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La dieta del ADN

14 de junio de 2011

Preguntas frecuentes sobre la dieta del ADN traducidas del sitio DNA Diet por lo que no habrá que olvidar que las respuestas tienden a ser muy positivas en favor de la dieta ADN. No obstante, nos han parecido interesantes por la información que aportan sobre qué tipo de dieta es la dieta ADN.

¿Qué es la dieta del ADN?
La dieta de ADN se basa en la creencia de que la genética tiene un papel importante en la determinación de cómo nuestro cuerpo reacciona ante los alimentos.
¿Funciona realmente la dieta del ADN?
Sí, funciona, pero al igual que con todas las cosas en la vida, hay que esforzarse.
¿Cómo funciona la dieta del ADN?
En primer lugar, hay que averiguar lo que dice la genética de la persona. Es necesario averiguar qué alimentos son adecuados para el cuerpo de la persona y qué alimentos no y a continuación crear planes de menú e ideas de aperitivos que la ayuden a perder peso de forma cómoda y sin pasar hambre.
¿Cómo se sabe qué dieta del ADN funciona para cada persona?
La persona debe rellenar un cuestionario especial, para poder determinar qué tipo de predisposiciones genéticas tiene. La fórmula utiliza la ciencia de la genética para entender qué genes tiene la persona y qué dieta será la adecuada para ella.
¿Por qué es la dieta del ADN mejor que otras dietas?
La dieta del ADN es la única dieta que se basa específicamente en el perfil genético de la persona. No hay duda de que nuestros genes son los responsables de lo que somos y todos somos diferentes unos de otros. Trabajar con la composición genética específica de la persona es posible preparar una dieta para ella y sólo ella. Cada uno de nosotros formamos parte de un grupo genético particular, pero cada persona tiene su propia identidad genética y su dieta única.
¿Afectan los genes al peso de una persona?
Por supuesto. Cualquiera que sean los genes que nos hayan transmitido nuestros padres pueden predeterminar el funcionamiento de nuestro metabolismo y cómo vamos a quemar calorías.
¿Hay algo más en las dietas aparte de las calorías ingeridas y las calorías quemadas?
¡Sí! En primer lugar, comemos y quemamos diferentes tipos de calorías. Las calorías que nuestro cuerpo elige quemar primero son los hidratos de carbono de nuestra dieta. Esto es así para todos. El cuerpo humano busca energía para vivir por lo que depende de la energía rápida que obtiene de los hidratos de carbono simples como el azúcar, la harina blanca, la pasta y el pan; luego, pasa a la proteína y finalmente a la grasa. Observando la situación de manera simplista, se puede concluir que si se ingieren más calorías de las que se queman, se va a aumentar de peso. Esto es cierto, sin embargo, es demasiado simple. Algunos cuerpos queman calorías con mayor rapidez que otros y algunos necesitan más calorías que otros. Aquí es donde entra en juego la genética. ¡Es necesario averiguar la cantidad de calorías diarias que necesita cada cuerpo en particular, cuántas calorías es capaz de quemar y con qué rapidez y, finalmente, qué tipo de calorías le van mejor.
¿Por qué algunas personas son propensas a ganar peso en la zona del estómago y otras en las caderas y la región de las nalgas?
El motivo por el cual el peso se acumula en ciertas zonas y no en otras está en las variaciones genéticas de cada cuerpo. Algunas personas tienden a lo que se denomina forma de manzana lo que significa que acumulan más peso en el estómago y el abdomen, mientras que otras tienden más a una forma de pera, lo que significa que tienden a ganar peso en las caderas y nalgas.
¿Qué implica la disyuntiva se nace o se hace?
Esta es una vieja discusión acerca de cómo nos convertimos en lo que somos o qué nos afecta más, las cosas del exterior o las del interior. La conclusión general es que es una división 50/50. El cincuenta por ciento de lo que somos, nuestro aspecto y cómo nos comportamos ya está predeterminado a través de la genética y se encuentra en nuestra naturaleza. El otro cincuenta por ciento, que es lo que se conoce como crianza o educación, es lo que nos afecta después de nacer, por ejemplo, el modo en que nos criaron, los alimentos que comía nuestra familia o nos hacían comer cuando éramos pequeños, y lo que nos rodea ahora y que afecta a nuestro peso y nuestra forma de vida, como lo que comemos, cuándo comemos, la cantidad de ejercicio que hacemos, cuántas horas dormimos y si fumamos o no, entre otras cosas.
Fuente: The DNA Diet
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Como agilizar el metabolismo

7 de junio de 2011

Algunas maneras de acelerar el metabolismo – algo muy importante para perder peso.

