Según un artículo publicado este mes en ScienceDaily, un nuevo estudio publicado en el ejemplar de abril de la revista Pediatrics, afirma que pequeños cambios en las escuelas pueden dar lugar a enormes resultados en la prevención de la obesidad infantil. Esta intervención escolar, que redujo la incidencia de sobrepeso en un 50%, ofrece un posible medio para prevenir el incremento de peso y la obesidad infantiles a gran escala.
«Nos centramos en las escuelas porque es donde los niños pasan la mayor parte de sus vidas y donde hacen al menos una comida, cuando no dos», señaló Gary Foster, director del Center for Obesity Research and Education de la Universidad de Temple y principal autor del estudio.
El estudio de dos años de duración se realizó en 10 escuelas K-8 de Philadelphia. La mitad de las escuelas pusieron en marcha una política de nutrición polifacética desarrollada por The Food Trust, organización sin ánimo de lucro con el objetivo de garantizar que todo el mundo tiene acceso a una alimentación asequible y nutritiva. Esta política incluía marketing social e implicación familiar. Las otras cinco escuelas sirvieron de comparación.
El estudio se centró en 1.349 estudiantes de cuarto a sexto curso, de los cuales se realizó un seguimiento durante dos años, midiendo su peso, altura y actividad física antes y después.
La intervención, conocida también como School Nutrition Policy Initiative, incluia: autoevaluación escolar, educación en nutrición, políticas de nutrición, marketing social e implicación de los padres.
Se sustituyeron los refrescos con gas por agua, zumos de frutas 100% y leche desnatada; se limitaron los aperitivos a 7 gr de grasa total, 2 gr de grasas saturadas, 360 mg de sodio y 15 gr de azúcar por ración; y se eliminaron los dulces de las instalaciones escolares.
Los profesores recibieron 10 horas de formación para enseñar nutrición y los alumnos recibieron 50 horas de educación en nutrición a lo largo del año escolar.
Se recompensó a los niños por tomar aperitivos saludables y por reservarse para las comidas principales, dándoles rifas con las que podían ganar premios.
Los educadores en nutrición animaron a los alumnos y a sus padres a comprar aperitivos más sanos. Además, se retó a los estudiantes a ser menos sedentarios e incrementar su actividad física, y a comer más fruta y vegetales.
Sólo el 7,5% de los niños cogieron sobrepeso en las escuelas de la intervención, en comparación con el 15% de las otras escuelas. Estos resultados son especialmente interesantes para los colegios urbanos, en donde las tasas de obesidad infantil son desproporcionadamente más elevadas que en las zonas suburbanas.
Fuente: sciencedaily.com