3 de julio de 2013

Nutrición para prevenir y tratar la anemia ferropénica


Nutrición-anemia-ferropénica

¿Qué es la anemia ferropénica?
La anemia ferropénica es la deficiencia nutricional más común y, afortunadamente, puede ser prevenida en gran medida. Su importancia radica en la gran cantidad de población de todos los países, estados sociales y edades que padece anemia ferropénica. Los más afectados son las mujeres en edad fértil, especialmente las embarazadas, y los niños. En países poco desarrollados la prevalencia de la anemia ferropénica es aún mayor.

La anemia ferropénica es un descenso de la cantidad de hemoglobina producida por la falta de hierro o por disminución de su biodisponibilidad. Por tanto, se produce cuando las pérdidas de hierro o los requerimientos del mismo superan el aporte que proporciona la dieta

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se acepta, de forma general, que existe anemia cuando un hombre adulto posee menos de 130 g/L de hemoglobina, menos de 120 g/L en mujeres y valores inferiores a 110 g/L en niños y mujeres gestantes, aunque habría que considerar la cifra habitual de hemoglobina de cada persona.

Causas de la anemia ferropénica
La cantidad de hierro en el organismo depende del balance entre las demandas fisiológicas y la cantidad ingerida de hierro. Hay determinados períodos de la vida en los que este balance es negativo y el organismo debe recurrir al hierro de depósito. Por lo tanto, durante dichas etapas una dieta con insuficiente cantidad o baja biodisponibilidad de hierro agrava el riesgo de desarrollar una anemia ferropénica.
La anemia ferropénica puede deberse a:
  • Disminución del hierro disponible, no pudiendo satisfacer los requerimientos normales. En los países pobres, la menor ingesta de hierro se debe a una dieta insuficiente. En los países socioeconómicamente desarrollados, el aporte insuficiente se produce por dietas inadecuadas, bien por ser desequilibradas o por ser insuficientes, como son algunas dietas de adelgazamiento o de vegetarianos estrictos. 
  • Elevados requerimientos de hierro, como ocurre durante los primeros años de vida, adolescencia, embarazo y lactancia. 
  • Pérdidas sanguíneas, bien por pérdidas menstruales excesivas o por hemorragias diversas, o como ocurre en el caso de tumores intestinales o uterinos, entre otros. 

Consecuencias de la anemia ferropénica
De entre todas las consecuencias que conlleva la anemia, destacan:
  • Falta de energía: sensación de cansancio, apatía, debilidad, mareos, irritabilidad, anorexia, mialgias e incluso parestesias de pies y manos, que en conjunto son manifestaciones neuromusculares.
  • Puede llegar a producirse lengua lisa y brillante, uñas quebradizas y deformes, pelo quebradizo, etc.
  • Palidez de mucosas y piel. 
  • Manifestaciones circulatorias: taquicardia, palpitaciones, etc.
  • Disnea: dificultad respiratoria, falta de aire.
  • Afectación cerebral, pudiendo llegar a afectarse la atención, la memoria y el aprendizaje. 
  • Disminución de la respuesta inmunitaria.
  • Alteraciones metabólicas hepáticas, por disminución de la síntesis en el hígado de diversas enzimas dependientes de hierro. 
  • Alteraciones hemáticas, utilizadas tanto para el diagnóstico como para evaluar la respuesta al tratamiento. Son alteraciones en los hematíes, hemoglobina, hierro sérico, etc.
Tratamiento dietético en la anemia ferropénica
El mejor tratamiento de la anemia es la prevención. Para ello, es necesaria una dieta equilibrada que aporte los requerimientos adecuados de hierro. Esto en muchas ocasiones no es posible ya sea por limitaciones económicas o por hábitos dietéticos erróneos muy frecuentes hoy día, especialmente entre adolescentes y niños, grupos de población con un alto riesgo de anemia ferropénica nutricional. Por ello, en muchos casos es necesaria no sólo la modificación de dichos hábitos dietéticos, sino también recurrir a alimentos fortificados e incluso a suplementación con hierro medicinal. 

