29 de octubre de 2008

Cómo ayudar a los niños perder peso


Consejos para familias con hijos obesos. Ante una situación de obesidad es importante tomar medidas, porque ser obesos en la infancia puede tener consecuencias muy negativas en la salud física y mental de nuestros hijos en el futuro. Cualquier medida debe tener en cuenta que los niños necesitan una alimentación equilibrada, no dietas drásticas, basada en los principios de la famosa pirámide de los alimentos. Aquí ofrecemos otros consejos para ayudar a los niños a perder peso.

  • Ante todo lograr que tu hijo se sienta querido y apreciado independientemente de cuál sea su peso. Es muy importante que su estado físico no influya en su auto estima
  • Tomar un desayuno saludable es un buen modo de empezar el día. Además, si incluye proteína en el desayuno, no pasará tanto hambre a lo largo de la mañana. Un desayuno ideal sería por ejemplo, un yogur con fruta y unas tostadas de pan integral con aceite de oliva, tomate rallado y jamón york o pechuga de pavo
  • Seguir las recomendaciones alimenticias de su pediatra para una alimentación saludable. La ayuda de una persona profesional y experta en nutrición es básica para cambiar los hábitos alimenticios
  • Llenar la nevera de yogures y leche desnatada o semidesnatada, fruta fresca y vegetales y eliminar refrescos o aperitivos ricos en grasa, calorías o azúcares añadidos y bajos en nutrientes. Vaciar también los armarios de galletas, golosinas, dulces, patatas fritas…. Los niños no tienen la madurez para abstenerse ante la tentación y es por ello que debemos ayudarle, eliminando de la cocina aquellos alimentos que no le benefician nada por su alto contenido en azúcares o grasas y su bajo contenido en vitaminas y nutrientes
  • Animarles a hacer ejercicio. Se recomienda que los adultos practiquen al menos 30 minutos y los niños 60 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana. Apuntarles en un club deportivo si le apatece o, si no quiere, simplemente ayudarle a hacer alguna actividad deportiva y ofrecerse para hacerla con el.
  • Reducir la cantidad de tiempo que toda la familia dedica a actividades sedentarias, como ver la tele o jugar a la consola. Limitar el tiempo de televisión a menos de 2 horas al día, comprar algunos juegos de mesa y ayudarles a emplear su tiempo de relax haciendo otras actividades, fuera de pantallas.
  • No darles alimentos o aperitivos a los niños mientras ven la televisión. Es la mejor forma de desarrollar un habito que ayuda a contribuir a la obesidad: comer de forma impulsiva.
  • Desayunar, comer o cenar todos juntos en familia siempre que sea posible. Servir los hidratos de carbono en la cocina y no ofrecer segundas raciones. Poner fuentes de verdura y ensalada en la mesa y permitir segundas – y terceras – raciones de éstos alimentos
  • Planear actividades familiares en las que todos hagan ejercicio y se diviertan.
  • Centrarse en la salud y las cualidades positivas de tus hijos, no en su peso. Es importante que los niños no se obsesionen con su peso para evitar futuros trastornos relacionados con la alimentación, como bulimia o anorexia
  • Dar ejemplo a sus hijos. Si los niños ven que sus padres disfrutan comiendo alimentos saludables y haciendo ejercicio, estarán más dispuestos a hacer lo mismo ahora y el resto de su vida.
  • Proporcionar a sus hijos y sus amigos un entorno seguro para jugar activamente. En vez de verlos jugar a la video consola, cuando están acompañados animarles a jugar fuera al aire libre, a practicar deportes de pelota, hacer un paseo en bici o en patinete etc.
  • No es aconsejable imponer una dieta restrictiva a los niños. Es mucho mejor introducir cambios en su dieta diaria y acostumbrarles a disfrutar con platos y tentempiés sanos
  • No utilizar nunca los alimentos como recompensa o castigo
22 de octubre de 2008

Efectos de una dieta bajo en hidratos de carbono sobre el higado


Según un artículo publicado este mes en ScienceDaily, un nuevo estudio indica que una dieta baja carbohidratos cambia el metabolismo energético hepático. Cuando se restringen los hidratos de carbono, el hígado depende más de sustancia como los aminoácidos y el lactato para formar glucosa, en lugar de glicerol.

