puré, más fáciles de tragar que los alimentos cortados finos o troceados. 
  • Puede existir dificultad para tragar líquidos, en cuyo caso se aconseja el uso de harina de maíz, gelatina o espesantes alimentarios (de venta en farmacias) que hacen que los líquidos adquieran textura de gel, lo que evita la sensación de ahogo o atragantamiento. 
  • Si el enfermo de Parkinson tiene riesgo de lesionarse, utilizar vasos, platos y cubiertos de plástico que no se rompan. También pueden ser muy útiles las tazas con tapadera, para la ingesta de líquidos y sopas. 
  • Evitar alimentos secos y pegajosos, o que se dispersan en la boca, como las galletas. 

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson varían de persona a persona, y dependen de la etapa de la enfermedad. En base a estos dos factores, se deben adaptar estas recomendaciones generales al caso y situación en particular. Es crucial mantener una alimentación equilibrada y un peso saludable sea cual sea la etapa de la enfermedad. Conforme la enfermedad de Parkinson vaya avanzando, se deberá ajustar la dieta y los métodos de alimentación en base a los problemas que vayan surgiendo. 

Se les agradece que compartan su experiencia y dudas. 

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3 de mayo de 2013

Importancia nutrición en enfermedad de Alzheimer


Importancia nutrición en enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por deterioro cognitivo y trastornos de conducta. Envejecer de forma saludable reduce el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. En los enfermos de Alzheimer es importante evitar la desnutrición y la deshidratación.

El incremento de la esperanza de vida en los últimos años ha disparado la prevalencia de las enfermedades dependientes de la edad, entre las que destaca el Alzheimer.

La prevalencia de la enfermedad de Alzheimer llega a tal punto, que EEUU gasta más en la atención de la demencia que en la enfermedad cardíaca o el cáncer. Hoy en día todavía no hay un tratamiento que detenga la enfermedad, pero sí que consiga enlentecer el deterioro que la caracteriza. 


¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es la variante de demencia más común. Es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta con deterioro cognitivo y trastornos conductuales, por lo que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades cotidianas. 

La enfermedad de Alzheimer progresa lentamente. Primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. En esta fase, se afecta sobre todo la memoria reciente, a corto plazo, y se pueden olvidar de los nombres de las personas que conocen. Poco a poco, estos síntomas van empeorando, y el enfermo de Alzheimer puede llegar a no reconocer a sus seres queridos, a perder la capacidad de hablar, leer, escribir, incluso de comer. Finalmente, requieren cuidados totales, y es por esto que se considera un problema tanto para la persona enferma como para su familia. 
Causas de la enfermedad de Alzheimer
El riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer aumenta con la edad, y es mayor si hay antecedentes familiares de la enfermedad. Además, se han empezado a revelar algunas pistas de otros factores de riesgo que controlables, como las lesiones fuertes en la cabeza por golpes o caídas.

Existen algunas evidencias que sugiere que envejecer de forma saludable reduce el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, esto es, seguir una alimentación equilibrada, controlar la presión arterial, el peso y el colesterol, así como ejercitar cuerpo y mente a diario y mantenerse socialmente activo.

Dificultades en la alimentación y nutrición en personas con la enfermedad de Alzheimer
Se debe tener en cuenta que conforme avanza la enfermedad, las personas con Alzheimer pueden ir perdiendo la independencia, tanto en sus actividades cotidianas como en su alimentación. 

En la etapa inicial de la enfermedad es probable que se produzcan dificultades para comprar, preparar o almacenar los alimentos. Además, en esta fase suelen aparecer dificultades para reconocer y detectar olores y sabores, lo que se suele manifestar con una especial predilección por los alimentos dulces y salados, por lo que será necesario vigilar de cerca su alimentación. 

Poco a poco, el enfermo de Alzheimer irá perdiendo la capacidad de alimentarse por sí mismo y necesitará ayuda. Puede ocurrir que se les olvide comer, o incluso, pueden tener dificultades para reconocer los alimentos o los cubiertos. También puede ser un impedimento en su alimentación la dificultad para comunicarse, que hará más complicado para sus cuidadores interpretar sus necesidades alimentarias. Además, pueden aparecer problemas para masticar los alimentos, así como una disminución de la producción de saliva, que dificultará la deglución. En estos casos se deberán suministrar alimentos cocinados blandos, las carnes deshuesadas, pescados sin espinas, etc.   