1 – Determinar nuestras necesidades calóricas diarias: Para acelerar el motor de quemar grasa, procurar no sobrecargar el sistema con demasiada comida. Averiguar cuántas calorías necesitamos consumir cada día para perder peso y que nuestro metabolismo siga funcionando bien. El nivel de calorías se determina teniendo en cuenta la edad, el sexo, la altura, el peso, la masa muscular y el nivel de actividad.

2 – Dividir las comidas: Poner en marcha el metabolismo y disminuir el apetito dividiendo las comidas en cinco o seis comidas más pequeñas y nutritivas al día en lugar de hacer solo tres comidas abundantes. El cuerpo gastará más energía para digerir los alimentos y el metabolismo aumentará.

3 – Moverse: La actividad física es la responsable del 20 al 40 por ciento de las calorías consumidas cada día. Un buen objetivo para la mayoría de la gente es hacer ejercicio unas 4-6 veces por semana en sesiones de 30-60 minutos. Si no podemos hacer tanto, hacer lo que podamos. Pasear al perro, aparcar el coche en el otro extremo del aparcamiento, utilizar las escaleras en lugar del ascensor, limpiar la casa… simplemente hacer algo.

4 – Fortalecer los músculos: La musculatura es nuestro mejor aliado. La tasa metabólica en reposo (RMR) es la velocidad con la que nuestro cuerpo quema calorías en reposo. Equivale al 60-70% de nuestro gasto calórico diario y está estrechamente relacionada con la cantidad de musculatura que tenemos. Los músculos queman más calorías que grasa y, cuanta más musculatura tenemos, más calorías quema nuestro cuerpo, incluso mientras dormimos.

5 – Dormir bien: Según estudios publicados en la revista Journal of American Medical Association y la revista The Lancet, la falta de sueño puede aumentar la sensación de hambre y afectar al metabolismo del cuerpo, haciendo que nos resulte más difícil perder peso. Las personas con falta de sueño pueden continuar sintiendo hambre a pesar de haber tomado una cantidad adecuada de alimentos, porque como es sabido, la falta de sueño afecta a la secreción de cortisol, una hormona que regula el apetito. Asegurarse de disfrutar ocho o más horas de sueño cada noche.

6 – Comer proteínas magras e hidratos de carbono buenos: El cuerpo quema algunas calorías por sí solo cuando digiere los alimentos que comemos. Esto se conoce como el efecto térmico de los alimentos y es lo que hace que las proteínas (que tienen el efecto térmico más elevado de todos los alimentos) y los hidratos de carbono sean buenos aliados para nuestro metabolismo. Las proteínas magras como el pavo y el pollo también ayudan al desarrollo de la musculatura que, a su vez, quema calorías. Los hidratos de carbono buenos, como los cereales integrales, las legumbres, las verduras y la fruta son también la principal fuente de combustible de nuestro cuerpo. Nos proporcionan la energía necesaria para levantarnos y movernos, de forma que podamos quemar más calorías.

7 – Beber agua: Los investigadores de Alemania han descubierto que el consumo de agua puede aumentar la velocidad a la que la gente quema calorías. Las tasas metabólicas entre los participantes del estudio aumentaron un 30% después de consumir, aproximadamente, medio litro de agua. El proceso de quema de calorías del metabolismo necesita agua para funcionar eficazmente. El agua también nos sacia, calma el apetito, limpia el sistema y elimina los gases del cuerpo. Beber al menos entre 8 y 10 vasos (de 200 ml cada uno) al día; más si llevamos una vida activa.
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La mejor dieta para adelgazar

17 de mayo de 2011

La mejor dieta para adelgazar según el ranking de Consumer Reports es la dieta Jenny Craig

Según Consumer Reports, si se quiere estar seguro de adelgazar y mantener la dieta al menos durante dos años, se debería considerar seriamente la dieta Jenny Craig. Supera fácilmente a otras dietas, como Weight Watchers, Slim Fast, Atkins, Ornish y The Zone. La dieta incluye un programa de porciones controladas de alimentos precocinados que se entregan a la persona que pretende adelgazar, junto con algunos platos caseros y asesoramiento telefónico personal o en persona.