A lo largo de los últimos 30 años, la población estadounidense ha reducido su consumo de grasa e incrementado el de carbohidratos. Durante el mismo período de tiempo, la obesidad se ha ido incrementando junto con la prevalencia de la enfermedad hepática metabólica en la que los depósitos de grasa en el hígado pueden conducir a inflamación, fibrosis y cirrosis. Algunos indicios sugieren que una dieta rica en hidratos de carbono conduce a la formación de grasa en el hígado, pero ha sido difícil confirmar la asociación.

Para entender mejor la producción de energía hepática y la formación de glucosa entre varios tipos de dietas, los investigadores dirigidos por Jeffery Browning, del Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas midieron las fuentes de glucosa hepática y del flujo del ciclo del ácido tricarboxílico (TCA), también denominado ciclo de Krebs, en sujetos con un peso equilibrado y en sujetos que seguían una baja en carbohidratos o de restricción calórica.

Los investigadores reclutaron a 14 sujetos con unos índices de masa corporal entre 25 y 35, y los dividieron en dos grupos de siete, combinándolos por edad, IMC, género y etnia. También incluyeron siete sujetos delgados (IMC < 25) para utilizarlos como grupo de comparación de peso equilibrado.

Los grupos con un IMC elevado siguieron o bien una dieta baja en carbohidratos o una de restricción calórica durante 14 días, mientras que el grupo de peso equilibrado continuó con su dieta habitual. Todos los sujetos fueron sometidos posteriormente a un estudio metabólico durante la noche en el que los investigadores valoraron simultáneamente las rutas metabólicas de la producción de glucosa hepática y del ciclo del TCA.

En el grupo del peso equilibrado, que consumía carbohidratos como una proporción importante de su dieta, el ciclo del TCA por sí solo proporcionó suficiente energía como para activar la formación de glucosa. «Esto no sucedió en los individuos que seguían la dieta baja en carbohidratos», señalaron los autores.

Las restricción de carbohidratos incrementó el índice de glucosa formado utilizando lactato o aminoácidos (GNGpep). «Esto sugiere que en sujetos humanos en ayuno que están sufriendo una pérdida de peso, la elevada gluconeogénesis asociada con la restricción de carbohidratos es activada por sustratos como el lactato o los aminoácidos», señalaron los autores. A pesar de ello, el ciclo del TCA en el grupo que seguía la dieta baja en hidratos de carbono fue similar al del grupo con la dieta baja en calorías, lo que indica tasas similares de generación de energía.

En contraste con informes previos, el presente estudio mostró una producción de glucosa hepática similar entre los distintos grupos alimentarios.
«Esta observación recuerda la ‘ autorregulación hepática’ por la cual la producción de glucosa endógena permanece inalterada en un entorno de glicogenólisis o gluconeogénesis alterada debido a que ambas vías tienden a compensarse entre sí», señalaron los autores.

«Hemos mostrado que las fuentes a partir de las cuales se produce la glucosa endógena dependen de la composición de macronutrientes alimentarios», escribieron los autores, quienes sugieren que el cambio en el metabolismo de la glucosa asociado con una dieta baja en carbohidratos podría ser beneficioso en individuos con enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD) debido a una mejor eliminación de la grasa hepática.
En conclusión, estos resultados pueden explicar en parte la correlación existente entre el consumo de carbohidratos y la gravedad de la enfermedad hepática en individuos con NAFLD.

Fuente: Science Daily

16 de octubre de 2008

Comer menos sin pasar hambre


Algunos trucos para comer menos sin pasar hambre.

1. Vacíar la casa de aperitivos poco nutritivos: es decir, helados, caramelos, patatillas, galletas, donuts, tartas y cualquier otro aperitivo salado o dulce que tomes entre comidas. Aprende a vivir sin ellos. Estas son las cosas que comemos de forma compulsiva y nos engordan. a partir de ahora tómalos solo en eventos sociales y ocasiones especiales.

2. Llena la casa de fruta fresca, fruta seca, zanahorias, apios, tomates. También jamón york, pavo que son altos en proteínas y bajos en grasa. Esos serán tus nuevos aperitivos.

