Una lista de los alimentos que controlan el apetito de forma natural y ayudan a perder peso
Las Manzanas: Todas las frutas y vegetales son alimentos saciantes con un alto contenido en agua, aire y fibra que producen señales de ‘saciedad’ en el intestino delgado, pero las investigaciones han mostrado que las manzanas son especialmente eficaces para los que cuidan su peso. Una vez digeridas, producen la hormona GLP-1, que envía señales al cerebro para persuadirnos de que estamos llenos. Se puede comer una manzana de tamaño mediano 15 minutos antes de las comidas para ayudar a regular el apetito.
Las guindillas: Estudios recientes han descubierto que espolvorear media cucharadita de guindilla picada sobre las comidas puede reducir el apetito. Los científicos descubrieron que la capsaicina –el elemento responsable del ardor de las guindillas– reduce la sensación de hambre, al tiempo que aumenta los niveles de energía. Ver las guindillas ayudan a comer menos.
Las algas: Científicos holandeses han descubierto que añadir a una bebida una fibra natural dietética derivada de las algas, suprime los accesos de hambre en un 30% y mantiene la sensación de saciedad hasta la hora del almuerzo. Los investigadores estudiaron esta fibra en forma líquida y descubrieron que, al llegar al estómago, se convierte en gel, ralentizando el vaciado de los alimentos e imitando el efecto de la ingesta de sólidos. Ver las algas para combatir la obesidad.
El té verde: Beber de tres a seis tazas de té verde al día acelera hasta un 40% el ritmo con el que nuestro cuerpo quema energía celular; y también aumenta la velocidad con la que quema la grasa. Los investigadores descubrieron que este efecto se debe a la combinación de cafeína y flavonoides presentes en el té, ya sea caliente o frío. El té verde también contiene ciertos antioxidantes que se cree tienen un efecto sobre la hormona leptina, responsable de controlar el apetito.
Huevos: Según un informe publicado en la revista Journal Of the American College of Nutrition, comer dos huevos revueltos de desayuno hace que las personas ingieran menos calorías durante el resto del día. Especialmente santos son los revueltos hechos con la clara del huevo.
Limones: Los limones contienen pectina, una fibra soluble natural y agente gelificante, que limpia la grasa almacenada por el cuerpo y retarda el proceso digestivo haciendo que nos sintamos llenos tras comer menos alimentos. La vitamina C de los limones también nos ayuda a producir carnitina, un aminoácido que animar al cuerpo a quemar grasa. Se puede incorporar la ralladura y el jugo de un limón en la dieta diaria; exprimir sobre las ensaladas, en salsas o simplemente añadir al agua y otras bebidas calientes.
Agua: Un estudio publicado en el 2010 llegó a la conclusión de que beber agua justo antes de las comidas puede ayudar realmente a perder peso. Es importante recordar que beber cantidades excesivas de agua puede ser peligroso.
Ajo: Investigadores de Israel descubrieron recientemente que el ajo no solo puede prevenir el aumento de peso, sino que también podría causar pérdida de peso. La clave está en un compuesto llamado alicina, responsable también su olor acre. El ensayo descubrió que el fuerte olor del ajo estimula el centro de saciedad del cerebro, reduciendo la sensación de hambre. También estimula el sistema nervioso para liberar hormonas como la adrenalina, que a su vez aceleran la tasa metabólica haciendo que el cuerpo queme más calorías.
La canela: Un estudio escandinavo publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition descubrió que al dar arroz con leche con tres gramos de canela a los voluntarios , estos producían menos insulina después de las comidas. Dado que la insulina es la hormona que convierte el exceso de azúcar en grasa, esto implica menos aumento de peso. Además de reducir los niveles de azúcar en sangre, la canela puede ralentizar el vaciado del estómago, haciendo que la sensación de saciedad dure más tiempo.
Sueño: No es un alimento, pero la leptina y otra hormona, la grelina, son conocidas por influir directamente en el apetito; cuando la leptina disminuye, ansiamos hidratos de carbono y, cuando los niveles de grelina aumentan, nuestro apetito se estimula. Los científicos descubrieron que los que duermen menos de ocho horas por noche, no sólo tienen unos niveles más bajos de leptina y unos niveles más elevados de grelina, sino también unos niveles más altos de grasa corporal.