Taller de fotografía de alimentos con el móvil ¡consigue súper fotos! 

Hacer fotos de comida puede resultar, en ocasiones, difícil. Con estos trucos que compartimos el pasado sábado 10 de febrero en Madrid en un encuentro con autores de la Comunidad, hacer fotos de comida es más divertido y fácil. Compartimos hoy los trucos que Eduardo y Tere prepararon para ayudarnos a todos.

1. Luz Natural – Es el punto clave, tener luz que entre por la ventana o luz natural desde una claraboya hace que las fotos queden más naturales, auténticas y sin necesidad de retoques fotográficos.

2. No utilices el flash del teléfono. Lo ideal para fotografiar la comida es usar luz natural pero si es necesario utilizar luz artificial hazlo desde otro.

  • Usa luz led
  • Preferiblemente luz blanca
  • (Si estás solo) puedes usar un adaptador tipo clip que pones en tu móvil de luz blanca led.
  • Si quieres que toda la foto tenga la luz, ilumina desde arriba o desde el lado más oscuro.
  • Si estás con alguien puedes pedir que acerque una luz y así no quedará tan artificial.

3. Los ángulos nos dan mucho juego. Dependiendo del tipo de plato, hay ángulos que le van más y hacen que el protagonista sea más la receta y lo que hemos cocinado.

  • Cuando el plato es recto – rectángulo o cuadrado – las fotos desde algún vértice hará que se vea el contenido que hay en el plato.
  • Para hacer fotos de ensaladas, sopas y tartas las fotos tomadas desde arriba, ángulo cenital, viene muy bien para que se vea en su totalidad la elaboración.
  • Si quieres hacer un plano profundo y utilizas un plato totalmente plano, un plano a ras es la mejor opción.

4. Hacer las fotos en la mayor brevedad posible. La frescura de los platos y el color del «recién hecho» se ve reflejado en la instantánea, por ello, intenta fotografiar nada más terminar la elaboración.

  • Haz varias fotos de cada momento de la elaboración y luego eliges cuál es la que más te gusta.
  • Utilizar cartulina blanca o negra de fondo nos ayuda en el contraste con el plato y a no «tener ruido» en la foto y que salgan cosas de fondo de la cocina, del salón o pierda protagonismo el plato.
  • Utilizar plato blanco sobre cartulina negra ofrece un contraste muy bueno y resalta más el alimento que hay en el plato.
  • Poner un toque de hierbas (cilantro, perejil…) fresco ayudará a que tenga más color y se vea más natural cada plato.

5. Cuanto más cerca sea el enfoque mejor. Así podemos acercarnos más al detalle de cada parte de la elaboración. Si tienes la función macro en tu teléfono, utilízala, queda muy bien. También puedes usar el modo retrato de los nuevos terminales que permite el enfoque del primer plano y desenfoque de fondo.

6. No utilices filtros. Presentando bien el plato no es necesario utilizar filtros. Quizá puedes hacer la mejora automática para la nitidez y demás pero con buenos puntos de luz o en su defecto un retoque de luz, la fotografía quedará genial.

7. Fondo limpio. El plato debe ser el protagonista, luego puede haber otros elementos en el encuadre como cubiertos, servilleta, vaso… que debemos dejarlos a un lado de la imagen.

  • Limpiar bien los platos y evitar que se vean platos sucios
  • Las telas, manteles, servilletas en la cámara deben estar sin arrugas, sino se ven en la foto y hacen que la calidad de la imagen sea más nítida y protagonismo lo tenga la comida.
  • Cuidado con las migas de pan y todo
  • No pongas elementos no comestibles en la foto. Aunque sean muy bonitos y consideres que son un elemento perfecto en la foto, si no se puede comer, no es importante en una foto de receta.

8. Si la receta no luce, ¡maquíllala! Además de limpiar el plato y darle un buen aspecto, hay alimentos que ayudan a maquillar: «hierbas», «especias», «frutos secos»… para darle toques rústicos, frescos, dulzura.

9. Cantidad de fotos para luego la selección. Probar diferentes ángulos, alejarse y acercarse y hacer una sesión de fotos del plato nos ayuda a tener luego la que más nos guste, más apropiada, la que más refleje lo que queramos transmitir…

10. Si el móvil lo permite, usa el ajuste del ISO (sensibilidad del sensor óptico) ajustándola del siguiente modo: a más luz, menos ISO y a menos luz… más ISO.

Y siempre… haz cada foto con cariño, dedicándole unos minutos, pensando qué quieres transmitir y sin olvidar que… una imagen vale más que mil palabra y que toda receta entra por los ojos.