Adaptación de la dieta según texturas para después de una cirugía
Después de algunas cirugías maxilofaciales pueden aparecer secuelas que obligan a modificar la ingesta oral de manera temporal o incluso permanente. El proceso de masticación y deglución es complejo y requiere de cooordinación entre mecanismos orales, de la faringe, laringe y el esófago.
Causas de alteración de los mecanismos implicados en la deglución y la masticación
- Inflamación que cause dolor o inmovilidad.
- Imposibilidad de abrir la boca.
- Alteraciones en el esfínter del esófago.
- Pérdida de sensibiladad y/o movilidad en la boca y la faringe.
- Heridas causadas por la propia intervención.
En algunos postoperatorios, la alimentación oral es posible a pesar de la inflamación pero modificando la textura de los alimentos. Cuando la alimentación oral no es posible, no es recomendable o no es segura, se indicará nutrición enteral por sonda.
¿Cuales son los objetivos de la intervención dietética?
- Prevenir la pérdida de peso y sobre todo la desnutrición proteica o pérdida de masa muscular.
- Favorecer la cicatrización de las heridas derivadas de la intervención quirúrgica.
- Adaptar la dieta a la capacidad individual de masticación y deglución, para facilicar una ingesta adecuada de energía y nutrientes.
- Evitar la broncoaspiración, ya que el paso accidental de alimentos o líquidos a las vías respiratorias puede causar infeciones o incluso asfixia.
Tipos de adaptaciones de la alimentación oral
Dieta líquida completa. Está indicada en pacientes que presentan dificultad para masticar o tragar alimentos sólidos o pastosos, pero que si toleran alimentos líquidos. Es una dieta completa que puede seguirse a largo plazo, pero debe estar muy bien planificada. Son muy útiles en la preparación de esta dieta las papillas de cereales o purés instantáneos mezclados con caldo, zumo o leche. Si fuera necesario está indicado el uso de suplementos nutricionales para completar el aporte y asegurar una alimentación completa y equilibrada.
Dieta con textura pastosa. Este tipo de dieta está indicada en pacientes con dificultad para tragar líquidos, la textura de los alimentos debe ser homogénea, tipo pudin o miel. Suelen tolerar mejor bolos medianos que pequeños, y alimentos que no se desmenuzan, sino que forman un bolo compacto en la boca, como el queso. También se pueden ofrecer líquidos espesos, tipo yogur o natillas. En el caso de que la ingesta sea insuficiente se puede complementar con suplementos nutricionales de consistencia tipo pudin o puré.
Dieta de textura homogénea de consistencia libre. Indicada en pacientes que tienen problemas para masticar, pero con capacidad de deglución conservada. Incluye alimentos de textura homogénea y consistencia variada: líquida, néctar, miel y pudin. Los pacientes que presentan dificultad para llevar el alimento a la parte posterior de la boca, pueden utilizar cucharas especiales con mango largo o jeringas para colocar el alimento con suficiente profundidad en el interior de la boca y facilitar la deglución.
En muchas ocasiones es necesario elegir la nutrición enteral para conseguir cubrir las necesidades individuales y favorecer la recuperación del paciente.
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