En las etapas más avanzadas de la enfermedad, el paciente puede ser incapaz de tragar y requerir alimentación por sonda. Algunas personas se niegan a abrir la boca, mientras que otros pueden convertirse en comedores compulsivos.  

Por lo tanto, los enfermos de Alzheimer necesitarán a una persona pendiente de los horarios de comida, de la elección y preparación de los alimentos, así como de controlar que no se salten o repitan comidas. Conforme avanza la enfermedad, puede ser necesario que el cuidador oriente al enfermo de Alzheimer sobre la forma de utilizar los cubiertos, que ofrezca los alimentos para que los reconozcan y empiecen a comer, o incluso, hacer demostraciones. Además puede ser muy interesante simplificar la mesa, poniendo sólo un plato individual y los cubiertos necesarios. También puede confundir al paciente el uso de manteles o servilletas muy coloreados, desviando su atención de los alimentos. 

Es muy común que los enfermos de Alzheimer piensen que están siendo envenenados con la comida, por lo que se requiere de mucha paciencia y calma. En estos casos se deberá hablar con el enfermo, convencerle de lo contrario y cuidar mucho el aspecto de los alimentos. Por ejemplo, si se les da una sopa, deberá ser de un color homogéneo, y no presentar tropezones o trozos, por ejemplo, de orégano, que podrían interpretar como algo extraño. 

Tratamiento nutricional en personas con la enfermedad de Alzheimer
En la enfermedad de Alzheimer se altera una amplia gama de funciones neurológicas que interfieren en numerosas actividades relacionadas con la alimentación y nutrición. Las pérdidas cognitivas alteran la capacidad de reconocer sensaciones de hambre, sed y saciedad. A medida que progresa la enfermedad, se olvidan de las comidas tan pronto como son consumidas. Por tanto, es importante evitar la desnutrición y la deshidratación en los enfermos de Alzheimer

Las investigaciones realizadas hasta el momento, indican que son beneficiosos tanto en la prevención como en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer:

Las vitaminas C y E tienen acción antioxidante. La enfermedad de Alzheimer se relaciona con marcadores oxidativos elevados, por lo que estos antioxidantes pueden reducir el daño oxidativo y tener cierto efecto neuroprotector. 

Las vitaminas B6, B12 y ácido fólico disminuyen la concentración de homocisteína, que es neurotóxica y puede tener efectos directos sobre la función cognitiva. El ácido fólico está presente en verduras de hoja verde, la vitamina B12 está exclusivamente en alimentos de origen animal, y la vitamina B6 está presente en alimentos de origen animal, cereales integrales y germen de trigo. 

Los ácidos grasos omega 3 tienen acción antiinflamatoria. Evitan el depósito anómalo de ciertas proteínas en el cerebro, característico de la enfermedad de Alzheimer y asociado a una inflamación crónica que daña irreversiblemente las neuronas. Son ricos en omega 3 los pescados de aguas frías (atún, bonito, salmón) y los pescados azules en general. La segunda fuente alimentaria de omega 3 más importante son los frutos secos. También es importante la relación ácidos grasos omega 6/omega 3. Para mantener esta relación se debe sustituir los ácidos grasos saturados y las grasas trans por ácidos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva, y ácidos grasos omega 3.   

Es importante tener en cuenta que las personas con enfermedad de Alzheimer requieren una evaluación nutricional periódica, con la finalidad de mantener un estado nutricional aceptable. También se debe recordar que lo expuesto son medidas generales, y que se debe evaluar cada caso en particular. 

En conclusión, el patrón de dieta mediterránea incluye la mayoría de componentes nutricionales potencialmente beneficiosos para prevenir o frenar la enfermedad de Alzheimer. Sería muy interesante concienciar a la población sobre la importancia de un estilo de vida saludable, tanto físico como mental, para prevenir las enfermedades mentales como la enfermedad de Alzheimer.

Les invitamos a que compartan su experiencia, cuanto más sepamos sobre la enfermedad de Alzheimer, mejor podremos adaptarnos a la evolución de la enfermedad y satisfacer las necesidades de los seres queridos que la sufren. 

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2 de mayo de 2013

Setas y sus beneficios para la salud


Setas y sus beneficios para la salud

Consumir setas es beneficioso para la salud. 


Las setas son las partes comestibles de distintos hongos, y se caracterizan por presentar distintos colores, aromas y formas. Son muy valoradas en alimentación por muchas personas, y según parece, además pueden ser muy beneficiosas para la salud. 

