Dieta y fibrosis quística en niños

8 de noviembre de 2013

Nutrición y fibrosis quística.

La fibrosis quística es una efermedad que afecta a varios de los sistemas del organismo, principalmente al digestivo, pulmonar y aparato reproductor. Siendo la enfermedad pulmonar y el mal funcionamiento del páncreas, los que agravan esta enfermedad.

Los pacientes con fibrosis quística, tienen un gasto energético aumentado por diversas causas, son pacientes que no presentan un gran apetito y  además, dicho apetito disminuye al mismo tiempo que progresa la enfermedad. La suma de todo lo anteriormente expuesto, favorece la pérdida de peso y en algunos casos se llega a una desnutrición grave.

Estos pacientes, pierden energía debido a un deficit de enzimas pancreáticas que provocan la eliminación de grasas, hidratos de carbono y proteínas sin digerir. Además cuando la inflamación pulmonar es importante, por espectoración también hay una pérdida energética, de hasta un 10-15% de las calorías. Otras causas de gasto energético son la tos crónica, y el esfuerzo adicional que se realiza para respirar.

Objetivos del tratamiento dietético-nutricinal en pediatría.

El tratamineto dietético-nutricional para la fibrosis quística en niños, tiene como objetivos:

  1. Alargar los años de vida del paciente.
  2. Mejorar la calidad de vida.
  3. Mejorar el desarrollo y crecimiento del niño.
  4. Mejorar la función pulmonar.
  5. Minimizar el efecto de las enfermedades asociadas y las complicaciones de la propia enfermedad.

Cambios en la dieta para fibrosis quística.

Como recomendaciones generales, la dieta para niños con fibrosis quística debe ser ante todo muy apetecible, con un aporte de energía (Kcal) y proteínas elevado, y  un aporte de grasas normal o elevado, según las necesidades individuales.

El aporte calórico de la dieta se debe aumentar entre un 120-130% de las recomendaciones según el sexo y la edad del paciente. Se puede llegar hasta un 150%, en el caso de que el tratamiento inicial fracasase. Las proteínas deben ser de alto valor biológico, las encontramos principalmente en los alimentos de origen animal, como en el huevo, las carnes y los pescados, o bien con algunas combinaciones de alimentos de origen vegetal, como puede ser la combinación de legumbres con arroz.

Las grasas deben aportar entre un 35-45% del total de las calorias que se ingieren en un día. Es importante que el paciente aprenda que cantidad de grasa y que combinación de alimentos es el ideal para él y no le producen molestias gastrointestinales.

En relación a las vitaminas, en general, se recomienda aportar el doble de la cantidad que sería necesaria para un niño sano, especialmente de vitaminas A, D y E. El hierro es deficitario habitualmente en esta patología, por lo que es necesario un aporte diario de 1 mg por kilogramo de peso del niño.

Alimentación especial: oral, enteral o parenteral.

  • Suplementación oral. Está indicada cuando el niño no es capaz de cubrir sus necesidades energéticas con la ingesta de su alimentación diaria habitual.
  • Nutrición enteral (a través de una sonda). Puede utilizarse como suplemento de la dieta oral. Se usa cuando el porcentaje para la altura es inferior al 85%, cuando no ha habido aumento de peso o por el contario, ha habido pérdida de peso durante un periodo de 2-3 meses, y cuando el peso y la talla están por debajo del percentil 3.
  • Nutrición parenteral (a través de una vía). Exclusivamente se usa en pacientes con una malnutrición grave y en los que el tracto intestinal no funciona correctamente.

Fibrosis quística y otras patologías asociadas.

La diabetes mellitus se asocia muy menudo con la fibrosis quística, sobre todo en adolescentes y adultos, especialmente si reciben tratamiento con corticoides. El tratamiento dietético es diferente al del paciente diabético, ya que los requerimientos están siempre aumentados en los pacientes con fibrosis quística.

También está muy asociada la enfermedad hepática con la fibrosis quística, aunque su prevalencia es muy variable, se sitúa entre un 2-37%. Este grupo de pacientes presenta problemas nutricionales que requieren de estrategias de tratamiento totalmente individualizadas.

Fuentes:

Escobar H, Suarez L. Nutrición y fibrosis quística. En: Tojo R, editor. Tratado de nutrición pediátrica. 1ª ed. Madrid: Ediciones Doyma; 2001. p 835-47.

Borowitz D, Baker RD, Stallings V. Consensus report on nutrition for pediatric patients with cystic fibrosis. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2002:35(39):246.59.

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