Consejos para familias con hijos obesos. Ante una situación de obesidad es importante tomar medidas, porque ser obesos en la infancia puede tener consecuencias muy negativas en la salud física y mental de nuestros hijos en el futuro. Cualquier medida debe tener en cuenta que los niños necesitan una alimentación equilibrada, no dietas drásticas, basada en los principios de la famosa pirámide de los alimentos. Aquí ofrecemos otros consejos para ayudar a los niños a perder peso.
- Ante todo lograr que tu hijo se sienta querido y apreciado independientemente de cuál sea su peso. Es muy importante que su estado físico no influya en su auto estima
- Tomar un desayuno saludable es un buen modo de empezar el día. Además, si incluye proteína en el desayuno, no pasará tanto hambre a lo largo de la mañana. Un desayuno ideal sería por ejemplo, un yogur con fruta y unas tostadas de pan integral con aceite de oliva, tomate rallado y jamón york o pechuga de pavo
- Seguir las recomendaciones alimenticias de su pediatra para una alimentación saludable. La ayuda de una persona profesional y experta en nutrición es básica para cambiar los hábitos alimenticios
- Llenar la nevera de yogures y leche desnatada o semidesnatada, fruta fresca y vegetales y eliminar refrescos o aperitivos ricos en grasa, calorías o azúcares añadidos y bajos en nutrientes. Vaciar también los armarios de galletas, golosinas, dulces, patatas fritas…. Los niños no tienen la madurez para abstenerse ante la tentación y es por ello que debemos ayudarle, eliminando de la cocina aquellos alimentos que no le benefician nada por su alto contenido en azúcares o grasas y su bajo contenido en vitaminas y nutrientes
- Animarles a hacer ejercicio. Se recomienda que los adultos practiquen al menos 30 minutos y los niños 60 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana. Apuntarles en un club deportivo si le apatece o, si no quiere, simplemente ayudarle a hacer alguna actividad deportiva y ofrecerse para hacerla con el.
- Reducir la cantidad de tiempo que toda la familia dedica a actividades sedentarias, como ver la tele o jugar a la consola. Limitar el tiempo de televisión a menos de 2 horas al día, comprar algunos juegos de mesa y ayudarles a emplear su tiempo de relax haciendo otras actividades, fuera de pantallas.
- No darles alimentos o aperitivos a los niños mientras ven la televisión. Es la mejor forma de desarrollar un habito que ayuda a contribuir a la obesidad: comer de forma impulsiva.
- Desayunar, comer o cenar todos juntos en familia siempre que sea posible. Servir los hidratos de carbono en la cocina y no ofrecer segundas raciones. Poner fuentes de verdura y ensalada en la mesa y permitir segundas – y terceras – raciones de éstos alimentos
- Planear actividades familiares en las que todos hagan ejercicio y se diviertan.
- Centrarse en la salud y las cualidades positivas de tus hijos, no en su peso. Es importante que los niños no se obsesionen con su peso para evitar futuros trastornos relacionados con la alimentación, como bulimia o anorexia
- Dar ejemplo a sus hijos. Si los niños ven que sus padres disfrutan comiendo alimentos saludables y haciendo ejercicio, estarán más dispuestos a hacer lo mismo ahora y el resto de su vida.
- Proporcionar a sus hijos y sus amigos un entorno seguro para jugar activamente. En vez de verlos jugar a la video consola, cuando están acompañados animarles a jugar fuera al aire libre, a practicar deportes de pelota, hacer un paseo en bici o en patinete etc.
- No es aconsejable imponer una dieta restrictiva a los niños. Es mucho mejor introducir cambios en su dieta diaria y acostumbrarles a disfrutar con platos y tentempiés sanos
- No utilizar nunca los alimentos como recompensa o castigo