Consejos para detener los atracones de comida emocionales y adictivos
Practicar el comer de forma consciente: esto implica prestar atención a lo deliciosa que está la comida, su textura, aroma, etc. Al centrarnos en lo que estamos comiendo, nos sentiremos menos tentados a engullir. Esto permite que nuestro cerebro registre lo que vamos comiendo y nos avise cuando nos sintamos llenos. Y, además, nos permite controlar cuánto comemos.
Planificar las comidas: hacer tres comidas y dos aperitivos al día. Esto es vital, ya que estabiliza el azúcar en sangre evitando el deseo de comer en exceso o elegir alimentos menos saludables; incluso en un contexto emocional. Si alguna vez hemos ido al supermercado con hambre recordaremos lo mal que elegimos los alimentos. Esta misma situación se puede aplicar a la vida diaria. ¡No podemos ir por la vida con hambre! Unos niveles bajos de azúcar en sangre solo conducirán a una mala elección de los alimentos, lo que hará que comamos en exceso y empobrecerá nuestra salud.
Identificar nuestros desencadenantes: ¿Qué es lo que nos lleva a comer? ¿Es algo emocional? ¿El aburrimiento, el estrés, la ira, la ansiedad o la soledad? ¿Es una situación? En frente de la televisión, viendo un partido o una película? ¿Tiene un factor social nuestro desencadenante emocional? ¿Cuando usted estamos en una reunión familiar? ¿En un evento deportivo? ¿Con los amigos?
El Agua es fundamental para controlar el hambre, se ha demostrado que tomar un vaso de agua antes de cada comida, permite reducir la cantidad de comida que ingerimos.