3. Evita comprar aperitivos en gasolineras, kioscos, tiendas, etc.: los ponen justo al lado de la caja precisamente para tentarte.

4. Prepárate esta sencilla ensalada cuando te apetezca un banquete saludable: pon en un bol media lechuga iceberg cortada; un puñado de bocados de zanahoria; medio tomate y medio pepino en rodajas. Alíñalo con aceite de oliva, un poco de vinagre balsámico y una pizca de orégano, sal y pimienta y remueve. Obtendrás un bol de comida sabrosa y relativamente bajo en calorías.

5. Otros excesos que te puedes permitir: una buena porción de sandía. la sandía es un 90% agua y el 10% restante contiene gran cantidad de nutrientes, con un nivel razonable de calorías.

6. Otro exceso permitible: la sopa de vegetales. Calienta un gran bol de sopa hecha con montones de vegetales y judías. Es sabrosa, abundante y, por lo general, muy nutritiva y baja en grasas.

7. Otra opción genial de aperitivo: los frutos secos con cáscara. A menudo comemos de forma compulsiva por aburrimiento, estrés, etc. Lo bueno de los frutos secos es que el esfuerzo de abrir la cáscara y extraer el fruto es altamente terapéutico y entretiene. Además, los frutos secos son muy sanos (en moderación), sobre todo en su estado natural.

8. Si necesitas reentrenar tu apetito, empieza comiendo fuera. Si llevas tiempo comiendo sin control en casa puedes ir a un restaurante y pedir media ración. Allí no hay sobras de otros que aprovechar. Después de unos cuantos días, cuando te hayas acostumbrado a esa ración podrás volver a comer en casa sin pasarte.

9. Procura que pase una media hora entre el último plato y el postre. De ese modo, tu cerebro tendrá tiempo de recibir la señal de saciedad y, probablemente, te resulte más fácil saltarte el dulce.

10. Pon todo lo que comas en un plato o bol. Nunca comas directamente de la bolsa o caja.

11. Toma un aperitivo saludable antes de salir a comer fuera. Te ayudará a evitar la tentación de comerte todo el pan en la cesta antes de empezar el primero plato.

12. Evita comer con la televisión encendida. La comida es para disfrutarla y saborearla. Serás más consciente de lo que tomas, comerás más despacio y recibirás antes la señal de saciedad, por lo que comerás menos.

13. Evita las dietas restrictivas. Tan solo te crearán ansia por ciertos alimentos y harán que te acabes dando un atracón.

14. Limita la cantidad de edulcorantes artificiales y alimentos edulcorados. Un estudio de la Universidad de Purdue, publicado en julio de 2004, descubrió que el consumo de bebidas y alimentos edulcorados estropea nuestra capacidad natural para monitorizar las calorías e incrementa nuestras probabilidades de comer en exceso.

15. Toma un aperitivo nutritivo (como un puñado de cacahuetes, una pieza de fruta o queso, o un yogur) aproximadamente una hora antes de comer. Mantener el apetito controlado es una de las mejores formas de evitar atracones. Algunos expertos aconsejan también tomar un vaso de agua 20 minutos antes de comer.

Fuente: RD Healthy Living

15 de octubre de 2008

Dietas bajas en hidratos pueden causar melancolía


Las dietas bajas en carbohidratos han obtenido unos buenos resultados en comparación con otras dietas, pero hay algunas investigaciones que sugieren que las dietas como la Atkins (baja en carbohidratos y rica en grasas y proteína) podrían cambiar el humor de una persona y hacerla más huraña, a pesar de conseguir adelgazar un poco.

Los hidratos de carbono promueven la síntesis de la serotonina, un neurotransmisor que parece desempeñar un papel importante en el control del humor. Algunos indicios sugieren que evitar los carbohidratos –y atiborrarse grasa y proteínas en su lugar- podría reducir las concentraciones de serotonina, haciendo que la persona se vuelva triste y melancólica. Y cuando se probaron las dietas durante un período corto de tiempo (tres semanas) en personas activas físicamente y sin problemas de sobrepeso, la dieta baja en carbohidratos dio lugar a más fatiga y mal humor que la rica en carbohidratos.