Consumer Reports cita un estudio de 2010 en el que participaron 332 personas y que se publicó en la revista JAMA (Journal of the American Medical Association). El 92% de los participantes todavía seguían en el programa Jenny Craig después de 24 meses y habían perdido un promedio del 8% de su peso corporal. Consumer Reports describe el 92% como una cifra «notable».

La dieta Jenny Craig incorpora algunos de los productos dietéticos de la dieta Volumetrics, que ganó la última evaluación hace cuatro años. La razón por la que la dieta Volumetrics no fue evaluada en esta ocasión es que ahora forma parte de la dieta Jenny Craig.

Los autores describieron los alimentos preparados de la dieta Jenny Craig como «decentes en cuanto a sabor, aunque no fabulosos». Añadieron que si se quiere bajar de peso ésta es una buena dieta, a menos que no nos guste la idea de las comidas precocinadas.

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Conseguir vientre plano

10 de mayo de 2011

¿Cómo conseguir un vientre plano? es la pregunta que nos hacemos cuando nos acercamos sobre todo a los meses veraniegas. Y aunque ejercicios como abdominales ayudan a fortalecer esa zona, si se quiere perder peso alrededor del estómago, también es importante que el sistema digestivo
esté funcionando a su capacidad óptima. Y una manera de mejorar la salud intestinal es introduciendo en nuestra dieta los probióticos y los prebióticos, ya sea consumiendo alimentos que los contienen o bien tomando suplementos. A menos que el intestino esté lo más sano posible, el estómago siempre tendrá grasa.

¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son microorganismos vivos, conocidos como bacterias amigables, y son responsables de varias funciones biológicas importantes, entre las que se incluyen mejorar la digestión, reducir los niveles de bacterias intestinales «malas» y fortalecer el sistema inmunológico. También ayudan al cuerpo a absorber los nutrientes de los alimentos de manera más eficiente.
Alimentos que contienen probióticos
Los probióticos se encuentran en:
  • chucrut
  • miso
  • productos lácteos fermentados, como la leche acidophilus (asegurarse de que son bajos en azúcar)
  • yogur natural y productos de yogur (buscar las palabras «cultivos vivos añadidos» en los ingredientes)
  • algunos quesos suaves
  • suero de mantequilla cultivado
  • crema agria.
¿Qué son los prebióticos?
Los prebióticos son ingredientes no digeribles que se encuentran en ciertos alimentos y que estimulan el desarrollo de las bacterias amigables
en el intestino.
Alimentos que contienen prebióticos
Los prebióticos se encuentran en:
  • plátanos
  • bayas
  • espárragos
  • ajo
  • tomates
  • cebollas
  • espinacas
  • col rizada
  • lentejas
  • alubias
  • garbanzos
  • alubias negras
  • avena

La vitamina C hace que los probióticos y prebióticos sean más eficaces, por lo que se deben tomar a diario alimentos ricos en esta vitamina, como kiwi, naranjas, batatas, brécol, coles de bruselas y tomates.

Además de ayudar a conseguir un vientre plano, los beneficios de los probióticos y prebióticos incluyen:

  • unos niveles más bajos de colesterol «malo»
  • una mayor absorción de vitaminas a partir de los alimentos
  • un sistema inmunológico reforzado
  • unos niveles estables de azúcar en sangre
  • menos estreñimiento y diarrea
  • un menor riesgo de trastornos intestinales
  • una posible reducción en el riesgo de cáncer.
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Alimentos que inhiben el apetito

6 de mayo de 2011

Una lista de los alimentos que controlan el apetito de forma natural y ayudan a perder peso

Las Manzanas: Todas las frutas y vegetales son alimentos saciantes con un alto contenido en agua, aire y fibra que producen señales de ‘saciedad’ en el intestino delgado, pero las investigaciones han mostrado que las manzanas son especialmente eficaces para los que cuidan su peso. Una vez digeridas, producen la hormona GLP-1, que envía señales al cerebro para persuadirnos de que estamos llenos. Se puede comer una manzana de tamaño mediano 15 minutos antes de las comidas para ayudar a regular el apetito.

Las guindillas: Estudios recientes han descubierto que espolvorear media cucharadita de guindilla picada sobre las comidas puede reducir el apetito. Los científicos descubrieron que la capsaicina –el elemento responsable del ardor de las guindillas– reduce la sensación de hambre, al tiempo que aumenta los niveles de energía. Ver las guindillas ayudan a comer menos.