El objetivo del tratamiento dietético para tratar la anemia ferropénica es normalizar el nivel de hemoglobina y rellenar los depósitos de hierro. 

El hierro aparece en dos formas en la dieta: hierro hemo y hierro no hemo. El hierro hemo está presente sólo en alimentos de origen animal (carne, pescado y marisco, entre los que destacan las almejas, chirlas, berberechos y similares), mientras que el hierro no hemo se encuentra en alimentos de origen animal (junto al hierro hemo) y en los de origen vegetal (legumbres, frutos secos, verduras y hortalizas, destacando las habas secas y los pistachos), en donde es la única forma existente. El hierro hemo es más fácilmente absorbible. Se estima que el hierro hemo se absorbe en un 25% aproximadamente, y entre el 1 al 5% la forma no hemo. 

Las modificaciones de la dieta incluyen:
  • Aumentar el consumo de hierro hemo. La absorción de hierro hemo no está afectada por otros componentes de la dieta, con la posible excepción del calcio. 
  • Aumentar el consumo de sustancias que favorecen la absorción del hierro no hemo: ácido ascórbico, proteínas de origen animal y ácidos orgánicos, como el succínico, cítrico, málico, láctico y tartárico. El ácido ascórbico o vitamina C lo encontramos en las naranjas, limones, pimientos, kiwis, fresones…
  • Disminuir el consumo de inhibidores de la absorción del hierro no hemo: polifenoles (té, café, chocolate, vino tinto), fitatos (presentes en los cereales integrales), oxalatos, proteínas vegetales (proteínas de la soja) y diversos minerales como el cinc, manganeso, magnesio, cobre y calcio. 
Resulta muy interesante la combinación de alimentos que faciliten la absorción de hierro con alimentos ricos en hierro. Por ejemplo, es ideal después de comer legumbres tomar como postre un zumo de naranja, o combinar las legumbres y el arroz con proteínas (carne, huevo o pescado). 

Es la composición general de una comida y las necesidades de una persona las que determinan en gran medida el grado de absorción y la cantidad de hierro liberada finalmente en el organismo. Las necesidades de la persona influyen en la absorción del hierro de forma que si estas no están cubiertas y hay carencia de hierro, la absorción aumenta con respecto a la absorción de una persona sana. El grado de absorción de hierro depende, por tanto, de la cantidad de las reservas de hierro en el organismo, de forma que individuos con anemia ferropénica son capaces de absorber entre un 20 y un 30% del hierro presente en la dieta, mientras que un individuo sin anemia sólo absorbe un 5-10% del total de hierro ingerido. Este control de la absorción es importante porque el cuerpo no elimina con facilidad el exceso de hierro una vez absorbido, por lo que absorbe sólo a medida que se necesite. 

La fortificación de los alimentos con hierro es la forma más práctica de prevenir o paliar la carencia de hierro. Su principal ventaja es que el consumo de estos productos no requiere de una conducta activa del sujeto. La harina, la sal y el azúcar son algunos alimentos que pueden estar fortificados con hierro.

También existe la posibilidad de tomar suplementos orales de hierro (sulfato ferroso). El hierro se absorbe mejor con el estómago vacío, pero muchas personas no lo toleran así y pueden necesitar tomarlo con alimentos. La leche y los antiácidos pueden interferir en la absorción del hierro y no deben tomarse simultáneamente con los suplementos del mismo. La vitamina C, en cambio, puede aumentar la absorción y es esencial en la producción de hemoglobina. El hierro intravenoso o intramuscular está disponible para pacientes que no pueden tolerar las formas orales. El hierro suplementario es necesario durante el embarazo y la lactancia, ya que el consumo normal en la dieta rara vez es suficiente para suministrar la cantidad requerida. 