Por supuesto, esos no son la clase de persona que habitualmente intenta perder peso, por lo que los investigadores australianos estudiaron también qué tipo de influencia tenían las dietas sobre el humor de las personas más propensas a hacer dieta. En el estudio participaron 93 personas con sobrepeso u obesas (con un índice medio de masa corporal de 33,6) a las que se les asignó, de forma aleatoria, una dieta baja o rica en carbohidratos.

Al final del estudio de dos meses, los que seguían la dieta baja en hidratos de carbono habían perdido un poco más de peso (7,7kg vs. 6,3kg) y una serie de pruebas estandarizadas no detectó ninguna influencia negativa sobre su humor. De hecho, loa actitud de ambos grupos mejoró por igual.

No obstante, hay un inconveniente: los que siguieron la dieta baja en carbohidratos obtuvieron peores resultados que los de la dieta rica en carbohidratos en una prueba diseñada para medir la velocidad de procesamiento mental.

Fuente: Newsday Health

3 de octubre de 2008

Dietas de moda


Dietas radicales, como muchas de las dietas de moda pasajeras, pueden influir en la belleza interior y exterior: por ejemplo, una pérdida de peso radical puede conducir a la caída del cabello. Una pérdida rápida de peso supone un estrés para el cuerpo y puede disparar cambios en el metabolismo que afecten al crecimiento del cabello, por lo que si pierdes más de un 10% del peso corporal en un par de meses, puedes perder pelo. este problema, conocido como efluvio telógeno, suele ser causado por dietas que carecen de proteínas. Las deficiencias nutricionales causadas por dietas muy restrictivas también pueden causar sequedad y envejecimiento de la piel, uñas y pelo quebradizos, y pérdida capilar.

Dieta del pomelo: esta dieta se ha estado utilizando desde hace MUCHO tiempo: más de 70 años; y continúa ganando popularidad en línea y por el boca a boca. La dieta está basada en la premisa de que el zumo de pomelo contiene un ingrediente especial que hace que el cuerpo queme grasas. Sin embargo, no hay ningún estudio científico que demuestre que esto es cierto y le zumo de pomelo no contiene ninguna enzima especial para la quema de grasas. Básicamente, se trata de una dieta baja en hidratos de carbono y rica en proteínas, en la que se añade ½ pomelo a las comidas. La pérdida de peso que se produce (4,5kg en 12 días) se debe a la eliminación de líquidos (no a que se quemen grasas) causada por la reducción drástica de hidratos de carbono y calorías y no por el pomelo en sí.

Independientemente, cabe señalar que el zumo de pomelo es bajo en calorías y constituye una gran fuente de vitamina C, por lo que añadirlo como aperitivo o parte de una comida puede incrementar el valor nutricional de la misma y ayudar a controlar las calorías en caso de querer adelgazar.

Nombre: Dieta del pomelo
Cómo funciona: reduce hidratos de carbono
Consiste en: añadir medio pomelo a todas las comidas
Consecuencias: solo a corto plazo; solo se eliminan líquidos.

Dieta de ayuno con zumos: En primer lugar, beber zumo todo el día es malo para los dientes (incluso más dañino que tomar un trozo de tarta de chocolate). La dieta de ayuno con zumos es un tipo de dieta desintoxicante, en la que solo se deben beber zumos de frutas y vegetales y agua, sin ningún tipo de ingesta de alimentos sólidos. Se puede ayunar desde 2 días a una semana o más. Los supuestos beneficios incluyen desde adelgazar, o sentirse y aparentar más joven, a tener más energía y una mejor claridad mental. Pero ¿qué le hace realmente al cuerpo? Básicamente, el propósito de tomar solo zumos es «limpiar» el cuerpo. Antes de ayunar hay que eliminar el alcohol, la cafeína y el azúcar, mientras que el ayuno de zumos consiste en tomar zumos de zanahoria, apio, manzana, pepino, remolacha y espinacas.

Hay que tener en cuenta que:
1.
No hay ninguna necesidad biológica de desintoxicarse, ya que nuestro hígado y riñones eliminan las toxinas del cuerpo a diario.
2. La dieta es muy baja en calorías y proteínas y puede causar un pérdida de energías, dolor de cabeza e irritabilidad.
3. Los diabéticos, las personas propensas a tener unos niveles bajos de azúcar en sangre, las mujeres embarazadas o que están amamantando a un recién nacido y cualquiera con un problema grave de salud no deberían realizar esta desintoxicación.