Las algas: Científicos holandeses han descubierto que añadir a una bebida una fibra natural dietética derivada de las algas, suprime los accesos de hambre en un 30% y mantiene la sensación de saciedad hasta la hora del almuerzo. Los investigadores estudiaron esta fibra en forma líquida y descubrieron que, al llegar al estómago, se convierte en gel, ralentizando el vaciado de los alimentos e imitando el efecto de la ingesta de sólidos. Ver las algas para combatir la obesidad.

El té verde: Beber de tres a seis tazas de té verde al día acelera hasta un 40% el ritmo con el que nuestro cuerpo quema energía celular; y también aumenta la velocidad con la que quema la grasa. Los investigadores descubrieron que este efecto se debe a la combinación de cafeína y flavonoides presentes en el té, ya sea caliente o frío. El té verde también contiene ciertos antioxidantes que se cree tienen un efecto sobre la hormona leptina, responsable de controlar el apetito.

Huevos: Según un informe publicado en la revista Journal Of the American College of Nutrition, comer dos huevos revueltos de desayuno hace que las personas ingieran menos calorías durante el resto del día. Especialmente santos son los revueltos hechos con la clara del huevo.

Limones: Los limones contienen pectina, una fibra soluble natural y agente gelificante, que limpia la grasa almacenada por el cuerpo y retarda el proceso digestivo haciendo que nos sintamos llenos tras comer menos alimentos. La vitamina C de los limones también nos ayuda a producir carnitina, un aminoácido que animar al cuerpo a quemar grasa. Se puede incorporar la ralladura y el jugo de un limón en la dieta diaria; exprimir sobre las ensaladas, en salsas o simplemente añadir al agua y otras bebidas calientes.

Agua: Un estudio publicado en el 2010 llegó a la conclusión de que beber agua justo antes de las comidas puede ayudar realmente a perder peso. Es importante recordar que beber cantidades excesivas de agua puede ser peligroso.

Ajo: Investigadores de Israel descubrieron recientemente que el ajo no solo puede prevenir el aumento de peso, sino que también podría causar pérdida de peso. La clave está en un compuesto llamado alicina, responsable también su olor acre. El ensayo descubrió que el fuerte olor del ajo estimula el centro de saciedad del cerebro, reduciendo la sensación de hambre. También estimula el sistema nervioso para liberar hormonas como la adrenalina, que a su vez aceleran la tasa metabólica haciendo que el cuerpo queme más calorías.

La canela: Un estudio escandinavo publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition descubrió que al dar arroz con leche con tres gramos de canela a los voluntarios , estos producían menos insulina después de las comidas. Dado que la insulina es la hormona que convierte el exceso de azúcar en grasa, esto implica menos aumento de peso. Además de reducir los niveles de azúcar en sangre, la canela puede ralentizar el vaciado del estómago, haciendo que la sensación de saciedad dure más tiempo.

Sueño: No es un alimento, pero la leptina y otra hormona, la grelina, son conocidas por influir directamente en el apetito; cuando la leptina disminuye, ansiamos hidratos de carbono y, cuando los niveles de grelina aumentan, nuestro apetito se estimula. Los científicos descubrieron que los que duermen menos de ocho horas por noche, no sólo tienen unos niveles más bajos de leptina y unos niveles más elevados de grelina, sino también unos niveles más altos de grasa corporal.
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Guindillas ayudan a comer menos

4 de mayo de 2011

Una pizca de chile rojo en la cena ‘mantiene los accesos de hambre a raya’

Condimentar la dieta diaria con una pizca de chile rojo o guindilla troceado podría ayudar a los que cuidan su peso a frenar el apetito.
Investigadores de la Universidad de Purdue, en Indiana, descubrieron que la capsaicina, que da a los pimientos su ardor, puede reducir el hambre y aumentar el gasto energético. «Hemos descubierto que el consumo de la pimienta de cayena puede ayudar a controlar el apetito y quemar más calorías después de una comida, especialmente en las personas que no consumen la especia de forma regular», señaló el profesor Richard Mattes.

El estudio, publicado en la revista Physiology & Behaviour, midió los efectos de la especia en media cucharilla de pimienta de Cayena; una cantidad que la mayoría de la gente puede soportar.
Otros estudios han examinado el consumo de capsaicina por medio de una cápsula, pero el estudio más reciente demostró que en realidad la degustación de la pimienta de cayena puede optimizar sus efectos.

Este estudio utilizó pimienta de cayena seca molida ordinaria. La cayena es un chile, que está entre las especias más consumidas en el mundo. La mayoría de los chiles, pero no todos, contienen capsaicina.

