Las salsas y dips (cremas y aderezos para picar) son una excelente forma de empezar una comida, disfrutar de una película, dar personalidad a un plato y poner el toque final a una receta. Muchas incluso invitan a reunirse en torno a la mesa, conversar y compartir sabores, mientras descubrimos los sabores y matices de cada una de ellas.

Así que, vamos a hacer salsas y dips para chuparse los dedos (¡de verdad!):

¡Hazlas en casa! 

  • Mayonesa: tan simple como mezclar huevo, aceite de oliva, sal (y depende del gusto, limón, picante y otras especias), esta salsa es una de las más conocidas y usadas en la cocina, y sirve de base para otras cremas y aderezos. Pero si prefieres hacer opciones más ligeras, puedes usar queso batido fresco, y si prefieres prescindir de los huevos, con leche o aguacate podrás conseguir la misma textura cremosa. Muy importante: preparar solo la cantidad que vayas a consumir porque, al no llevar conservantes artificiales, es una salsa delicada que se conserva pocos días en frío.
Mayonesa de aguacate sin huevo, de Espia en la cocina
  • Alioli: el alioli es una salsa viajera, con mucha historia, cuyo origen se remonta a la Antigua Roma (que adaptó una receta egipcia), y que se extendió desde Italia por la costa mediterránea hasta llegar a la península ibérica. Esta variante de la mayonesa, con gran protagonismo del ajo y el limón, es un sabor muy presente en muchos platos castizos y tradicionales en España, como las patatas bravas, los arroces, las fideuás, el pulpo… y también hay versiones sin huevo… y hasta de tofu!
Salsa alioli con batidora y muchos detalles, de SaraPA

Para empezar y abrir el apetito

  • Guacamole: este clásico de la comida mexicana es ya universal. La civilización azteca ya elaboraba esta salsa que tenía connotaciones divinas, y que tenía y tiene com ingrediente principal el aguacate. Su nombre es una adaptación de su nombre original en lengua náhuatl, ahuacamolli, y la receta original (que incluye aguacates machacados, jugo de lima, tomate y chile), ha variado poco, salvo por la cebolla, el cilantro y el ajo, que se añadieron más adelante. Solo, con tacos, quesadillas, para complementar una ensalada o un plato caliente, el guacamole es un plato exquisito y muy fácil.
Guacamole casero, de ElCofitnero
  • Salsa para ensalada de pasta: la pasta es un ingrediente que se puede comer caliente, pero también frío, y la clave de una buena ensalada de pasta esta en el aliño, que debe aportar sabor, un poco de humedad y ligar todos los ingredientes de forma armónica. Vinagretas, toques frutales o dulces y cítricos son ideales para este tipo de platos.
Ensalada de brócoli y pasta de lenteja con kiwi, de Salma
  • Salsa de yogur: el tzatziki es una institución en Grecia, un aperitivo tradicional con tantas variantes y versiones como casas hay en este país, y que es también muy popular en Turquía. Es refrescante, y un complemento perfecto para los souvlakis, el kebab y otras especialidades tradicionales que tienen a la carne de cerdo, cordero o ternera como protagonista. Pero sola, con crudités o pan es irresistible, y tan fácil como mezclar yogur griego, pepino rallado, limón, vinagre, aceite de oliva, ajo y perejil… y si agregas menta o eneldo conseguirás una variante muy sabrosa!
Bocaditos de brócoli con salsa de yogur y tahini , de SpiceSoulKitchen

Salsas con historia y personalidad

  • Carbonara: esta salsa italiana tiene su origen en Roma, y la receta original combina huevos, queso pecorino o parmesano, pancetta italiana o guanciale, aceite de oliva virgen extra y pimienta negra, aunque muchos hogares fuera de Italia han hecho adaptaciones de la receta con ingredientes y gustos locales. Además de degustarla con pasta, puedes hacer otras recetas con esta salsa cremosa… por ejemplo, croquetas o pizzas.
Carbonara de Espaguetis de Calabacín y Brócoli, de Fran González
  • Pesto: la palabra, que significa “aplastar en un mortero” es precisamente eso, una salsa que se elabora chafando los ingredientes, ya sea en mortero, o en robot de cocina o procesador de alimentos. La receta original (con piñones, albahaca, ajo, parmesano y aceite de oliva) es de origen genovés, pero hay muchísimas variantes con diversos frutos secos, quesos y otros ingredientes. Y muy importante: una vez elaborado el pesto, se coloca una porción en un plato, y se vuelca la pasta, ¡no al contrario!
Pesto de piñones, de NurítmicaFit
  • Salsa tártara: la receta original nació en las cocinas de las tribus tártaras de Mongolia, y se caracteriza por incluir diferentes vegetales crudos, y po rsu sabor avinagrado, gracias a los encurtidos que forman parte de la preparación, una mezcla de mayonesa, huevo cocido picado, mostaza, cebollino, vinagre de vino blanco, alcaparras, cebolleta y pepinillos en vinagre. La clave para disfrutar de esta salsa está en el contraste, porque combina bien con alimentos con sabores más suaves, como patatas, pollo o salmón.
Salsa Tártara, de José Villalta

¿Cuál es tu salsa favorita? ¿Cuál es el dip o el aderezo que no falta nunca en la mesa de los aperitivos o en una comida con amigos? ¡Comparte tu receta de salsa, dip o crema de aperitivo en Cookpad!