¿Qué es la obesidad?
Se definen obesidad y sobrepeso como un elevado porcentaje de grasa corporal que puede ser negativo para la salud. La obesidad es una de las patologías del síndrome metabólico, el cual se diagnostica generalmente cuando una persona padece resistencia a insulina (Diabetes mellitus tipo 2) acompañada de otras dos patologías de entre: obesidad, hipertensión o dislipemia (alteración de los niveles de colesterol y triglicéridos). [Ver más en Dieta para síndrome metabólico]
Para llevar a cabo una evaluación rápida, se utiliza un indicador simple como es el índice de masa corporal (IMC), que relaciona peso y talla. Este parámetro se calcula dividiendo el peso de la persona (en kilogramos) entre la altura (en metros) al cuadrado.
Según la OMS, el índice de masa corporal, indicaría lo siguiente:
- IMC que sea igual o suerior a 25kg/m² indica sobrepeso.
- IMC que sea igual o superior a 30kg/m² indica obesidad.
A pesar de utilizar esta forma de medida para determinar rápidamente el padecimiento del sobrepeso u obesidad, este valor no indica la misma gordura en diferentes personas; además, no es el peso en sí el que determina estas enfermedades, aunque es cierto que un alto porcentaje de grasa irá acompañado de un peso elevado.
¿Cuáles son las causas de la obesidad?
La causa principal de presentar obesidad es un desequilibrio entre las calorías que se consumen y las que se gastan.
A lo largo de los años, ha habido un aumento del consumo de alimentos procesados, hipercalóricos y generalmente poco saludables, que suelen aportar una cantidad elevada de grasas, azúcares o sal y que son pobres en algunos micronutrientes necesarios (como vitaminas y minerales), así como una disminución de la actividad física por hábitos cada vez más sedentarios.
En la actualidad, determinadas formas de trabajo (aquellos en los que se pasan muchas horas en reposo, sentado y con escasa actividad), las nuevas formas de desplazamiento (mayor uso de automóviles, transporte público), la creciente urbanización, los cambios en nuestro tiempo libre (ir al cine, tomar unas cañas con los amigos, etc), han contribuido a que aparezcan cada vez más casos de obesidad.
¿Qué consecuencias tiene la obesidad?
Un aumento notable del peso y de la grasa corporal puede llevar a graves consecuencias para la salud como: aparición de diabetes, enfermedades cardiovasculares (cardiopatía y accidente cerebrovascular principalmente), trastornos en el aparato locomotor (como osteoartritis) o algunos cánceres (como cáncer del endometrio), entre otras muchas complicaciones.
¿Cómo reducir la obesidad?
Las personas con obesidad deberán llevar un seguimiento periódico de su ingesta así como realizar ejercicio físico a diario [Ver Obesidad: Nutrición adecuada y deporte para combatirla]
En la intervención nutricional que se lleve a cabo será necesario modificar los siguientes hábitos alimentarios:
- Seguir una dieta que incluya 5 ingestas diarias realizando un desayuno completo. Será importante que el menú se planifique cada semana para evitar «pasarnos» y caer en el «picoteo».
- Se deben introducir frutas y verduras, lácteos desnatados y cereales integrales además de controlar la calidad y cantidad de los aceites que se utilizan. Es preferible el consumo de carnes magras y pescado.
- Utilizar formas de cocinado más sanas: al horno, a la plancha, al vapor, papillote, etc.
- Beber unos 2 litros de agua al día.
- Evitar hábitos de vida poco saludables como son el consumo de alcohol o de tabaco.
Es importante que se tengan en cuenta estos puntos así como las recomendaciones y el seguimiento que paute un dietista-nutricionista, de forma que se lleve a cabo un control de las calorías consumidas y de las que el paciente gasta a lo largo del día. Una dieta sana y equilibrada una vez más ayudará a la mejora de esta situación.
Cuidado con los mitos sobre la obesidad:
Existen una serie de mitos acerca de la obesidad y su relación con la alimentación:
- Las frutas engordan si se toman como postre. Esta es una creencia muy extendida en la población. Sin embargo, el orden de los alimentos no favorecerá ni complicará la situación de obesidad. Sí es cierto que tomar la fruta antes de la comida aumentará la sensación de saciedad por el contenido en fibra, pero esto no quiere decir que tomarla después sea malo.
- Los hidratos de carbono engordan más que las proteínas. Los dos aportan 4 kilocalorías por cada gramo, lo que no quiere decir que uno vaya a engordar más que otro.
- Beber agua durante las comidas engorda. El agua no aporta kilocalorías y por tanto no engorda. Puede ocurrir que si la persona es propensa a retener líquidos se sienta más hinchada, pero esto no tiene que ver con el aumento de la grasa corporal.
- Las tostadas engordan menos que el pan. Es importante tener en cuenta que el pan pierde agua al tostarlo, por lo que pesará menos el pan tostado que el pan sin tostar. Si tomamos la misma cantidad (en peso) de pan tostado que sin tostar, el tostado nos aportará más kilocalorías porque lo único que ha perdido ha sido agua.
Es importante no considerar todas estas creencias así como recurrir a dietas milagrosas que hacen perder peso rápidamente y que después repercuten negativamente sobre nuestra salud. Siempre habrá que tener información de un dietista-nutricionista así como del tratamiento de éste y del seguimiento y control periódicos.
A continuación os propongo una receta fácil para una comida, que incluye legumbres, verdura y pescado: Popurrí de ensalada de alubias.
Referencias:
- Organización Mundial de la Salud (OMS) [Internet]. Mayo de 2012. Disponible en who.int
- Fundación Española del Corazón [Internet]. Octubre de 2010. Disponible en fundaciondelcorazon.com
Autor: Zaira Muela García-Serrano
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