Veinticinco personas de peso saludable –13 a las que les gustaba la comida picante y 12 a las que no– participaron en el estudio de seis semanas.

En general, el consumo de chile aumentó la temperatura corporal y quemó más calorías mediante un gasto de energía natural.

El estudio observó que aquellos que no comían chiles regularmente experimentaban, además, una disminución del hambre, en especial por los alimentos grasos, salados y dulces.

Fuente: Daily Mail

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Perder peso y mantenerlo

26 de abril de 2011

Ideas para perder peso y luego mantenerlo. En realidad son reglas que todas ya conocemos, pero las ponemos para que sirvan de recordatorio.

1. Establecer unos objetivos pequeños, concretos y realistas.
Tal vez nos gustaría tener la misma figura que lucíamos en el instituto o en nuestra boda, pero probablemente eso significaría tener que adelgazar demasiados kilos. Es mejor fijar un objetivo más realista, como adelgazar entre un 5% y un 10% de nuestro peso, y darnos un plazo amplio de tiempo y cierta flexibilidad para alcanzar ese objetivo, teniendo en cuenta que la mayoría de la gente tarda al menos seis meses en lograr esa pérdida de peso.

2. Hacer un seguimiento de nosotros mismos.
Escribir lo que comemos y cuánto ejercicio hacemos puede ayudarnos a ser conscientes de nuestros comportamiento y ayudarnos a realizar cambios hacia metas específicas. Para llevar un control de nuestra alimentación y ejercicio, podemos usar simplemente un cuaderno de bolsillo con un lápiz o bien recurrir a la alta tecnología y utilizar una aplicación para teléfonos inteligentes. La idea es identificar las áreas en las que necesitamos mejorar.

3. Buscar una red de apoyo.
Buscar por lo menos un compañero de adelgazamiento (nuestra pareja, un amigo, un familiar…) que nos ayude a mantener la motivación y nos apoye de forma responsable. Los grupos de personas pueden servir y también los grupos de apoyo en línea.

4. Hacer ejercicio.
Intente una nueva forma de ejercicio. Nadar en una piscina local, ir a bailar… Encontrar una forma de ejercicio que nos guste mucho, hará que nos sea más fácil ceñirnos a una rutina de ejercicios; e incorporar nuevos tipos de ejercicio puede mantenernos motivados y será menos probable que acabemos aburriendo.

5. Dormir lo suficiente.
Las investigaciones indican que la insuficiencia de sueño puede conducir a un aumento de peso. La mayoría de las personas necesitan ocho horas de sueño cada noche, pero puede variar, algunas personas necesitan más y otras menos. Sabremos si estamos durmiendo lo suficiente si nos despertamos sintiéndonos renovados y listos para empezar el día, en lugar de aturdidos y de mal humor.

6. Desayunar -despacio y conscientemente- todas las mañanas.
Muchas personas se saltan el desayuno porque tienen prisa o no tienen hambre. Procurar levantarse 15 minutos antes (lo que significa irse a la cama más temprano para no sacrificar horas de sueño) para hacer tiempo para el desayuno y acostumbrarse a apoyar la taza de desayuno entre sorbo y sorbo.

7. Controlar y modificar el tiempo que pasamos frente a una pantalla.
La gente a menudo se queja de que no tiene tiempo suficiente para hacer ejercicio o para comprar y preparar comidas sanas. Pero, de hecho, la mayoría de la gente pasa muchas horas viendo la televisión o utilizando su ordenador como entretenimiento. Hacer un seguimiento del tiempo que pasamos frente a la pantalla durante una semana; a continuación, intentar reducir el número de horas un cuarto o una tercera parte, y dedicar ese tiempo a las actividades para bajar de peso.
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Relación entre dieta baja en hidratos y cáncer de colon

6 de abril de 2011

Las dietas bajas en hidratos de carbono pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon

Las dietas bajas en hidratos de carbono y de alto contenido proteínico se han vuelto muy populares en los últimos años entre las personas que desean adelgazar. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition muestra que las personas que siguen estas dietas pueden ser más propensas a desarrollar cáncer de colon.

Para el estudio, los investigadores de la Universidad de Aberdeen, en el Reino Unido, asignaron a un grupo de hombres una dieta de tres opciones posibles, entre las que variaba el número de hidratos de carbono permitidos por día. Después de que cada participante siguiera la dieta asignada durante varias semanas, los investigadores recolectaron y analizaron muestras de sus heces.

