Tras el frigorífico, el horno es el electrodoméstico que más energía consume en la cocina. Proporcionalmente, analizando los tiempos de uso y el coste de la energía, el horno es, sin duda, un foco importante de consumo eléctrico, por eso es importante aprovechar el calor que produce durante los horneados, pero también el calor residual tras su uso.
Y como queremos ahorrar aprovechando trucos de cocina casera, preparando recetas económicas y sacando el máximo partido a la energía que usamos en la cocina, te proponemos varias ideas para usar el horno de forma más eficiente.
- Muchos hornos de última generación no necesitan precalentado o tienen un sistema de precalentado rápido, pero en el caso de que tu horno sea un poco más antiguo, es importante asegurarse de encenderlo justo el tiempo necesario para conseguir el calor idóneo. También es posible iniciar el horneado en frío, para asar proteínas como pollo y cordero: el horneado será más largo, pero se ahorrará energía en la fase de precalentado. Se puede preparar una paletilla de cordero al horno cocinada a la perfección controlando bien los tiempos de precalentado, iniciando el proceso en frío, apagando antes el horno o todo junto.
- Una vez en uso, hay que evitar abrir la puerta del horno para no perder temperatura, aprovechar su capacidad para hacer varias preparaciones a la vez o de forma consecutiva, para hacer el batch cooking de la semana, en porciones pequeñas, y preferiblemente con moldes que repartan mejor el calor (como silicona, cerámica o vidrio).
- Pero además, cada vez que usamos el horno se genera calor que se mantiene durante varios minutos una vez que lo apagamos: hablamos del calor residual. Con el calor residual se pueden acabar los platos: apagando el horno entre 5 y 10 minutos antes de terminar el tiempo de cocinado las alitas de pollo al horno quedarán jugosas por dentro y con la piel tostada por fuera. También se puede enlazar un horneado con otro para evitar el precalentado y optimizar el gasto energético, como por ejemplo hornear un bizcocho de yogur tras cualquier otra preparación o como parte de ese batch cooking.
- También se puede usar este calor residual suave para calentar alimentos o preparar algunas recetas. Por ejemplo, si la temperatura residual está por debajo de 45 grados centígrados, es ideal para elaborar yogur casero al horno o para levar una masa más rápido y hacer pan casero.
Y, al acabar, es importante mantener el horno limpio, no solo por eficiencia, sino también para alargar su vida útil, ya sea empleando métodos de limpieza tradicionales, o completando la pirólisis en el caso de hornos que dispongan de esta funcionalidad.
Cuéntanos qué otros trucos de cocina utilizas para aprovechar el calor residual y comparte estas recetas en Cookpad con el hashtag #ElijoCocinar, no solo para ahorrar energía sino también para contribuir a cuidar el planeta desde la cocina.
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