Los zumos de frutas y vegetales se pueden incluir en la dieta, ya que constituyen una buena fuente de vitaminas y antioxidantes, pero no pueden reemplazar completamente a una dieta equilibrada.

Nombre: Ayuno con zumos
Cómo funciona: NADA de alimentos sólidos
Consiste en: ayunar y tomar solo zumos de frutas
Consecuencias: es malo para los dientes; y el ayuno puede causar pérdida de energía, dolor de cabeza e irritabilidad.


Dieta de la sopa de repollo:
es básicamente otra dieta de moda pasajera en la que, durante 7 días, hay que consumir grandes cantidades de sopa de repollo junto con otras frutas y vegetales bajos en calorías, además de leche y carne. No es una dieta muy práctica, sino básicamente un listad de combinaciones específicas de alimentos que se pueden tomar junto con la sopa. Es muy baja en calorías y, al igual que sucede con otras dietas de moda pasajeras, la mayor parte del peso que se pierde no es por eliminación de grasas, sino de líquidos.

Las investigaciones indican que tomar una sopa con base de caldo antes de comer ayuda a consumir menos calorías durante la comida. El beneficio es mayor aún si la sopa es rica en fibra, como la de repollo. Por lo que añadir la sopa a las comidas normales de una dieta sana y equilibrada puede ayudar a perder peso.

Nombre: Dieta de la sopa de repollo
Cómo funciona: consumo de frutas y vegetales bajos en calorías
Consiste en: tomar grandes cantidades de sopa de repollo
Consecuencias: solo se eliminan líquidos; puede causar debilidad e irritabilidad

Fuente: CBS News

18 de septiembre de 2008

Grasas que se pueden comer y perder peso


Los dietistas temen a las grasas, pero en realidad lo importante es tener una buena salud. El truco está en comer los alimentos, que tengan el tipo de grasa adecuada y evitar el resto. Algunos consejos, que nos dan de los nutricionistas, para consumir el tipo de alimentos correctos, son:

  1. Conocer cuales son las grasas buenas. El cuerpo necesita este tipo de grasa, para funciones importantes del organismo como: aportar energía, mantener las células, transportar las vitaminas y crear hormonas, que ayudan al buen funcionamiento de la sangre y del corazón. La grasa buena, también ayuda a bajar los niveles del colesterol.
  2. Las grasas monosaturadas, son buenas. En este grupo están incluídos alimentos tan básicos y necesarios como: el aceite de oliva, el aceite de pescado, las aceitunas, los aguacates y las avellanas.
  3. Las grasas polisaturadas son buenas. Incluyen: la soja y los productos derivados de la soja, los cereales integrales y los aceites vegetales (girasol, maíz, azafrán, soja).
  4. Los Omega 3 y los aceites ácidos: son el tipo de grasas no polisaturadas. Son buenos para evitar los problemas coronarios, bajar la tensión sanguínea y mantener las arterias en buen estado. Se encuentran en: los arenques, el salmón, las sardinas, la linaza (aceite de linaza), las nueces, la verdura (espinacas, acelgas, lechugas…)
  5. Grasas trangénicas y grasas saturadas. Las primeras, se hallan en la bollería, los snacks (patatas fritas, ganchitos, cortezas…), las galletas, los donuts. En cambio las grasas saturadas se encuentran en las grasas de animales, como los productos lácteos realizados con leche entera, en la carne roja, los productos practicamente hidrogenéticos como los aceites de coco, de palmera u otros aceites tropicales.
  6. Hay que usar con moderación: todos los tipos de grasas. Estos deben consumirse moderadamente, porque aportan muchas calorías. Unas 25 almendras por ejemplo, es lo único de necesita una persona, para una merienda o un almuerzo a media mañana. Si cocina con aceite de oliva, ponga poca cantidad. No hace falta freirlo con mucho aceite. Basta con untar la carne o el pescado con el aceite, antes de meterlo en la sartén, para que no se pegue.
  7. Coma bien y haga deporte. Lo que hace engordar no son solamente los carbohidratos o la grasa, sino el comer demasiados y la falta de ejercicio, para quemarlos. Si no hace deporte, es más facil que se acumulen y que engorde.

