Todos hemos notado la subida de precios en las tiendas y supermercados en las últimas semanas, empujados por el aumento de los precios de la energía y por diversos fenómenos sociales que están alterando la economía y la estabilidad mundial. En febrero, como muestran los datos oficiales de España, los alimentos han subido un 0,8%, al igual que el IPC global del país, y este se refleja en nuestro bolsillo.
Al compararlo con el año pasado, el coste de los alimentos ha subido un 5,6%, y los incrementos más notorios los vemos en alimentos básicos de nuestra cesta de la compra: la fruta fresca (3,8%), las legumbres secas o en conserva (3,1%) y los alimentos para bebés (5,0%); además de la leche entera (1,9%), el pescado congelado (1,3%) y el pan (1,1%).
Gracias a la cocina, podemos reducir y controlar el gasto en la cesta de la compra, sin renunciar a alimentarnos de forma balanceada y variada. Así que compartimos algunos consejos y trucos para ahorrar en alimentación, pero ¡seguir divirtiéndonos en la cocina con recetas llenas de sabor!
- ¿Cómo aprovechar las verduras congeladas y en conserva? Las verduras congeladas son más asequibles que la verdura fresca, y en los lineales de congelados de los supermercados hay muchas opciones dónde elegir: desde pimientos o menestra, al brócoli, coliflor, espinacas y acelgas, clásicos como las alcachofas congeladas, los guisantes congelados o ingredientes más innovadores, como el edamame. La clave está en usarlas en platos en los que la textura no sea relevante, como guisos, cremas, sopas, woks o salteados, y no descongelarlas antes de usarlas, salvo que el paquete lo indique, o si se van a freír con aceite. También es importante cocinarlas durante el tiempo justo, para que no se pasen. Las verduras en conserva permiten ahorrar energía en preparaciones más largas, y también disponemos de muchas alternativas: judías, brotes de soja y otros productos de la huerta se pueden emplear en platos similares a las verduras congeladas, y se conservan durante más tiempo que sus alternativas frescas.
- Legumbres de bote, un aliado en la cocina: Este es un producto tremendamente versátil y, que si empleas algunos trucos, será difícil diferenciar entre las legumbres secas y las que compras en conserva. Para que garbanzos, alubias o lentejas pierdan el sabor de la conserva es importante prescindir de la salmuera, ponerlas en un colador y lavarlas ligeramente con agua fresca: una vez hecho esto, las legumbres de bote se pueden usar en guisos tradicionales (por ejemplo, unas fabes con almejas instantáneas usando alubias de bote) o cremas, saltearlas con especias y condimentos para añadir a ensaladas, o para hacer deliciosos platos de la cocina tradicional árabe como tabulé, falafel o hummus (para los que usar garbanzos de bote ahorra tiempo).
- Los mil usos de los pescados y mariscos congelados o en lata: los pescados congelados quedan mejor si se preparan tras descongelarlos a temperatura ambiente en una rejilla, y para suavizar el sabor se pueden sumergir en leche una hora, escurrirlos y rociarlos con zumo de limón antes de cocinarlos. Si sigues estas indicaciones con piezas de bacalao, merluza, salmón o atún quedarán muy apetitosas a la plancha, en cazuelas o guisos, al horno o en frituras. El marisco, como los langostinos o mejillones sin conchas ni cáscaras, se pueden usar congelados aunque es importante tener en cuenta el tiempo de elaboración recomendado. Otro capítulo aparte merecen los pescados en lata: España es una potencia mundial en este tipo de alimentos enlatados, y contamos con opciones de diferentes gamas de precio y de gran calidad de sardinas, salmón, mejillones, caballa o bonito), ideales para ensaladas, guisos con legumbres o para hacer cremas y quiches. ¿Qué haríamos sin el atún en lata, un comodín para cualquier cena rápida, tapa o ensalada?
- Prueba con frutas congeladas o en conserva: para consumir frutas congeladas es recomendable descongelarlas a temperatura ambiente, para que mantengan su integridad, salvo que se quieran usar en batidos, cremas o mermeladas. Los frutos rojos y las fresas, y frutas carnosas como piña, mango y mandarina (que también se pueden encontrar en packs de frutas en conserva, con y sin azúcares añadidos) soportan bien el proceso de congelado y, una vez descongeladas, se pueden usar en postres, ensaladas de fruta y otros dulces. Hay muchas opciones y recetas con frutos rojos congelados que funcionan tan bien ¡que casi ni te darás cuenta que no son frescos!
- Nuevos ingredientes y preparaciones: carne en conserva. En España estamos más familiarizados con las carnes congeladas (de cordero, ave…) que funcionan bien en preparaciones al horno o salteadas; aunque también se están extendiendo las conservas de otras carnes, como el conejo, con escabeches intensos o aceites aromatizados, que se pueden hacer en casa con recetas tradicionales sencillas, para aprovechar cortes de temporada a buen precio que se pueden elaborar y almacenar para consumir más adelante.
Además de elegir alternativas más asequibles de tus alimentos favoritos, tenemos otros trucos para reducir el gasto en la compra: planifica tus menús semanales, haz una lista de la compra y cocina en lotes; apuesta por el consumo de temporada (y si compras más cantidad, limpia, trocea y congela lo que no uses); prueba con aceites y grasas alternativas para cocinar (desde oliva a otras semillas, mantequilla y otros aceites), y atrévete con las recetas caseras de salsas (usando tomate en conserva), dips, bollería y pan. Además, si cuentas con robot de cocina, panificadora, ollas lenta o freidoras de aire, sácales partido con recetas que aprovechen el menor consumo energético de estos aparatos.
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