Los suplementos de hierro suelen ser necesarios en el tratamiento de la anemia ferropénica. Después de 2 meses de terapia con suplementos de hierro el hematocrito debe normalizarse, pero debe continuarse la terapia por otros 6 a 12 meses para reponer las reservas corporales, almacenadas en su mayoría en la médula ósea. 

Temas relacionados con: Nutrición para prevenir y tratar la anemia ferropénica

2 de julio de 2013

No aconsejes a tus hijos que pierdan peso, sino que coman sano


no-aconsejes-perdida-peso-comer-sano

A los adolescentes es preferible aconsejarles que coman sano a que pierdan peso, para evitar que recurran a métodos poco saludables. 


Durante la adolescencia son comunes los problemas de peso, y a menudo, los padres se preguntan si es perjudicial o beneficioso hablar con sus hijos sobre los hábitos alimentarios y el peso corporal

Cuando los padres tienen que aconsejar a sus hijos que pierdan peso, es preferible enfocar la conversación hacia la necesidad de seguir una dieta sana y equilibrada, más que hacia la necesidad de perder peso. Si se aconseja al adolescentes perder peso, con mucha frecuencia utilizan métodos poco saludables para ello, como saltarse comidas o dietas inadecuadas. 
El estudio, publicado en JAMA Pediatrics, se basa en entrevistas realizadas a adolescentes con una edad media de 14,4 años y a sus padres. 

Durante las entrevistas se detectó que los adolescentes que habían conversado con sus padres sobre la necesidad de perder peso solían recurrir a métodos poco saludables. En el caso de los adolescentes que hablaron con sus padres sobre la necesidad de perder peso el 64% recurrió a conductas peligrosas y métodos poco saludables, mientras que cuando los padres enfocaron la conversación hacia la necesidad de comer sano sólo el 41% de los adolescentes recurrió a estos métodos poco recomendables. Cuando los padres directamente no conversan con sus hijos sobre los hábitos alimentarios o necesidad de perder peso, el 53% recurre a métodos poco saludables. 

Es recomendable promocionar y conversar sobre los hábitos alimentarios saludables en lugar de discutir sobre el exceso de peso y la necesidad de perderlo, para evitar que los adolescentes recurran a hábitos poco saludables. 
Berge JM, MacLehose R, Loth KA, Eisenberg M, Bucchianeri MM, Neumark-Sztainer D. JAMA Pediatrics (2013). Más información
1 de julio de 2013

Dulces y alimentos con alto índice glucémico enganchan


adiccion-alimentos-alto-indice-glucemico-real
Los alimentos de alto índice glucémico pueden provocar en el cerebro el mismo mecanismo que provocan las sustancias adictivas. Limitar la ingesta de hidratos de carbono de alto índice glucémico puede ayudar a personas obesas a reducir los antojos y a controlar el impulso de comer en exceso. 

El índice glucémico mide la cantidad y la rapidez con la que un alimento aumenta la cantidad de glucosa en la sangre (glucemia). Los alimentos con un índice glucémico alto aumentan más rápido los niveles de azúcar en sangre que los alimentos con un índice glucémico bajo. Algunos alimentos con índice glucémico alto son el pan blanco, el arroz, las galletas, copos de maíz o la glucosa. 

Los alimentos de alto índice glucémico, como los hidratos de carbono procesados, pueden desencadenar la sensación de hambre y estimular regiones del cerebro relacionadas con la recompensa y los antojos.

La reducción de los alimentos de alto índice glucémico o hidratos de carbono altamente procesados puede ayudar a evitar comer en exceso a personas obesas. Al ser alimentos que desencadenan y aumentan la sensación de hambre, reducir su consumo puede ayudar en el control de la cantidad de comida consumida. 

El estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition ha determinado la relación entre el consumo de alimentos y su regulación por los centros del placer del cerebro. Para ello midieron los niveles de glucosa en sangre y observaron la actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional durante las cuatro horas siguientes a la ingesta de batidos de leche con diferentes índices glucémicos. 

