Trucos para no caer en la tentación de saltar una dieta
1. Respirar profundamente. Cuando estamos estresados o ansiosos, en lugar de abrir una bolsa de patatas fritas, es mejor centrarnos en nuestra respiración. Unas cuantas inspiraciones lentas y profundas por la nariz pueden calmar los nervios. También podemos añadirle un mantra: inhalar paz, exhalar tensión.
2. Personalizar la pizza. Pedir queso light, muchos vegetales y proteínas magras. Eliminar las grasas, no comer la corteza y parar después de uno o dos trozos. Mejor aún: hacer nuestra propia pizza en casa con masa integral.
3. Reducir las raciones. En lugar de comprar una tarrina de medio litro de helado, comprar una caja de mini helados bajos en calorías. Es más fácil controlar las porciones.
4. Mezclar con leche. Si tenemos antojo de chocolate, podemos mezclar un poco de sirope de chocolate con leche desnatada y saborear lentamente cada trago. De paso, estaremos tomando una buena cantidad de calcio.
5. Llamar a un amigo. Cuando queramos pasarnos con las calorías, dejar el gimnasio o comernos una caja de galletas, llamar a un amigo para distraernos hasta que se nos pasen las ganas.
6. Controlar las calorías. Si sabemos que tenemos que contabilizar esa barrita, ración extra de patatas o segunda lata de refresco, nos lo pensaremos dos veces antes de tomarlos.
7. Si no lo vemos, no pensamos en ello. Si algo nos tienta, deshacernos de ello o evitarlo. Eso implica vaciar la despensa de comida basura, cambiar de canal cuando sale un anuncio de ese tipo de comida o seguir una ruta alternativa para no pasar por delante de la pastelería.
8. Alejarnos. Cuando sentimos la llamada de algún alimento que no nos conviene. No sentarnos cerca de la mesa del buffet, encontrar algo que hacer con las manos en las fiestas con cocktails y no dejar que nuestros compañeros de trabajo dejen donuts cerca de nuestra mesa.
9. Lavarnos los dientes. El sabor a menta fresca en la boca borrará cualquier recuerdo de comida. Si no es así, probar un bocado. La pasta de dientes garantiza que cualquier alimento sabrá fatal y se nos quitarán las ganas.
10. Beber agua. Es habitual confundir la sed con el hambre. Cuando sintamos unas ganas imperiosas de picar algo, beber un vaso de agua y esperar 20 minutos. Es probable que el hambre desaparezca o disminuya.
11. Volver a ser un niño. Elegir el menú infantil cuando comamos en un restaurante. Comeremos menos y ahorraremos dinero.
12. Hacer un descanso para tomar el té. Las infusiones y tés aromáticos tienen mucho sabor y apenas nada de calorías. El té contiene también muchos antioxidantes.
13. Ponerlo por escrito. Intentar valorar los pros y contras de una decisión es complicado. Hacer una lista y empezar a contar: ¿Cuántos pros y cuántos contras tiene? Después de eso deberíamos ver más clara la respuesta.
14. Empezar un nuevo hobby. Muchas personas comen cuando están aburridas. Ya sea hacer calceta, jugar al tenis de mesa o coleccionar algo, buscar algo que hacer con las manos y en lo que tener la mente ocupada nos ayudará a evitar las ansias de comer o darnos un atracón.
15. Abandonarse de vez en cuando a la tentación. En un estilo de vida saludable también hay sitio para darse un gusto. Si comemos de forma sensata, economizando las calorías y controlando las porciones, no hay ningún motivo para permitirnos algún antojo de vez en cuando.
Fuente: Sparkpeople
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