Fuente: The Anniston Star

24 de julio de 2008

El agotamiento puede engordar


Según un artículo publicado este mes en upi.com, investigadores británicos y estadounidenses afirman que el agotamiento podría contribuir a la obesidad.

Según el Canwest News Service, un estudio indica que las personas son más propensas a ganar un peso excesivo (al menos un 5% de su peso corporal) si obtienen una puntuación elevada al medir su agotamiento vital.

En el estudio se observó que el agotamiento vital, que se caracteriza por fatiga, irritabilidad y sentimientos de desmoralización, incrementa considerablemente el riesgo de infarto.
El estrés mental y las enfermedades coronarias se han asociado con la obesidad y los investigadores querían saber si el agotamiento vital también estaba relacionado.

«En otras palabras, tienes esos sentimientos, los sentimientos conducen a ganar peso y ese incremento de peso conduce a problemas cardíacos», señala la coautora del estudio June Stevens, directora del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

En el estudio, publicado en la revista Obesity, participaron 13.727 hombres y mujeres, blancos y afroamericanos, de edades comprendidas entre 45 y 64 años. Los investigadores observaron que las mujeres que con un agotamiento vital elevado eran un 34% más propensas a ganar un peso excesivo durante el transcurso del estudio.

Según los investigadores, entender esta relación podría conducir a desarrollar mejores tratamientos dirigidos a reducir el agotamiento vital, prevenir posteriores incrementos de peso y mejorar las terapias de adelgazamiento.

Fuente: www.upi.com

18 de julio de 2008

Consejos para no engordar en vacaciones


Las vacaciones son unos días en los, que las personas salimos de nuestra rutina y nos vemos obligados a comer fuera de casa y por lo tanto, estamos sometidos a alteraciones en nuestra dieta alimenticia. He aquí algunos consejos, para esas fechas:

1- Su cuerpo necesita gasolina: no se prive de comer durante todo el día por el simple hecho, que por la noche vaya a salir a cenar fuera, porque tendrá tanta hambre, que cenará sin control. Desayune y haga una comida ligeras, sin nada de grasas. Luego para merendar tómese una fruta o un yogurt, un par de horas antes de la cena. Debe llegar a la cena con un apetito normal. Debe pensar, que cuando se cena fuera de casa, se suele comer más de lo habitual e ingerir grasas. Si lo hace de este modo compensará una cosa con la otra.

2- Preguntas que debe hacer: antes de hacer la comanda al camarero, pregunte como está preparado cada plato. Así podrá hacerse una idea del tipo de comida, que va a ingerir y planificarse un menú, no demasiado rico en grasas y calorías. Pregunte si lleva salsa y de que tipo, si está frito o a la parrilla. Siempre son mejores las carnes o pescados a la brasa o parrilla, que fritas, porque chupan menos aceite; así como por platos que llevan la salsa a parte y Vd. puede servirse sólo la justa.

3-Su objetivo es planificarse un menú equilibrado: si pide un primer plato muy rico en grasa, intente que el segundo sea algo a la brasa, para que tenga pocas calorías. Siempre es mejor, que el primero sea el más lignt.

4- Coma inteligentemente: coma solamente lo que ha pedido. No tome las aceitunas o aperitivo, que le ofrezca el restaurante, para hacer más llevadera su espera. Sino lo tiene en cuenta, aunque haya planificado un menú equilibrado lo va a estropear con dichos aperitivos.

5-Verduras y hortalizas: inclínese siempre por las verduras o las hortalizas, que pueda haber en la carta y tómelas sin mantequilla o sin aceite. De aliñarlas con algo, alíñelas con aceite de oliva.

6-Elija inteligentemente: rechace todo lo que tenga muchas calorías o grasas. Aunque elija una ensalada o unos crudités, cuidado con el aliño o alguno de sus ingredientes, ya que puede echar por tierra todos sus esfuerzos. No pasa nada si deja algunos componenetes del plato sin comer. Las salsa o aliños, pídalos siempre a parte, para poder controlar Vd. mismo la cantidad. Elija siempre el aliño menos graso, como por ejemplo una salsa vinagreta.

