Dieta, envejecimiento y dificultad para masticar y tragar
Envejecimiento y dificultad para masticar y tragar.
Durante el proceso de envejecimiento pueden aparecer complicaciones a la hora de masticar y de tragar los alimentos, que generalmente provocan una pérdidad de peso involuntaria.
Las causas más frecuentes son:
- Alteraciones en la segreción de saliva.
- Una deficiente higiene bucal, que puede provocar gingivitis y periodontitis.
- Falta de piezas dentales.
- Mala adaptación de las prótesis dentales.
- Atrofia de la musculatura, y por tanto dificultad para tragar (disfagia).
Todas estas causas pueden agravarse por el dolor asociado a alguna de estas alteraciones, así como por la alteración de los sentidos del gusto, olfato y vista, llegando a afectar a la ingesta alimentaria total.
Modificaciones de la dieta.
Cuando por cualquier causa existen dificultades para masticar o tragar, existe el riesgo de comer menos, perder apetito y estar mal nutrido.
Para facilitar la alimentación de los pacientes con alteraciones en la masticación se aconseja:
- Modificar la consistencia de los alimentos para obtener una textura triturada. La textura debe ser uniforme, evitando la presencia de grumos, espinas, filamentos o huesecillos.
- Seleccionar alimentos más blandos y jugosos para triturar, que faciliten la formación del bolo alimenticio.
- Los colores de los purés deben ser variados, sobre todo si se ofrecen en la misma comida.
- Se recomienda que el volumen total del plato no sobrepase los 300 ml.
- Se debe enriquezer las preparaciones para aumentar el aporte calórico y proteico. Puede ser añadiendo aceite de oliva en crudo, o adicionando leche o queso rallado a los purés.
- La postura es importante a la hora de comer, sobre todo si nos referimos a pacientes encamados. Éste debe estar sentado o incorporado al máximo, cuando come pero también cuando bebe.
Para facilitar la alimentación de las personas con problemas al tragar, se aconseja:
- Modificar la consistencia de los platos para conseguir una textura homogénea, tipo néctar, miel o pudin.
- Se deben evitar platos o alimentos que tengan doble textura como las sopas (líquido y sólido) o las frutas enteras y jugosas como la naranja, el melón o la sandia.
- Modificar la consistencia de las bebidas utilizando espesantes comerciales y/o gelatinas.
- Mantener las posturas adecuadas para facilitar la deglución, nunca debe estar recostado o inclinado hacia atrás.
- En el supuesto de que el paciente sea alimentado por otra persona, esta debe situarse a su misma altura para darle la comida.
En general, se deben repartir las comidas a lo largo de todo el día en 5 o 6 tomas de poco volumen. Es importante recordar que no todos los alimentos sirven para ser triturados.
La carne se debe cocinar primero (plancha, hervida, estofada o horno) y eliminar los nervios, huesos y piel, para triturarla posteriormente con un poco de caldo y después añadir el resto de alimentos.
Las legumbres se deden pasar por un pasa purés para eliminar todas sus pieles y consiguir una textura homogénea. Las verduras se trituraran eliminando previamente los tallos.
El puré de patatas no es del todo adecuado, ya que tiende a pegarse y puede resultar difícil de tragar, se recomienda añadir zanahoria, tomate, cebolla, calabaza u otras verduras. Es mejor utilizar sémolas que arroz o pasta para triturar.
No es menos importante recordar que las elaboraciones trituradas tienen más riesgo de estropearse o contaminarse, por lo que se sugiere elaborarlas en el momento de consumirlas, y si no se va a consumir pronto reservar en la nevera o congelar en raciones individuales.
Os presentamos a continuación 2 recetas o modo de ejemplo de platos con textura triturada y al mismo tiempo apetitosos y nutritivos.
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