Los participantes que consumieron el batido de alto índice glucémico presentaron gran sensación de hambre a las cuatro horas siguientes a la ingesta y elevada actividad en la región cerebral implicada en las conductas adictivas

  • Zheng JS
  • Hu XJ,
  • Zhao YM, 
  • Yang J,
  • Li D
  • The American Journal of Clinical Nutrition (2013). Más información


    Temas relacionados con: La adicción a los alimentos de alto índice glucémico es real

    25 de junio de 2013

    Las grasas saturadas aumentan riesgo de Alzheimer


    Grasas-saturadas-aumentan-riesgo-Alzheimer
    Una dieta con elevado contenido de grasas saturadas aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. 

    La enfermedad de Alzheimer puede ser causada en parte por la acumulación de péptidos beta amiloides en el cerebro. Estos péptidos se pueden unir a lípidos o a proteínas transportadoras de lípidos, como la apolipoproteína E, o estar libres en el cerebro. 

    El consumo elevado de grasas saturadas disminuye los niveles de apolipoproteína E, que ayuda en la protección del cerebro contra la enfermedad de Alzheimer. La apolipoproteína E ayuda a eliminar las proteínas beta amiloides del cerebro, que favorecen la formación de placas amiloides que interfieren en la función normal neuronal. Este tipo de placas son comunes en el cerebro de personas con la enfermedad de Alzheimer. 


    Un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Neurology determinó que la dieta con elevado contenido de grasas saturadas provoca cambios en la cantidad de beta amiloide y apolipoproteína E en el cerebro. 

    En el estudio participaron 20 personas mayores con la cognición normal y 27 con deterioro cognitivo leve, que es un precursor de la enfermedad de Alzheimer. Los pacientes fueron divididos al azar en dos grupos, ambos con dietas con igual cantidad de calorías, pero alta o baja en grasas saturadas. Las dietas con elevado contenido en grasas saturadas tenían un 45% del total de energía procedente de la grasa y más de la cuarta parte eran grasas saturadas. Las dietas con bajo contenido de grasas saturadas tenían un 25% de la energía procedente de la grasa, y menos del 7% eran grasas saturadas. Los resultados obtenidos se observaron tan sólo un mes después de seguir la dieta asignada. 

    Una dieta equilibrada, con un consumo adecuado de grasas saturadas, puede reducir el riesgo de padecer Alzheimer. Una buena nutrición, una vez más, modifica factores importantes en la evolución de las enfermedades, en este caso de la enfermedad de Alzheimer, además, en un corto período de tiempo. 

    Hanson AJ, Bayer-Carter JL, Green PS, Montine TJ, Wilkinson CW, Baker LD y col. JAMA Neurology (2013). Más información
    Temas relacionados con: Grasas saturadas aumentan riesgo de Alzheimer

    19 de junio de 2013

    La dieta mediterránea es beneficiosa para la memoria


    Las personas con hábitos saludables tienen menor riesgo de pérdidas de memoria. La dieta mediterránea se relaciona con una mejor memoria y función cognitiva. 

    Llevar un estilo de vida saludable es beneficioso también para la memoria. Uno de los factores relevantes a tener en cuenta para prevenir el deterioro cognitivo y mantener una buena memoria es la dieta

    La dieta mediterránea, además de todos los beneficios que ya se le han atribuido, parece ser beneficiosa también para el mantenimiento de la memoria y la función cognitiva, según un reciente estudio. 

    Los autores del estudio, publicado en la revista International Psychogeriatrics, analizaron la relación entre un estilo de vida saludable y la memoria durante la vida adulta de un total de 18.552 personas.

    Tras el análisis de los resultados, se vio que una alimentación saludable, no fumar y el ejercicio regular se relacionaron con una mejor capacidad de memoria de la percepción subjetiva. Las personas con estos hábitos de vida saludables eran menos propensos a presentar problemas de memoria. 