Beneficios de las setas para la salud.
  • Pueden ayudar en la pérdida de peso y posterior mantenimiento. Las setas pueden ser un buen alimento en dietas de adelgazamiento y también pueden ayudar en el mantenimiento del peso corporal. 
  • Mejoran la calidad de la dieta. El consumo de setas se asocia con una mejor calidad de la dieta, pues contienen, entre otros nutrientes, minerales como fósforo, potasio y yodo. Comer setas se asocia a un aumento en la calidad de la dieta.
  • Son ricas en vitamina D. Las setas contienen provitamina D2, útil en la mineralización de dientes y huesos y en la absorción de fósforo y calcio. Algunos estudios muestran que el consumo de setas aumenta y mantiene los niveles de vitamina D con tanta eficacia como los suplementos dietéticos de vitamina D2 o vitamina D3. 
  • Potencian el sistema inmune. Las setas contienen vitamina B2 o riboflavina, por lo que su consumo puede ayudar en la creación de glóbulos rojos y anticuerpos, lo que potenciaría la inmunidad humana. El consumo de ciertos tipos de setas tiene un efecto inmunomodulador y potenciador del sistema inmune.  
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29 de abril de 2013

La importancia de la alimentación para la salud


alimentacion-salud

La alimentación es muy importante en el mantenimiento y mejora de la salud y de la calidad de vida de los seres vivos. Muchas enfermedades y sus síntomas pueden ser prevenidos y/o aliviados con una alimentación adecuada.

Historia de la relación alimentación-enfermedad
Según la OMS «una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la buena salud. Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental y reducir la productividad». 

Ya en su época, Hipócrates decía: «Deja que la comida sea tu medicina y la medicina sea tu comida». Desde la antigüedad, existen evidencias experimentales que relacionan la dieta con el padecimiento de algunas enfermedades. Uno de los primeros casos en descubrirse fue la relación entre el escorbuto, en los marinos embarcados durante largos períodos de tiempo, y la falta de frutas y hortalizas frescas en su dieta. 

Desde entonces, en los siglos siguientes ha tomado relevancia la importancia de la prevención de enfermedades a través de una alimentación equilibrada y saludable, y en la actualidad, la relación nutrición-salud se apoya en múltiples estudios científicos y epidemiológicos. Sin embargo, aunque cada vez es más conocida la ciencia de la nutrición, no pierde interés ni deja de ser actualidad. 

Importancia actual de la relación nutrición-salud
Hoy en día, el hambre o las carencias nutricionales siguen siendo motivo de preocupación en diversos países en vías de desarrollo. Mientras, en los países desarrollados hay enfermedades asociadas a una alimentación incorrecta, y no a desnutrición como en el caso anterior. De hecho, la alimentación poco saludable está relacionada con muchas de las principales causas de muerte de las sociedades desarrolladas, entre ellas, las enfermedades coronarias, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y la arteriosclerosis. 

Es por todo lo comentado anteriormente que el gran progreso experimentado en el conocimiento científico de la nutrición y su relación con la salud humana ha ido acompañado de un creciente interés de la sociedad. Pero, también ha ido unido a una gran cantidad de ideas erróneas e intereses económicos. Por ejemplo, los términos «sin conservantes», «sin colorantes», «natural», «sin azúcar» o «sin colesterol» son muy útiles en publicidad, independientemente del beneficio real de excluir estos componentes de la dieta y de las características del producto. También hay grandes abusos en el tratamiento de la obesidad, para la que se ofrecen diversos tipos de dietas milagro, unas veces absurdas y otras, además, perjudiciales para la salud. 

La nutrición es una ciencia de la que queda mucho por conocer, pero en la que se han hecho grandes avances científicos que han permitido demostrar la relación nutrición-salud. Una alimentación equilibrada y saludable mejora y mantiene la salud de las personas, ayudando a prevenir múltiples enfermedades y con ello, a reducir costes en sanidad. Por tanto, es importante concienciar de la importancia de seguir una alimentación saludable, para tener una buena calidad de vida. 

Vídeo ¿Por qué es importante hablar de nutrición?


Vídeo Importancia de la alimentación para la salud



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24 de abril de 2013

Omega 3 y salud cardiovascular


Omega 3 y salud cardiovascular

Los ácidos grasos omega 3 mejoran la salud cardiovascular en personas mayores de 65 años. Los expertos aconsejan el consumo de pescado azul fresco, fuente de omega 3, de 2 ó 3 veces por semana.

