Cómo hacer una limpieza de nuestro organismo con la dieta
A todos nos gusta la idea de una buena limpieza, pero en relación con nuestra dieta, eso no significa que tengamos que recurrir a infusiones depurativas, fibra o extracto de cardo mariano, o ayunar durante varios días para desintoxicar todo nuestro sistema. Nuestro cuerpo es perfectamente capaz de excretar los residuos y las dietas muy restrictivas pueden hacer que suframos de dolores de cabeza, problemas digestivos y letargo.
Sin embargo, la primavera es un momento ideal para revisar nuestros hábitos alimenticios y nos permite sacar partido de todos los alimentos de temporada –que pueden ser más frescos, más baratos y más ricos en nutrientes– para seguir una dieta que nos dejará una sensación de energía y salud.
Comer más fruta y verduras, beber más agua, reducir el alcohol y pensar más en lo que estamos comiendo y bebiendo (los principios fundamentales de las dietas de desintoxicación sensatas) puede aumentar nuestros niveles de energía y motivarnos para tomar las riendas de nuestra salud.
Empezar el día con un desayuno bajo en grasa, rico en fibra y que contiene una amplia gama de vitaminas y minerales, mejorará nuestra energía y niveles de concentración por la mañana.
Para un desayuno primaveral saludable, cortar en rodajas fruta fresca de temporada, como fresas y albaricoques, en un bol con muesli empapado en leche desnatada (su alto contenido en agua aumentará nuestra sensación de saciedad) o un cereal integral con yogur o leche desnatados (la fibra y la proteína mantienen a raya el apetito a lo largo de la mañana).
Para un desayuno primaveral saludable, cortar en rodajas fruta fresca de temporada, como fresas y albaricoques, en un bol con muesli empapado en leche desnatada (su alto contenido en agua aumentará nuestra sensación de saciedad) o un cereal integral con yogur o leche desnatados (la fibra y la proteína mantienen a raya el apetito a lo largo de la mañana).
Mantener nuestros niveles de energía altos durante todo el día incluyendo una fuente de proteínas magras en cada comida (pollo sin piel, carne magra, pescado, habichuelas, legumbres o frutos secos) y optar por aperitivos más saludables y que aportan una energía de liberación lenta (pan de pita de trigo integral con humus o mantequilla de cacahuete en pan integral).
En primavera abundan verduras como el espárrago, el brécol, el repollo, la coliflor y las espinacas. Utilizarlas en platos como el risotto de espárragos, el brécol y la coliflor con queso o el arroz frito con repollo y bacon nos proporcionará antioxidantes, vitaminas (por ejemplo vitamina A y ácido fólico) y minerales (como el calcio o el hierro) y fibra.
Unos niveles bajos de hierro son una de las principales causas de la fatiga, por lo que conviene comer con regularidad alimentos que contengan hierro, como carne roja magra, pollo, legumbres, cereales reforzados con hierro, huevos y frutos secos.
Por último, se necesitan al menos 6-8 vasos de líquido al día; incluso una deshidratación leve causará fatiga y dolores de cabeza. Beber más líquido no sólo nos hará sentirnos mejor, sino que también puede ayudarnos a reducir su consumo de alimentos.
Fuente: Telegraph Health