    Las personas que sólo seguían uno de los comportamientos saludables medidos eran un 21% menos propensos a tener problemas de memoria. Los que seguían dos de los factores saludables medidos eran un 45% menos propensos, y los que seguían más de tres de estos comportamientos saludables eran mucho menos propensos a presentar problemas de memoria.

    Declararon tener problemas de memoria el 14% de los adultos jóvenes, el 22% de los adultos de mediana edad y el 26% de los adultos mayores. Estos resultados coincidían con los resultados sobre el estilo de vida, ya que los jóvenes entre 18 y 39 años tenían comportamientos menos saludables que las personas mayores: fuman más y comen peor. El 58% de los adultos jóvenes seguían al menos un comportamiento saludable frente al 70% de los adultos mayores y el 61% de los adultos de mediana edad. Esto se asoció a que los mayores prestan más atención a los consejos médicos, ya que con la edad aumenta la probabilidad de padecer alguna enfermedad, y a que las personas con malos hábitos no viven tanto tiempo.

    Los resultados de este estudio podrían ser un gran impulso para siguientes investigaciones sobre los problemas de memoria. Además, refuerzan la importancia de llevar una vida saludable, incluso para la memoria.

    Small GW, Siddarth P, Ercoli LM, Chen ST, Merrill DA, Torres-Gil F. International Psychogeriatrics (2013). Más información



    Temas relacionados con: La dieta mediterránea es beneficiosa para la memoria

    17 de junio de 2013

    Beneficios de los aceites vegetales en el cáncer de próstata


    Beneficios-aceite-vegetal-cancer-prostata
    La sustitución de la grasa animal y algunos carbohidratos por grasa vegetal, como el aceite de oliva o semillas, puede estar relacionado con un menor riesgo de muerte en hombres con cáncer de próstata metastásico

    Según un estudio de la Universidad de California publicado en la revista JAMA Internal Medicine, los hombres con cáncer de próstata pueden mejorar significativamente sus posibilidades de supervivencia con simples cambios en la dieta. Los hombres que reemplazaron el 10% de las calorías diarias totales procedente de los carbohidratos por grasas vegetales saludables, como el aceite de oliva o semillas, tenían un riesgo un 29% menor de morir por cáncer de próstata y un riesgo un 26% menor de morir por otras causas.

    Se trata de un estudio prospectivo de 4.577 hombres con cáncer de próstata no metastásico, de los que se examinó la ingesta de grasa en la dieta después del diagnóstico de cáncer de próstata, y que realizaron cuestionarios sobre la frecuencia de consumo cada cuatro años para evaluar la ingesta de grasaDurante un período de seguimiento de 8,4 años, 315 hombres murieron a causa del cáncer de próstata y 1.064 murieron por causas distintas. 

    Los resultados de este estudio resultaron contrarios a las recomendaciones de muchos médicos respecto al cáncer de próstata. Es común que los médicos aconsejen a hombres recién diagnosticados con cáncer de próstata que reduzcan las grasas de la dieta. En cambio, los resultados del estudio indican que el consumo de grasas vegetales es beneficioso, pudiendo ayudar a proteger contra la mortalidad a causa de cáncer

    A pesar de que el cáncer de próstata afecta a millones de hombres en todo el mundo, poco se sabe sobre la relación entre la dieta de los pacientes después de su diagnóstico y la progresión del cáncer de próstata. Aunque ya se había sugerido que el consumo de grasa podía ser relevante en el progreso de la enfermedad, este es el primer estudio que examina el consumo de grasa después del diagnóstico de cáncer de próstata. 


    Richman EL, Kenfield SA,  Chavarro JE, Stampfer MJ, Giovannucci EL,  Willett WC,  Chan JM. JAMA Internal Medicine (2013). Más información. 