7-Omita ciertos alimentos: en un plato combianado, no tiene porque comérselo todo. Sáltese lo que crea que no le conviene. Otra solución es pedir dos o tres primeros platos en lugar de un primero y un segundo.

7- Bebidas: tenga cuidado de no beber mucho alcohol. Siempre en mejor tomar agua, que una copa de vino. Intente añadir gaseosa al vino blanco, para convertirlo en una bebida más light y refrescante.

8- Postres: espere a haber terminado con su comida/cena antes de pedir el postre. Algunos restaurantes tienen postres bajos en calorías y sin grasas, como una macedonia o un plato de frutas preparada, que son mejores que cualquier postre dulce. No permita que acompañen sus frutas con helado o con nata, porque no ganaríamos nada, al contrario, estropeamos el esfuerzo y no vale de nada.

10- Tómese su tiempo: coma lentamente, masticando bien y saboreando bien la comida. Sea consciente de que no quiere dejarse llevar ni ser indulgente consigo misma. Sea riguroso y estricto con Vd. mismo.

23 de junio de 2008

Cómo elegir un dietista


Si ha intentado perder peso sabrás que hay muchas opciones y que cada una de ellas parece tener su propio libro y línea de productos.

Especialistas en dietética del UT Southwestern Medical Center afirman que la mejor idea y la más barata es seguir un plan diseñado específicamente para nosotros por un dietista titulado; pero, ¿qué buscar en un dietista y cómo encontrarlo?

Lona Sandon, profesora ayudante de nutrición clínica del UT Southwestern y portavoz de la American Dietetic Association, señaló que la clave está en buscar un dietista especializado en lo que estamos buscando.

«Aunque todos los dietistas han sido formados para tratar una amplia gama de problemas de salud, los dietistas, al igual que los médicos, tienen campos de especialidad», añadió Sandon. «Si tu problema son las alergias alimentarias o la sensibilidad al gluten, necesitarás un dietista que trabaje con frecuencia con esos problemas».

Sandon resaltó que la personalidad es otro factor importante que se debe tener en cuanta a la hora de elegir dietista.

«El dietista debería ser alguien con quien te sientas cómodo y que te motive a seguir un camino más saludable», señaló. «Puede que necesites probar varios dietistas antes de encontrar al más adecuado».

Fuente: Medical News Today

19 de junio de 2008

El estado de ánimo puede influir en el sobrepeso


Investigadores estadounidenses han señalado que una sustancia química del cerebro, intrínsecamente relacionada con el estado de ánimo y el apetito, puede afectar también directamente a la acumulación de grasa.

Según ellos, los niveles de serotonina, neurotransmisor químico en el que se centra la acción de muchos antidepresivos, puede hacer también que el cuerpo acumule grasa independientemente de lo que se coma.

«Puede ser uno de los motivos por los que fracasan las dietas», señaló Kaveh Ashrafi, experto en metabolismo de la Universidad de California, San Francisco, que dirigió el estudio. La serotonina puede ayudar al cuerpo a decidir si quemar el exceso de calorías o almacenarlo en forma de grasa, añadió.

Los resultados, publicados en la revista Cell Metabolism, podrían conducir al desarrollo de mejores fármacos dietéticos y tratamientos para enfermedades como la diabetes.

Para su experimento, Ashrafi trabajó con ascárides, pero afirma que los resultados se pueden aplicar a los humanos. «Estos gusanos, aunque son microscópicos, tienen alrededor de 20.000 genes… y comparándolos frente a frente son cerca de un 50% similares a nosotros», señaló. Los genes que regulan el apetito, el almacenamiento de grasas y el metabolismo son especialmente similares, añadió Ashrafi.

«Se sabe desde hace tiempo que un aumento de la serotonina causa una reducción de la grasa», señaló Ashrafi. «A nivel molecular estamos intentando entender cuál es el mecanismo que hace que esto suceda. Lo que descubrimos en el gusano es que estos mecanismos pueden ser independientes de los mecanismos que median en los efectos de la serotonina sobre el apetito».

La investigación descubrió que los niveles de serotonina influían en el apetito de los gusanos, pero también en la cantidad de grasa que éstos acumulaban, y ambas cosas por medio de procesos independientes.

Fuente: ABS-CBS News