Preguntas frecuentes sobre la dieta del ADN traducidas del sitio DNA Diet por lo que no habrá que olvidar que las respuestas tienden a ser muy positivas en favor de la dieta ADN. No obstante, nos han parecido interesantes por la información que aportan sobre qué tipo de dieta es la dieta ADN.
La dieta de ADN se basa en la creencia de que la genética tiene un papel importante en la determinación de cómo nuestro cuerpo reacciona ante los alimentos.
Sí, funciona, pero al igual que con todas las cosas en la vida, hay que esforzarse.
En primer lugar, hay que averiguar lo que dice la genética de la persona. Es necesario averiguar qué alimentos son adecuados para el cuerpo de la persona y qué alimentos no y a continuación crear planes de menú e ideas de aperitivos que la ayuden a perder peso de forma cómoda y sin pasar hambre.
La persona debe rellenar un cuestionario especial, para poder determinar qué tipo de predisposiciones genéticas tiene. La fórmula utiliza la ciencia de la genética para entender qué genes tiene la persona y qué dieta será la adecuada para ella.
La dieta del ADN es la única dieta que se basa específicamente en el perfil genético de la persona. No hay duda de que nuestros genes son los responsables de lo que somos y todos somos diferentes unos de otros. Trabajar con la composición genética específica de la persona es posible preparar una dieta para ella y sólo ella. Cada uno de nosotros formamos parte de un grupo genético particular, pero cada persona tiene su propia identidad genética y su dieta única.
Por supuesto. Cualquiera que sean los genes que nos hayan transmitido nuestros padres pueden predeterminar el funcionamiento de nuestro metabolismo y cómo vamos a quemar calorías.
¡Sí! En primer lugar, comemos y quemamos diferentes tipos de calorías. Las calorías que nuestro cuerpo elige quemar primero son los hidratos de carbono de nuestra dieta. Esto es así para todos. El cuerpo humano busca energía para vivir por lo que depende de la energía rápida que obtiene de los hidratos de carbono simples como el azúcar, la harina blanca, la pasta y el pan; luego, pasa a la proteína y finalmente a la grasa. Observando la situación de manera simplista, se puede concluir que si se ingieren más calorías de las que se queman, se va a aumentar de peso. Esto es cierto, sin embargo, es demasiado simple. Algunos cuerpos queman calorías con mayor rapidez que otros y algunos necesitan más calorías que otros. Aquí es donde entra en juego la genética. ¡Es necesario averiguar la cantidad de calorías diarias que necesita cada cuerpo en particular, cuántas calorías es capaz de quemar y con qué rapidez y, finalmente, qué tipo de calorías le van mejor.
El motivo por el cual el peso se acumula en ciertas zonas y no en otras está en las variaciones genéticas de cada cuerpo. Algunas personas tienden a lo que se denomina forma de manzana lo que significa que acumulan más peso en el estómago y el abdomen, mientras que otras tienden más a una forma de pera, lo que significa que tienden a ganar peso en las caderas y nalgas.
Esta es una vieja discusión acerca de cómo nos convertimos en lo que somos o qué nos afecta más, las cosas del exterior o las del interior. La conclusión general es que es una división 50/50. El cincuenta por ciento de lo que somos, nuestro aspecto y cómo nos comportamos ya está predeterminado a través de la genética y se encuentra en nuestra naturaleza. El otro cincuenta por ciento, que es lo que se conoce como crianza o educación, es lo que nos afecta después de nacer, por ejemplo, el modo en que nos criaron, los alimentos que comía nuestra familia o nos hacían comer cuando éramos pequeños, y lo que nos rodea ahora y que afecta a nuestro peso y nuestra forma de vida, como lo que comemos, cuándo comemos, la cantidad de ejercicio que hacemos, cuántas horas dormimos y si fumamos o no, entre otras cosas.