    Temas relacionados con: Beneficios de los aceites vegetales en el cáncer de próstata
    13 de junio de 2013

    Peligros del azúcar para la salud


    Peligros del azúcar para la salud

    El consumo de azúcares añadidos aumenta el riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2. Un sólo refresco azucarado (33 cl) al día aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 22%. 

    El azúcar añadido a los alimentos y bebidas aumenta su palatabilidad (es decir, es grato al paladar) pero también, su aporte calórico. Su consumo no es necesario, pues los alimentos ya contienen azúcar de manera natural (por ejemplo, la fruta). Por tanto, el consumo de azúcar y de alimentos y bebidas con azúcar añadido debe ser moderado. Además, el consumo moderado de azúcar ayuda a prevenir la obesidad, la caries dental y muchas otras enfermedades relacionadas. 

    Un nuevo informe publicado en BMJ destaca los peligros del consumo de azúcar añadido sobre la salud de las personas. El consumo de azúcar añadido aumenta el riesgo de sufrir obesidad, una epidemia en los tiempos que corren y que además, está impulsando la incidencia de diabetes tipo 2.

    Según un estudio publicado recientemente en Diabetología, beber una lata (33 cl) al día de cualquier refresco azucarado puede aumentar el riesgo de padecer diabetes tipo 2 en un 22%. Además, el consumo de refrescos azucarados aumenta el riesgo de padecer obesidad, y por tanto, de otras muchas enfermedades asociadas como las enfermedades del corazón. 

    La recomendación establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto al consumo de azúcares añadidos indica que su consumo no debe superar el 10% del consumo total de energía de una persona. Sin embargo, se sabe que por ejemplo, en el caso de los estadounidenses, la ingesta de azúcares añadidos supone aproximadamente un 13% del consumo total de calorías. 

    A pesar de que varios estudios han vinculado el consumo de azúcares añadidos con un aumento del riesgo de padecer obesidad y diabetes, la industria alimentaria sigue ofreciendo productos con alto contenido en azúcares añadidos, e incluso, está permitida su publicidad en eventos deportivos, lo que mejora imagen de estos productos de cara al público. Sería muy recomendable concienciar a la población sobre el riesgo que implica el consumo de alimentos con alto contenido en azúcares añadidos. 


    Temas relacionados con: Peligros del azúcar para la salud
    12 de junio de 2013

    La lactancia materna mejora el desarrollo cerebral del bebé


    Leche-materna-lactancia-desarrollo-cerebro
    Los bebés alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros tres meses de vida mostrarán un mejor desarrollo cognitivo a los dos años de edad. La lactancia materna mejora el desarrollo de partes del cerebro relacionadas con el lenguaje, la función emocional y la cognición. 

    Los niños alimentados exclusivamente con leche materna presentan mejor desarrollo del cerebro que los niños alimentados con una combinación de leche materna y leche de fórmula, y éstos a su vez, presentan un mayor desarrollo que los niños alimentados únicamente con leche de fórmula. 

    Una nueva investigación, publicada recientemente en la revista NeuroImage, ha demostrado por primera vez con imágenes los beneficios de la lactancia materna sobre la salud cerebral de los niños. Los resultados muestra que a los 2 años de edad, los niños alimentados exclusivamente con leche materna, durante al menos tres meses, presentaban mayor desarrollo cerebral, sobre todo en zonas del cerebro relacionadas con el lenguaje, la función emocional y la cognición. 

    El estudio se basa en datos de 133 niños de edades comprendidas entre los 10 meses y los 4 años que se dividieron en 3 grupos: niños alimentados sólo con leche materna durante al menos tres meses, niños alimentados con una combinación de leche materna y leche de fórmula y niños alimentados únicamente con leche de fórmula. Se les realizaron resonancias magnéticas a los niños mientras dormían, una técnica que permite detectar la cantidad de mielina (material que recubre las fibras nerviosas y permite la transmisión de las señales eléctricas en el cerebro). 

