Medicamentos y su efecto sobre la dieta
La respuesta es si. Independientemente del tipo de interacción que tenga lugar, los medicamentos pueden intervenir en la utilización de los nutrientes por:
- Alterar el consumo de alimentos porque pueden disminuir el apetito, como la dioxina (fármaco para la insuficiencia cardiaca), la seratonina, noradrenalina, ventolin y levodopa (fármaco para el parkinson); o por el contrario pueden aumentarlo como el carbonato de litio, clorpromazina (tranquilizante), clordiazepóxido, diazepam, antidepresivos tricíclicos y los fármacos orales para bajar el azúcar. También pueden provocar nauseas, vómitos y diarrea como consecuencia de los efectos secundarios gastrointestinales de algunos medicamentos.
- Modificar la percepción del gusto y/o del olfato, todos los medicamentos que se describen en la siguiente tabla:
Como vemos son muchos y variados los medicamentos de uso habitual que pueden modificar o alterar la manera de alimentarse, y esto a su vez puede tener efectos no deseados para la salud. La alteración del apetito y de la sensibilidad gustativa, están directamente relacionado con la pérdida o ganacia de peso.
Dependiendo de la patología, la pérdida o ganancia de peso puede ser contraproducente, por eso es importante saber si el medicamento que se está tomando para el control de dicha patología tiene algún efecto sobre la alimentación y así poder controlarlo.
¿Qué puedo hacer para minimizar los efectos sobre el apetito y la alteración del gusto?
Si el medicamento que estamos tomando hace que nuestro apetito aumente, lo que debemos hacer es comer muchas veces al día (5-6) e intentar elegir platos con mucho volumen y fibra para que nos sacie, y con pocas calorías para evitar cojer peso. Un ejemplo perfecto sería la ensalada de crudités, llena de vitaminas con pocas calorías y mucha fibra.
Si por el contrario el fármaco nos quita el apetito y tenemos riesgo de perder peso sin desearlo, se recomienda consumir platos de poco volumen y muchas calorías, para ello podemos utilzar los frutos secos y el aceite de oliva que son muy calóricos. Por ejemplo unos macarrones con frutos secos es una buena opción, podemos aumentar la cantidad de frutos secos que indica la receta y disminuir la de macarrones para conseguir reducir el volumen del plato.
Para minimizar las alteraciones del gusto y del olfato se sugiere condimentar con especies que realcen el sabor y el aroma de los platos que vamos a consumir.
Fuentes:
- Gómez Candela C, Reus Fernández JM. Manual de recomendaciones nutricionales en pacientes geriátricos. Novartis Consumer Health SA. Barcelona, 2004
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