Altos niveles de ácidos grasos omega-3 puede ser capaces de reducir el riesgo de mortalidad hasta en un 27% y el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiaca en un 35% en adultos mayores de 65 años.

Los resultados de un estudio, publicado en la revista Annals of Internal Medicine, mostraron que las personas con niveles sanguíneos altos de ácidos grasos omega 3 vivieron un promedio de 2,22 años más que los que tenían niveles inferiores.

Los ácidos grasos omega 3 son ácidos grasos poliinsaturados esenciales, es decir, el organismo humano no puede sintetizarlos a partir de otras sustancias, por lo que deben ingerirse en la dieta. Están presentes de manera natural en pescados azules como el salmón, el atún o las sardinas, así como en el marisco y las algas.

Desde el punto de vista de la salud cardiovascular, los ácidos grasos omega 3 mejoran el perfil lipídico, reducen la presión arterial, aumentan la vasodilatación arterial, son antitrombóticos y ayudan a prevenir las arritmias y la muerte súbita.
Además, el consumo de omega 3 disminuye el colesterol LDL (“malo”), aumenta el HDL (“bueno”) y reduce los triglicéridos. 

Los expertos aconsejan un consumo de pescado azul fresco de 2 ó 3 veces por semana, considerando una ración de unos 150 gramos por persona. De esta forma, se consigue cubrir la cantidad necesaria de ácidos grasos omega 3 sin necesidad de recurrir a alimentos enriquecidos ni a complementos. 

Mozaffarian D, Lemaitre RN, King IB, Song X, Huang H, Sacks FM, y col. Annals of Internal Medicine (2013). Más información.

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23 de abril de 2013

Nutrición y enfermedad renal


Nutrición y enfermedad renal
La enfermedad renal se puede prevenir o retrasar siguiendo una dieta saludable y evitando la obesidad. 

¿Qué es la enfermedad renal?
Unos riñones sanos se ocupan de limpiar la sangre y eliminar residuos metabólicos mediante la orina. Por tanto, si los riñones fallan, pueden acumularse desechos peligrosos en el organismo, pudiéndose llegar a necesitar diálisis o un trasplante renal. 

Las causas más frecuentes de enfermedad renal crónica son la diabetes, la hipertensión y los antecedentes familiares de enfermedad renal.

En España, la prevalencia de insuficiencia renal crónica es bastante elevada. Según concluyeron en el estudio EPIRCE (Epidemiología de la insuficiencia renal crónica en España), aproximadamente el 11% de la población adulta sufre algún grado de enfermedad renal crónica. En este estudio, además de la hipertensión y la obesidad, también destacaba la edad como factor de riesgo de enfermedad renal.
Importancia de la nutrición en la enfermedad renal
La combinación de seguir una dieta poco saludable, padecer obesidad y fumar aumenta considerablemente el riesgo de padecer una enfermedad renal. Por tanto, aunque no podemos cambiar nuestros antecedentes familiares o nuestra edad, llevar un estilo de vida saludable es un buen método de prevención de la enfermedad renal y, por suerte, esto sí podemos controlarlo.

Es muy recomendable llevar una dieta equilibrada, limitando el contenido de carnes rojas y procesadas, la sal y las bebidas azucaradas. Por otra parte, se deberán consumir las cantidades necesarias de fruta, legumbres, granos integrales, frutos secos y productos lácteos bajos en grasa.

Siguiendo estas sencillas pautas, y manteniendo un peso saludable, estaremos previniendo enfermedades como la diabetes y la hipertensión, protegiendo a la vez nuestros riñones y contribuyendo de forma activa en nuestro bienestar a corto y a largo plazo.

Consejos nutricionales para prevenir la enfermedad renal
  • Controlar la ingesta de proteínas. El consumo elevado de proteínas, como el recomendado en algunas dietas de adelgazamiento, puede dañar los riñones. Llevar una dieta equilibrada, con un consumo adecuado de proteínas, limitar el consumo de carnes rojas si se requiere pérdida de peso, así como elegir carnes con poca grasa son buenos hábitos a seguir. En el tratamiento de enfermedades renales, el control proteico es el punto más controvertido de la dieta.
  • Reducir el consumo de sodioComo ya se ha comentado, la hipertensión es uno de los principales desencadenantes de enfermedad renal, por lo que deberá evitarse. De hecho, es una medida importante tanto en la prevención como en el tratamiento de la enfermedad renal. Las personas con insuficiencia renal deberán restringir el sodio en función del nivel de excreción urinario, evitando su retención para controlar el posible desarrollo de edemas e hipertensión. Si aparecen edemas, también se deberá limitar el consumo de líquidos.
  • Evitar el consumo de alimentos procesados. Estos alimentos (patatas fritas, galletas saladas, conservas, fiambres, etc.) suelen contener un alto contenido de sodio y fósforo. 
  • Limitar la ingesta de azúcar. Son calorías vacías. Además, limitar su consumo ayuda a prevenir la diabetes y la obesidad. 
  • Evitar los refrescos azucarados. Son muy calóricos y no tienen valor nutritivo. 