    Las imágenes de resonancia magnética mostraron un aumento significativo de la cantidad de mielina, a los 2 años de edad en los niños alimentados exclusivamente con leche materna, es decir los bebés alimentados exclusivamente con lactancia materna presentan un desarrollo más rápido del cerebro, en comparación con los niños con otro tipo de alimentación. 

    El estudio también analizó los efectos de la duración de la lactancia materna. Los bebés alimentados con leche materna durante más de un año presentaban mayor crecimiento cerebral, sobre todo en las áreas relacionadas con la función motora, que los niños alimentados con leche materna durante menos de un año. 

    Por tanto, este estudio demuestra, junto con muchos otros estudios realizados hasta el momento sobre el tema, que la lactancia materna es beneficiosa para la salud del bebé. 

    Deoni S, Dean DC, Piryatinksy I, O’Muircheartaigh J, Waskiewicz N, Lehman K, Han M, Dirks H. NeuroImage (2013). Más información

    Temas relacionados con: Lactancia materna mejora el desarrollo cerebral del bebé

    10 de junio de 2013

    Nutrición y cáncer: Alimentos potencialmente cancerígenos


    Nutricion-cancer-alimentos-cancerigenos
    Existe una clara relación entre el cáncer y la dieta. Un cambio en la dieta puede reducir la incidencia de cáncer entre un 30% y un 40%. En general, los alimentos vegetales reducen el riesgo de cáncer.

    Relación entre nutrición y cáncer
    El cáncer es una patología cada vez más frecuente y a la que todavía no hemos conseguido controlar completamente, por lo que lo más importante en el caso del cáncer es la prevención y el diagnóstico precoz. Aunque las causas de cáncer pueden ser muy diversas, y todavía queda mucho por conocer, se sabe que existe cierta relación entre la dieta y el cáncer. Por un parte, los malos hábitos alimentarios y la obesidad aumentan notablemente el riesgo de cáncer. Por otra, a menudo los alimentos contienen sustancias cancerígenas que, en exceso, pueden provocar algunos tipos de cáncer. 

    El riesgo de cáncer aumenta hasta diez veces con la edad, debido a que se va acumulando la exposición a factores cancerígenos y van disminuyendo las defensas. Por ello, es importante seguir una alimentación sana y equilibrada a diario. Por ejemplo, se ha encontrado relación entre la aparición de cáncer de colon y una dieta pobre en fibra, o entre el cáncer de mama y un consumo excesivo de grasas saturadas. 

    Muchos alimentos contienen elementos cancerígenos, que se van acumulando en el organismo. También hay otras sustancias, que se conocen como promotores, cuya presencia ayuda al elemento cancerígeno a finalmente, producir el daño celular. También existen muchos alimentos que se consideran anticancerígenos. 

    Vídeo 10 consejos para prevenir el cáncer

     

    Presencia de sustancias cancerígenas en los alimentos
    Los elementos cancerígenos presentes en los alimentos pueden estar en ellos de forma natural o como consecuencia de su manipulación. En algunos casos, estas sustancias cancerígenas sólo aparecen en los alimentos para mejorar el sabor, su apariencia o su duración. 

    Por ejemplo, una de las sustancias cancerígenas que conocemos son los hidrocarburos aromáticos policíclicos como el benzopireno, que aparecen en el pescado y la carne cuando se preparan a la brasa o ahumados. Estos hidrocarburos aromáticos policíclicos también pueden aparecer en los alimentos debido a la contaminación ambiental de la zona donde se han cultivado. Otros elementos cancerígenos son consecuencia de la actividad industrial, como es el caso de los edulcorantes artificiales o los nitritos que se usan como aditivos alimentarios. Pero como se comentaba anteriormente, también existen sustancias cancerígenas presentes de manera natural en los alimentos, como los alcaloides de la patata o las metilxantinas del café y té. 

