Dieta y enfermedad de Parkinson.
Definición de Parkinson.
El Parkinson es una enfermedad crónica y degenertiva, no se sabe cual es su origen, pero si que es multifactorial, pueden estar implicados factores genéticos pero también ambientales. La edad media en la que comienza esta enfermedad está alrededor de los 55 años.
Los síntomas del parkinson son: temblor, dificultad y enlentecimiento de los movimientos, rigidez, además afecta a la estabilidad y el equilibrio, lo que puede provocar caidas.
También puede desencadenar deterioro cognitivo y demencia, depresión, ansiedad, ataques de pánico, alucinaciones, trastornos del sueño, del habla y de la deglución. Estreñimiento, alteraciones de la termoregulación, del olfato o del sudor, por citar los más importantes. [Leer más en Otros síntomas del Parkinson]
Recomendaciones dietético-nutricionales.
Las recomendaciones dietético-nutricionales en la enfermedad de Parkinson, están directamente relacionadas con la dificultad que estas personas tienen a la hora de alimentarse por si solas, así como con la interacción fármaco-nutriente (L-dopa-proteína), que puede interferir en el correcto funcionamiento del tratamiento. La L-dopa compite en el intestino con los trasportadores de algunos aminoácidos (que son los que forman las proteínas). Esto lo que genera es una mala absorción del fármaco o de las proteínas.
Por lo tanto, las recomendaciones las podemos clasificar en 3 grupos:
- Conseguir un adecuado consumo de energía, nutrientes y agua, que asegure una adecuada nutrición e hidratación. Muchos pacientes con Parkinson pierden peso, sobre todo cuando la enfermedad ya está bastante avanzada. Esto se debe a una disminución del consumo de alimentos, que generalmente está determinada por la alteración motora, los efectos adversos del tratamiento farmacológico, pérdida de apetito o alteraciones de la deglución a causa de la propia enfermedad (se pueden utilizar purés y papillas en el caso de problemas de masticación o deglución). También puede haber un aumento del gasto energético, algunos pacientes presentan cuadros de movimientos involuntarios o síndrome de las piernas inquietas. [leer más en Influencia de la nutrición en la enfermedad de Parkinson]
- Que el tratamiento con L-dopa sea el óptimo a través de la dieta. Para lo cual se aconseja dar la mayor cantidad de proteína (carne, pescados o huevo principalmente) en la cena. Y se recomienda tomar el fármaco 30-60 minutos antes de la comida.
- Mejorar su calidad de vida, para lo cual es necesario lograr que el paciente sea autónomo en las actividaes de su vida cotidiana, sobre todo en las referentes a su alimentación. Desde el diagnóstico de la enfermdad es necesario un equipo multidisciplinar que aborde la fisioterápia, la terapia ocupacional, la psicología, la logopedía, la alimentación y nutrición, etc. El ejercicio físico puede contribuir a conservar la movilidad y mantener el tono muscular.
Por todo ello, es muy importante que el estado nutricional y de hidratación sea el óptimo. Se recomienda una dieta rica en fibra, equilibrada, sin restricción de proteínas, salvo en pacientes que estén tomando tratamiento con L-dopa, y precisen controlar los efectos secundarios de dicho tratamiento.
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