Los resultados de las pruebas mostraron que los hombres que comían la menor cantidad de hidratos de carbono tenían unos niveles peligrosamente altos de compuestos metabólicos que se sabe aumentan el riesgo de cáncer de colon. Además, se observó que eran menos propensos a tener otros compuestos conocidos por reducir las probabilidades de desarrollar la enfermedad.

Si bien puede ser difícil de evaluar el riesgo a largo plazo a partir de un estudio de cuatro semanas, los investigadores señalaron que parece haber un vínculo relativamente fuerte entre las dietas bajas en hidratos de carbono y el riesgo de cáncer de colon.

Fuente: Privatemdlabs

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Dietas con proteína para adelgazar

1 de abril de 2011

Las proteínas podrían ayudar a las personas a dieta a evitar los atracones nocturnos

Las personas a dieta que intentan ceñirse a sus planes de adelgazamiento, deberían recurrir a la proteína magra, según dos estudios publicados en la prestigiosa revista Obesity. De acuerdo con las investigaciones, incluir proteínas, como carne magra de cerdo, en las tres comidas diarias podría reducir los deseos de comer por la noche, al aumentar la sensación de saciedad y disminuir los pensamientos que conducen a la comida.

Los investigadores de la Universidad de Purdue llevaron a cabo dos estudios en hombres obesos y con sobrepeso que seguían una dieta de proteínas normal (un 14% del total de calorías provenía de proteínas) o una dieta rica en proteínas (un 25% del total de calorías provenía de proteínas; la proteína adicional precedente, en su mayoría, de cerdo magro y huevos). Las proteínas se dividieron de forma igualitaria entre las tres o seis comidas diarias. Las calorías y la grasa no variaban de una dieta a otra.

Los investigadores analizaron los efectos a corto plazo y a largo plazo de los dos niveles de proteína y en ambos estudios, las dietas ricas en proteínas se asociaron con una mayor sensación de saciedad durante el proceso de adelgazamiento; además, en el estudio a largo plazo en particular, se observó una disminución en el deseo de comer tarde por la noche; unos resultados fundamentales que podrían, en última instancia, reducir el consumo de calorías e influir en el éxito de adelgazamiento, según los investigadores.

Fuente: Medical News Today

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Snacks saludables

30 de marzo de 2011

Cuando estamos intentando perder peso, uno de los problemas de comer raciones mas pequeñas en las comidas es que es fácil volver a tener hambre a pocas horas de haber desayunado, comido o cenado. Por eso es importante tener a mano snacks saludables, para no caer en la tentación de comprarse una bolsa de patatas o un dulce.

Las personas que toman comidas y aperitivos saludables son menos propensas a comer en exceso y aumentar de peso que las personas que se saltan comidas o pasan largos periodos de tiempo sin comer y luego piden una ración grande de patatas fritas.
Es natural sentir más hambre en ciertos momentos y aprender a saber la cantidad de comida que nuestro cuerpo necesita para satisfacer esa sensación de hambre es fundamental. Tomar unas cuantas nueces antes de afrontarse a un reto en el trabajo o los estudios es un gran alimento para el cerebro. En cambio, tomar una bolsa entera solo nos servirá para ganar unos kilos.
Tener a mano unos tentempiés sanos solo requiere un poco de planificación. Os ofrecemos algunas ideas:
• Preparar los snacks saludables con antelación. Comprar de fruta y verduras frescas y de temporada los fines de semana. Lavar fruta pequeña, como fresas, y dividirla en raciones en bolsitas de plástico bien cerradas. Cortar la fruta grande, como piña, melon, sandía etc. y guardar los trozos en bolsitas también. Se pueden guardar en la nevera para llevar al trabajo, al gimnasio o a la escuela. Se puede hacer lo mismo con zanahorias, apio o endivias si optamos por un tentempié salado.

• Llevar siempre algún snack saludable a mano, en la bolsa o en el coche. Un par de piezas de fruta, un sandwich de pechuga de pavo, una bolsita con nueces y orejones o unas tortitas de arroz suponen algunos ejemplos de snacks saludables portátiles.

• Al tomar un lácteo, procurar que se desnatado. Hay mucha variedad de yogures desnatados con frutas o sabores distintos.

• Evitar caer en la tentación después de la cena. Si realmente tenemos hambre, optar por un snack adecuado para calmar el hambre. Un poco de fruta con queso o kefir, un vaso de leche desnatada con un poco de miel o incluso una infusión con una manzana podrá ser suficiente para quitar la sensación de hambre. Es aconsejable evitar tomar hidratos de carbono por la noche.