    Principales sustancias cancerígenas habituales en los alimentos
    • Ácidos grasos saturados. Las dietas con elevado contenido en grasas saturadas se relacionan con mayor riesgo de cáncer de mama, de próstata, pulmón, de ovario, de endometrio y de colon. Los ácidos grasos poliinsaturados también se han relacionado con el cáncer de mama, colon y páncreas.
    • Nitritos, nitratos, nitrosaminas. Presentes en la carne (por ejemplo, bacon y salchichas) para darle color y sabor, y también en algunos vegetales (como conservas, salazones, encurtidos), debido a su presencia en el suelo de cultivo y en el agua de regado. No abusar de este tipo de alimentos y consumirlos junto con alimentos ricos en vitamina C, como un zumo de naranja natural, podría ayudar a contrarrestar los efectos nocivos. 
    • Hidrocarburos aromáticos policíclicos. Aparecen en carnes y pescados preparados a la brasa o ahumados (embutidos, bacon, jamones, salchichas, etc.), aunque actualmente se seleccionan las maderas para el ahumado a fin de evitar su aparición. También en el café tostado, que contiene benzopireno, un tipo de hidrocarburos aromáticos policíclicos. 
    • Metilxantinas. Presentes en el café y el té de forma natural, aunque hay mucha controversia. 
    • Acetaldehido. Presente en las bebidas alcohólicas, puede provocar cáncer de boca, esófago y pulmón. 

      Estos datos se deberían tenerse en cuenta, para no abusar de estos alimentos, aunque no hace falta restringirlos totalmente de la dieta. Se recomienda moderar el consumo de alimentos cancerígenos, y consumirlos junto con alimentos anticancerígenos, como los alimentos ricos en vitamina C o en licopenos, presentes en el tomate, para contrarrestar el efecto nocivo de unos alimentos con ot
      ros. 

      Vídeo Alimentos anticancerígenos




      Temas relacionados con: Nutrición y cáncer: Alimentos potencialmente cancerígenos

      6 de junio de 2013

      Dieta vegetariana: Los vegetarianos viven más


      Dieta-vegetariana-vegetarianos-viven-mas
      Las personas que siguen una dieta vegetariana viven más años que las personas que consumen carne en la dieta. 

      Seguir una dieta vegetariana parece estar relacionado con una reducción en el riesgo de muerte por diversas enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes mellitus, síndrome metabólico y cardiopatía isquémica. Los resultados de un estudio, publicado en JAMA Internal Medicine, muestra que los beneficios de una dieta vegetariana son mayores en los hombres que en las mujeres, sobre todo en lo que respecta a la disminución del riesgo cardiovascular. 

      La dieta vegetariana también es muy beneficiosa para la salud renal y endocrina, pero no parece tener ningún efecto sobre el cáncer. 

      El estudio se basó en los datos de 73308 participantes, que se clasificaron en  cinco grupos: veganos (no consumen huevos, productos lácteos, pescado ni carne), lacto-ovo-vegetarianos (no consumen carne ni pescado, pero sí huevos y lácteos), pesco-vegetarianos (consumen pescado, pero evitan la carne), semi-vegetarianos (comen carne y pescado no más de una vez por semana) y por último, el grupo no vegetariano. Todos respondieron a unos cuestionarios sobre su dieta.

      En base a los resultados, los investigadores encontraron una asociación entre una disminución del riesgo cardiovascular y la dieta vegetariana, probablemente debido a un menor consumo de grasas saturadas y un mayor aporte de fibra por este tipo de dieta. 

      La dieta vegetariana, incluyendo las dietas lacto-ovo-vegetarianas, pesco-vegetarianas y semi-vegetarianas, también se relacionaron con una menor mortalidad en comparación con la dieta no vegetariana. 

      Les invitamos a que compartan su opinión en la sección Comentarios. 


      Orlich MJ, Singh PN, Sabaté J, Jaceldo-Siegl K, Fan J, Knutsen S y col. JAMA Internal Medicine (2013). Más información

      Temas relacionados con: Dieta vegetariana: Los vegetarianos viven más