En conclusión, la enfermedad renal se puede prevenir o retrasar siguiendo unas medidas dietéticas sencillas, comunes en cualquier dieta equilibrada. También es útil realizar ejercicio regularmente, evitar la obesidad y no fumar. Estas pautas, junto con alguna adicional, pueden incluso ayudar a personas que padezcan enfermedades renales, y evitar que la enfermedad progrese y se deba recurrir a diálisis o trasplante renal. 

Es importante recordar que siempre se ha de valorar el caso en particular, y adaptar los consejos generales a la persona en concreto y si así fuese, a su grado de enfermedad. 

No duden en dejar sus preguntas o aportaciones en Comentarios. 

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22 de abril de 2013

Dieta y prevención de la enfermedad renal


Dieta y prevención de la enfermedad renal
Ser obeso y no comer una dieta saludable se asocia con el desarrollo de marcadores tempranos de enfermedad renal. 

Un nuevo estudio, publicado en el American Journal of Kidney Disease, sugiere que una dieta poco saludable, la obesidad y malos hábitos como el tabaco están relacionados con un mayor riesgo de enfermedad renal. 


Éste grupo de investigadores descubrió que las personas con funcionamiento renal normal pero que siguen una dieta poco saludable eran más propensas a desarrollar enfermedad renal. Además, las personas con obesidad (IMC de al menos 30) tenían el doble de probabilidades de desarrollar este tipo de enfermedad. En cuanto a los fumadores, tenían un 60% más de probabilidad.

Uno de los parámetros que se midieron en el estudio fue la presencia de proteínas en la orina, que es un signo de enfermedad renal. Sólo el 1% de las personas que seguían una dieta saludable presentaron durante el tiempo que duró el estudio este signo. Sin embargo, el 13% de los participantes que seguían una dieta poco saludable, padecían obesidad y fumaban, presentaron este signo indicativo de fallo renal. Es decir, la combinación de seguir una dieta de mala calidad, padecer obesidad y fumar aumenta considerablemente el riesgo de padecer una enfermedad renal. 

Chang A, Van Horn L, Jacobs DR, Liu K, Muntner P, y col. American Journal of Kidney Disease (2013). Más información.

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2 de abril de 2013

Aceite de oliva y Alzheimer



El aceite de oliva puede proteger frente a la enfermedad de Alzheimer.

Se estima que en el mundo, 30 millones de personas sufren la enfermedad de Alzheimer. Los países mediterráneos son los que tienen menores tasas de enfermos de Alzheimer. Posiblemente esto esté asociado con el consumo de aceite de oliva, típico de la dieta mediterránea, que podría estar reduciendo la acumulación de proteína beta amiloide en el cerebro, un signo típico de los cerebros de enfermos de Alzheimer.

El oleocantal es un componente fenólico del aceite de oliva virgen extra que se ha relacionado con un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer, es una  enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la acumulación de proteínas beta amiloide y tau en el cerebro.

Ahora una investigación, publicada en la revista ACS Chemical Neuroscience, ha demostrado que el oleocantal aumenta la producción de las proteínas y enzimas necesarias para eliminar la proteína beta amiloide del cerebro. 

Los autores de este estudio examinaron cultivos de células del cerebro de los ratones tratadas con oleocantal y células extraídas del cerebro de ratones a los que durante dos semanas se les administró una dosis de oleocantal, extraído de aceite extra virgen de oliva, dos veces al día. 
Los resultados tanto in vitro como in vivo demostraron un patrón similar y consistente con la capacidad del oleocantal en el control de los niveles de proteína beta amiloide. 

Abuznait AH, Qosa H, Busnena BA, El Sayed KA y Kaddoumi A. ACS Chemical Neuroscience (2013). Online.

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